viernes 5 de septiembre de 2025
Cara y Cruz

La coartada de Diego Figueroa

La Libertad Avanza distribuyó ayer un parte de prensa con aclaraciones de su primer candidato a concejal en la Capital, Diego Martín Figueroa, sobre una defensa que hizo del “Trader God” Edgar Adhemar Bacchiani. Previsiblemente, el exdiputado sostiene que las declaraciones que vertió en un reportaje fueron “sacadas de contexto” y reitera la misma línea argumental que horas antes había planteado en Ancasti Streaming: nunca pretendió defender a Bacchiani y el proyecto que presentó en noviembre de 2021 junto a la diputada Natalia Saseta para que la Cámara baja condecorara al ahora estafador confeso, apuntaba en realidad a promover la educación financiera.

También dice que el gobernador Raúl Jalil y el intendente Gustavo Saadi son responsables del megafraude porque ARCA comenzó a cobrar impuestos a la renta de las criptomonedas y la Municipalidad habilitó el funcionamiento de las financieras fraudulentas.

No se entiende por qué el Municipio y el Gobierno debían impedir que tales financieras funcionaran o las razones por las que debían eximir a los inversores y “traders” de abonar gravámenes como cualquier hijo de vecino. Las actividades que declaraban desarrollar no eran ilícitas: lo que se descubrió después, sin que el abogado Figueroa hiciera la más mínima contribución para ello, fue que operaban como fachada de un esquema piramidal tipo Ponzi.

Como el candidato parece andar flojo de memoria, conviene recordarle que fue El Ancasti el que advirtió el 31 de agosto de 2020, en un Cara y Cruz titulado “Un Ponzi suelto en Catamarca”, sobre los riesgos que incubaban las tentadoras tasas de retorno que Bacchiani ofrecía como resultado de su infalibilidad para el “trading”. También fue El Ancasti el que publicó numerosas notas con las reservas que el Banco Central y la Comisión Nacional de Valores sostenían acerca de estas operaciones.

Indicios ignorados

Es importante seguir la cronología histórica.

El 28 de septiembre de 2021, los gobernadores Jalil y Ricardo Quintela, de La Rioja, dieron aviso al Banco Central y a la Comisión Nacional de Valores sobre la desmesurada escalada que venían experimentando las cripto-utilidades, en una nota en la que solicitaban además regulación y control sobre las casas que operaban con criptomonedas porque “podrían producirse situaciones que afecten a ciudadanos y ciudadanas de nuestras provincias”. Este planteo oficial desató el escándalo de caracterizados referentes de la oposición catamarqueña afligidos por la intromisión del Estado en la actividad de los privados.

Un mes después, el 30 de octubre, Bacchiani ofreció una charla peripatética sobre “trading” en el Club Red Star. El 15 de noviembre, por Instagram, dedicó a sus “queridos amigos del Banco Central” una respuesta a cuestionamientos realizado por la ONG Bitcoin, también publicados por El Ancasti. El “Trader God” expresó además su admiración por Javier Milei y sugirió a las autoridades nacionales de entonces: “Deberían llamarnos a nosotros y pedirnos un consejo, que sería: chicos, oficialicen las criptomonedas en el país”.

El doctor Figueroa y Saseta presentaron el proyecto para la Cámara baja declare de interés parlamentario la disertación de Bacchiani en Red Star y le entregue un diploma el 24 de noviembre de 2021.

Nótense los abrumadores indicios sobre la fulería que se habían apilado hasta entonces, provenientes de El Ancasti, los Gobiernos de Catamarca y La Rioja, el Banco Central, la Comisión Nacional de Valores y la ONG Bitcoin, mientras encumbradas figuras políticas, sociales y empresariales les celebraban las monigotadas a Bacchiani y le abonaban la credibilidad y la fama de exitoso indispensables para que siguiera encandilando incautos y capturándole los depósitos.

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En este marco, las apreciaciones de los fundamentos de la iniciativa de Figueroa y Saseta no incluyeron siquiera una mención tangencial a todos los elementos que esa altura hacían recomendable mantener una actitud por lo menos prudente ante el fenómeno, mucho más tratándose de un legislador.

“Al inicio de la conferencia –dicen por ejemplo-, el Sr. Bacchiani hace un análisis en retrospectiva sobre sus comienzos en el año 2014, el tiempo, el estudio y la preparación que demandó formarse para estar en la vanguardia de esta actividad en nuestra Provincia. Da claras explicaciones sobre el correcto manejo de las emociones a la hora de “tradear”, la llamada “psicología del trading”, la asunción de riesgos en toda actividad económica y la necesidad de aventurarse en el mundo de las criptomonedas. Avista en las “criptos” el futuro de la economía mundial y por ende, invita todo el que quiera involucrarse a aprender, informarse y comenzar en este novedoso campo. Todo ello para mejorar su propia economía, la de su círculo cercano y en definitiva a la de sociedad en su conjunto”.

Para publicista, Figueroa. Nadie había celebrado jamás con tanta enjundia las virtudes de Bacchiani ni convocado desde el ámbito institucional a meterse en la trampera.

“El exponente manifiesta constantemente la obligación de instruirse en economía (ya sea a través de foros, revistas, videos sobre conferencias de académicos u operadores), armar un propio “glosario” que acerque a quienes recién empiezan al lenguaje de las finanzas, el estar al tanto de todo lo que ocurre en la política internacional y nacional, mirar de cerca a la Comisión Nacional de Valores y seguir el ejemplo de diversos empresarios o inversores extranjeros como Elon Musk (CEO de Tesla) o Warren Buffett (Director ejecutivo de Berkshire Hathaway)”, seguían las alabanzas de Figueroa, fascinado por poder postular tamaño benefactor al procerato.

Tanta magnanimidad ameritaba un premio adicional a los depósitos en “Adhemar Capital” y no podía limitarse a la ordinaria declaración de interés parlamentario de la charla, reservada para gente, eventos y entidades menos visionarias. “Otórguese al Sr. Edgar Adhemar Bacchiani un diploma de reconocimiento y una copia del presente instrumento, alentando a seguir propiciando el conocimiento de este incipiente mundo de las finanzas digitales y descentralizadas”, propuso Figueroa. Una pena que las criptopirámides se desplomaran. Capaz que Bacchiani terminaba de ministro de Educación, o le ponían su nombre a un IES.

Complicidad

Con el proyecto del que ahora pretende renegar, Figueroa se sumó a la comparsa de legitimadores del “trader”, engranaje fundamental en la construcción del espejismo que indujo a miles de personas a entregar su dinero. Que cuando cayó en desgracia lo abandonaran y comenzaran a tratarlo como un apestado habla menos de Bacchiani que de la catadura de sus promotores.

El Ancasti puede exhibir con orgullo el papel que cumplió durante toda la saga, cosa que no están en condiciones de hacer ni la política, ni las organizaciones civiles, ni la Justicia, ni la universidad, ni el empresariado, ni mucho menos el aspirante a concejal Figueroa, que encima se despacha con la fantástica teoría de que el célebre “trader”, antes de convertirse en estafador, salvó a la clase media catamarqueña en la pandemia. Coartada ridícula, pergeñada en campaña para tratar de atenuar su complicidad en la edificación de la megaestafa.

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