El sistema educativo argentino está en crisis desde hace muchos años y los sucesivos gobiernos nacionales no han encarado las transformaciones que son indispensables para mejorar la situación. Las expectativas generadas en el actual gobierno empezaron a disiparse en cuanto se eliminó el ministerio del área y se le dio un rango menor, el de Secretaría, bajo la órbita de Sandra Petovello en Capital Humano.
La gestión en materia educativa desde diciembre a la fecha a nivel federal es bastante pobre. El anuncio más relevante fue el lanzamiento del Plan Nacional de Alfabetización en la provincia de San Juan a principios de julio. Pero hasta el momento quedó solo en eso, en un anuncio.
En función de la pasividad oficial para generar proyectos o iniciativas que propendan a introducir reformas educativas, la ONG Argentinos por la Educación lanzó una convocatoria que incluye a más de 250 personalidades, entre las que se encuentran gobernadores (estuvo presente Raúl Jalil), ministros, legisladores, líderes sociales, sindicalistas, empresarios, comunicadores, referentes de la educación y la cultura.
A partir de un proceso de consultas y de intercambio de opiniones y propuestas volcadas en mesas de trabajo se elaboró un documento al que se denominó “Acuerdo por la Educación”, que también se vio nutrido por aportes surgidos de literatura académica internacional, regional y nacional, y de los casi 150 informes que ha elaborado el Observatorio de Argentinos por la Educación a lo largo de los últimos siete años.
La propuesta incluye 10 ejes temáticos: ampliar la cobertura con calidad en el nivel inicial; priorizar la alfabetización inicial en el nivel primario, acompañar las trayectorias en el nivel secundario; lograr terminalidad con calidad; fortalecer el gobierno de la educación; lograr una inversión suficiente y de calidad, producir más y mejor información y evaluación educativa; potenciar la formación, la carrera y el salario de los docentes; robustecer los tiempos, los espacios y las condiciones para el aprendizaje; mejorar la gestión escolar, y priorizar contenidos curriculares socialmente relevantes.
Como se puede apreciar, los tres primeros temas se centran en las prioridades de cada nivel educativo; los cuatro siguientes se refieren a la gestión a nivel macro del sistema educativo y los tres últimos a la necesidad de encarar una transformación profunda de las escuelas.
Ante la pasividad de la gestión de gobierno actual, el planteo de este acuerdo implica un desafío necesario de acometer, con los objetivos de que se convierta en un proyecto estratégico con el aporte de la comunidad. Así lo sintetiza Ignacio Ibarzábal, director ejecutivo de Argentinos por la Educación: “Esperamos que este Acuerdo por la Educación contribuya a sentar las bases para una política de Estado que trascienda los cambios de gobierno y nos permita alcanzar nuevas metas en beneficio de todos los estudiantes de nuestro país. También que contribuya a facilitar una articulación más efectiva de todos los actores que desde la sociedad civil nos proponemos colaborar con esta tarea”.