jueves 6 de marzo de 2025
Cara y Cruz

Golpe por golpe

La entrevista con Jonatan Viale le permitió al equipo de comunicación de Javier Milei enviar con claridad el mensaje que estima conveniente en la crisis del “Cripto Gate”. Se trata de un hombre común, fanático de la tecnología, entusiasta, bien intencionado, que recién ahora advierte la influencia que tiene el cargo de Presidente, enfrentado a una caterva de políticos no solo corruptos sino también taimados, expertos en conspiraciones y empecinados en voltearlo.

Es el diseño base: Milei representa la sociedad inocente esquilmada durante décadas por la “casta”, concepto que enfatizó con un listado de tropelías kirchneristas.

El aceitado operativo quedó empañado minutos después de la difusión del reportaje con la viralización de un video que expuso su edición.

Milei consigna que su cuenta de X, por la que difundió la cripto LIBRA, es personal, Viale le retruca que de todos modos es Presidente, Milei insiste con la disociación entre su persona y su investidura y desde afuera se ordena el corte. Santiago Caputo se acerca para secretear al Presidente y Viale dice que se daba cuenta de que lo que estaba diciendo Milei podía acarrearle problemas legales.

De tal modo, se lanzó al ruedo un ingrediente que fortalece la sospecha extendida de que el Presidente solo puede confrontar en ambientes controlados y bajo la estricta vigilancia de sus asesores comunicacionales.

Habrá que ver cómo digiere el episodio la opinión pública. La pelea es golpe por golpe ¿Quién filtró el video? ¿Habrá más? El clima, de por sí vidrioso, se enrarece aún más.

El Gobierno confía en que prevalecerá el control de la inflación y el éxito de la política de déficit cero, sobre los que Milei se extendió también con su intensidad característica, remarcando que su prestigio internacional, que el escándalo pone por lo menos en suspenso, radica en que cumplió con esos objetivos y realizó “el ajuste más grande de la historia”.

Además, aclaró que los perjudicados por la estafa no son 44.000 sino a lo sumo 5.000 “operadores de volatilidad”, que sabían en lo que se metían cuando adquirieron LIBRA.

“Cuando vas al casino y perdés ¿cuál es el reclamo?”, se desentendió.

Curiosa adaptación a las circunstancias de la consigna negacionista: “No fueron 44.000”. El subtexto también es adecuado: los que fueron, bien merecido se lo tienen por timberos.

Implacable, el “Cripto Gate” copa la agenda. Ni el procesamiento de Alberto Fernández por violencia de género contra Fabiola Yáñez consiguió desplazarlo.

La causa penal argentina recayó en la jueza María Romilda Servini de Cubría, en los Estados Unidos se abrió otra y comienza a aparecer el personajerío apropiado para convertirlo en un culebrón irresistible, empezando por Hyden Mark Davis, el creador de la fugaz LIBRA, que abrió la jornada con unas declaraciones en las que ratificó que Milei y sus tropas se habían comprometido a respaldar el proyecto e incluso se permitió anticipar que el Presidente renovaría el apoyo en la entrevista vespertina.

Milei no llegó a tanto, pero su visión sobre los “traders” y la timba financiera distó de la condena. Incluso dijo que LIBRA sigue operativa.

En un contexto confuso, lo que está absolutamente claro es que la influencia de Milei fue indispensable para fomentar la compra de la criptomoneda. Sin su celebridad global, el meteórico ascenso del valor de LIBRA hubiera sido imposible. Davis atribuyó a la retirada del tuit de Milei el derrumbe. Dijo que LIBRA “fue un experimento que salió mal”.

Depende desde donde se lo analice. Los que se alzaron con 100 millones de dólares en menos de seis horas no han de tener la misma opinión.

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