El 59% de los niños de sexto grado en el país tiene menos de 20 libros en sus casas, según un informe difundido por Argentinos por la Educación con motivo del Día Internacional del Libro.
domingo 4 de mayo de 2025
A nivel nacional, un 13% de estudiantes afirmó que no tiene ningún texto en formato papel en su hogar.
El 59% de los niños de sexto grado en el país tiene menos de 20 libros en sus casas, según un informe difundido por Argentinos por la Educación con motivo del Día Internacional del Libro.
El 13% de los estudiantes afirma que no tiene ningún libro en formato papel en su hogar, mientras que un 24% indica tener entre 1 y 5 libros. Otro 22% señala que dispone de entre 6 y 20 ejemplares, y solo un 16% reporta tener más de 100 libros en casa, según el informe basado en las respuestas de los alumnos a los cuestionarios complementarios del operativo Aprender 2023.
El análisis por provincias muestra que algunas jurisdicciones presentan cifras alarmantes en cuanto al acceso a libros.
En Formosa, el 73% de los niños declaró tener menos de 20 libros en sus hogares, mientras que en Catamarca este porcentaje alcanza el 61%. Otras provincias como Corrientes, San Juan y Chaco registran un 67% de estudiantes con menos de 20 libros en casa. Por otro lado, La Pampa se destaca como la provincia con el mayor porcentaje de niños que no tienen ningún libro en formato físico, con un 16%.
Flavio Buccino, especialista en Gestión Educativa, conversó con 'Mañana Central' de Ancasti Streaming acerca de esta problemática y manifestó que "lo que necesitamos dentro de la escuela es un equilibrio. Está bien que las tecnologías participen, pero tenemos que tener en cuenta que las escuelas tienen que tener libros y los chicos tienen que trabajar con libros en formato papel. Estamos creyendo que a partir de la tecnología vamos a resolver problemas como por ejemplo el aprendizaje de la lectoescritura", dijo.
Buccino también señaló que las familias que se encuentran en condiciones más vulnerables son justamente las que menos consumen libros. "No pasa solo con el libro, sino también con ir al teatro, al cine, visitar un museo. Esto muchas veces tiene que ver con la imposibilidad en momentos de crisis y donde las familias tienen que recortar", manifestó.
También resaltó que muchas veces no tiene que ver con la cuestión del precio de los libros, sino con el tipo de sociedad en la que vivimos. "Muchas veces, por esta cuestión de las crisis, estamos más enfocados en cómo vivimos nosotros, en nuestra calidad de vida y no ponemos énfasis en las cuestiones culturales, en las cuestiones que tienen que ver con lo educativo también", dijo.
Diversos estudios muestran que la presencia de libros en el hogar tiene una relación directa con el desarrollo de habilidades lectoras en la infancia. Según un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), basado en las pruebas PISA 2018, los estudiantes que leen principalmente en formato impreso obtienen mejores resultados en las evaluaciones de lectura en comparación con aquellos que leen en formatos digitales o que rara vez leen libros.
El informe de la OCDE señala que la cantidad de libros físicos en los hogares ha disminuido en los últimos años, especialmente en familias de entornos socioeconómicos más vulnerables. Según los datos de PISA, esa disminución podría estar contribuyendo a profundizar las brechas en el rendimiento lector.
“Contar con libros en cada hogar es una condición necesaria (aunque no suficiente) para desarrollar el hábito y el deseo por la lectura. La responsabilidad principal es de los gobiernos, que ya están trabajando en el tema, pero hace falta redoblar esfuerzos. Al mismo tiempo, el compromiso cotidiano de las familias puede hacer una gran diferencia”, asegura Federico del Carpio, coordinador de Políticas Educativas de Argentinos por la Educación.
"La lectura enriquece el vocabulario, la manera de pensar, de ser críticos frente a situaciones de la vida cotidiana, de terminar con prejuicios. Leer es un acto revolucionario que empieza por simple curiosidad”, considera Andrea Olmedo, docente de la escuela Juan Pascual Pringles en Laboulaye, provincia de Córdoba.