Si las expectativas juegan un rol crucial en la proyección futura de la economía, Argentina debería estar sumamente preocupada en lo que respecta a las perspectivas de creación de empleo. Es que según la última Encuesta de Expectativas de Empleo (ENE) de ManpoerGroup, el nuestro es el único país de América que tiene una expectativa neta de empleo del 0% para el próximo trimestre, lo que revela la existencia de un mercado laboral estancado.
La expectativa neta de empleo se obtiene de la diferencia entre empleadores que prevén contratar y aquellos que planean reducir su plantilla.
Con ese número, Argentina ocupa el último puesto en el continente de los doce países medidos, en un ranking que encabezan Estados Unidos (+34%) y México (+33%), y en el que países limítrofes como Brasil y Chile tienen porcentajes muy superiores: +26% y + 13%, respectivamente.
La caída en el consumo, y por ende en la demanda interna, y las dificultades para exportar por el atraso cambiario son dos de las razones de peso por las que los empleadores no tienen, en términos generales, expectativas de contratar más personal que el que ya tienen. Si bien hay un 25% de los empresarios consultados que afirman que sí planea aumentar su plantilla de personal, un número similar sostiene que planea despedir trabajadores, lo que neutraliza la tendencia anterior.
“A pesar de ciertos signos de estabilidad macroeconómica, las empresas continúan con cautela en la contratación. Mientras que la mayoría de los países de la región proyectan una recuperación, Argentina sigue sumida en la incertidumbre, sin indicios claros de reactivación del empleo a corto plazo”, se lee en el informe.
La caída del empleo afectó a los argentinos en el primer año de Javier Milei. La desocupación llegó al 6,4% en el último trimestre del año pasado, lo que implica una suba del 0,7% respecto del mismo período de 2023.
En un contexto de expectativas tan desfavorables, el Noroeste Argentino presenta buenos números, constituyéndose en la región con mejores expectativas (+19%), seguida de Cuyo (+18%). La región con peores registros es el Noreste, con -15%.
Si bien el informe no presenta información desagregada para analizar las causas de las mejores expectativas en NOA y Cuyo, se puede inferir una marcada gravitación de la actividad minera como factor de creación de empleo en el corto plazo. Ambas regiones tienen proyectos ya operando y varios en la etapa de exploración, lo que sin duda influye en la tendencia mencionada.
El escasísimo fomento de la actividad productiva por parte del Estado nacional, que es inherente a la filosofía económica libertaria, combinada con una caída de la inversión privada, sobre todo la extranjera, pese a los enormes y desmedidos beneficios que ofrece el RIGI, operan como causas para explicar estas bajas expectativas, que vienen desde hace bastante tiempo sin que se avizoren perspectivas de modificación de la proyección futura.