A 19 años del sismo que sacudió a la provincia, se celebra hoy la "Fiesta de la Protección de la Virgen del Valle" y el 2º Aniversario de la Beatificación de Fray Mamerto Esquiú.
Para continuar, suscribite a El Ancasti. Si ya sos un usuario suscripto, iniciá sesión.
Acceso hasta 40 notas mensuales en el portal de El Ancasti.
Para continuar, suscribite a El Ancasti. Si ya sos un usuario suscripto, iniciá sesión.
Acceso hasta 40 notas mensuales en el portal de El Ancasti.
A 19 años del sismo que sacudió a la provincia, se celebra hoy la "Fiesta de la Protección de la Virgen del Valle" y el 2º Aniversario de la Beatificación de Fray Mamerto Esquiú.
"Hoy a las 9 de la mañana celebraremos juntos la misa y procesión con la sagrada imagen alrededor de la Plaza 25 de Mayo", comunicaron desde la Diócesis de Catamarca.
Con motivo de esta festividad, tal como estaba previsto, desde el Departamento Operaciones Policiales de la Policía de la Provincia se diagramó un dispositivo de seguridad, con cortes de calles aledañas a la Catedral Basílica desde horas tempranas, las cuales se habilitarán nuevamente una vez finalizada la celebración.
En la mañana del martes 5 de septiembre, el santuario mariano se vio colmado de autoridades y miembros de las fuerzas de seguridad, quienes le tributaron un emotivo homenaje a la Madre del Valle y al Beato Mamerto Esquiú, en el segundo día del triduo por la Protección de la Virgen a 19 años del sismo y el 2° año de la Beatificación del fraile franciscano catamarqueño.
La Sagrada Eucaristía fue presidida por el padre Dardo Olivera, capellán del Servicio Penitenciario Provincial y concelebrada por los capellanes padre Reinaldo Oviedo; y de la Policía de Catamarca, presbíteros Héctor Salas, Esteban Chayle y Guillermo Chanquía.
En su homilía, el padre Chayle hizo memoria del sismo de aquel 7 de septiembre de 2004, afirmando que “en este día de la Fiesta de la Protección de la Virgen recordamos y agradecemos su cercanía maternal. A María, la Virgen del Valle, le damos gracias por tantos favores recibidos por su intercesión. A ella le confiamos nuestra Diócesis de Catamarca, la vida de sus habitantes y de nuestras familias”.