La madre de una niña de 12 años que se quitó la vida tras sufrir bullying y diversos hechos de violencia en un contexto de conflicto vecinal de larga data, consideró ayer que "hay que escuchar a todos los hijos porque el bullying mata, y hay que explicarles las cosas porque a pesar de ser chicos entienden mucho de lo que les queremos transmitir".
En el salón de usos múltiples de la Sede de Participación Vecinal (SEPAVE) de Parque Norte, de riguroso luto y con hablar pausado, mientras aguardaba el inicio de un taller sobre bullying por parte de la Municipalidad, aseguró que el último mes toda su familia debió permanecer encerrada para evitar conflictos con un vecino.
"Hace cerca de un mes que estamos encerrados en mi casa, sola con mis hijos porque no tengo pareja, porque me sentía con el derecho de salir a barrer mi vereda pero no podía hacerlo por los ataques de unos vecinos", explicó.
En diálogo con El Ancasti indicó que su hija de 12 años cada vez que salía de la casa "volvía llorando y me contaba que era por las cosas que le decían estas personas adultas y adolescentes".
"Ella me contaba lo que le decían más que nada sobre mí, que yo era una prostituta, drogadicta, alcohólica. Y a mi hija yo no le enseñé a callar. Le enseñé el respeto", agregó.
Según informó, como consecuencia de las constantes agresiones y el permanente hostigamiento, uno de sus hijos radicó una denuncia penal en contra de los violentos el lunes 4 de septiembre.
"Después que hicimos la denuncia le fijaron restricciones a esta gente. Ahora con lo que pasó me di cuenta de que la molestaban a mi hija para llegar a mí. Era una situación extrema y no me entraba en la cabeza cómo podía ser que estemos pasando eso. En mi casa estábamos las tres mujeres y en algunos momentos los chicos que trabajaban, pero es muy difícil", manifestó.
Recordó que los inconvenientes con la vecina comenzaron hace aproximadamente un año y aseguró que la situación fue empeorando con el paso del tiempo.
"Y mi hija tenía su carácter: te respeto pero vos también respetame. La edad no le importaba porque tampoco puede ser que una persona de 50 la vea que tiene 12 y la use como un trapo. Y se fue cayendo y cayendo (deprimiendo), hasta que tomó esa decisión", lamentó.
Por otra parte, distinguió que el conflicto vecinal está relacionado con hechos de violencia que no están relacionados con la actividad escolar de la adolescente. En este contexto informó que, al igual que sus demás hijos, la niña iba a una escuela pública de esta capital, "porque todos los chicos estuvieron en la misma escuela. Tiene hermanos mayores de edad y todos fueron al mismo establecimiento".
"Ella ya venía llorando, tenía episodios de llanto en el último mes y por lo que me explicó dos días antes de lo que hizo, fue muy feo", adelantó.
Dijo que la niña le comentó que en la escuela habían organizado una rifa para juntar fondos suficientes para comprar una remera de egresados y yo le dije que como no había podido vender los números, nosotros se los íbamos a comprar porque era una remerita para ella", señaló.
Sostuvo que en un momento la niña "tenía los ojos como para llorar. Me estaba hablando y me quedé dura. Me comentó que un profesor le dijo a sus compañeros que eviten juntarse con ella porque se comportaba como una prostituta". Hizo hincapié en que tenía 12 años, próximamente cumpliría 13 y los comentarios del docente apuntaban a su forma de vestir.
"Yo siempre le decía: nosotros nos vestimos como queremos y podemos, pero tenés que ver allá, a los que te están mirando. Ellos quizá nos vean de una forma distinta a la que nosotros nos vemos porque hay personas que son buenas y otras no", aseguró.
En este punto advirtió que su hija apuntó a un solo docente de ese establecimiento cuyo nombre se mantiene en reserva, mientras, según fuentes oficiales, el Ministerio de Educación avanza en una investigación interna.
Para finalizar la progenitora mencionó que hace un tiempo falleció otra hija menor de edad y que días antes de quitarse la vida la niña de 12 años publicó en redes que iría al encuentro de su hermanita.n