En el ámbito de la Cámara de Sentencia en lo Criminal de Segunda Nominación se llevó a cabo un debate por un delito contra la integridad sexual. El acusado debía responder por “abuso sexual simple agravado por el grave daño a la salud mental de la víctima”. El hecho habría ocurrido en 2021. La víctima es una niña y el imputado es una persona adulta mayor, de más de 71 años. La nena le contó a su madre sobre el ultraje. La mujer creyó a su hija y presentó la denuncia penal contra esta persona. Si bien no pertenece a su círculo íntimo familiar, habría aprovechado la cercanía y confianza para agredir a la niña.
El Tribunal estuvo integrado por los jueces Miguel Lozano Gilyam, Silvio Martoccia y Luis Guillamondegui. El Ministerio Público Fiscal estuvo representado por el fiscal Augusto Barros, quien estuvo acompañado por la asesora de Menores Carolina Acuña Barrionuevo. En tanto que la defensa estuvo a cargo del abogado del foro local Orlando del Señor Barrientos.
Por tratarse de un delito de instancia privada, el debate se desarrolló a puertas cerradas. Fuentes consultadas por El Ancasti indicaron que si bien el acusado decidió confesar, negó los hechos. También declaró la mamá de la víctima, quien realizó la denuncia. La mujer confirmó sus dichos.
En la instancia de alegatos, el fiscal Barros mantuvo la acusación y pidió una pena de tres años de prisión efectiva. A su turno, la defensa pidió la absolución.
Luego de un cuarto intermedio, el Tribunal dio a conocer el veredicto. Por unanimidad, el acusado fue hallado culpable por el delito por el que venía incriminado. En consecuencia, se lo condenó a tres años de prisión efectiva. No obstante, por tratarse de una persona adulta mayor, de más de 71 años, se resolvió que cumpla la pena en su domicilio debido a su avanzada edad.
“Yo te creo”
El abuso sexual en la infancia (ASI) es una de las formas de violencia más extremas que niños, niñas y adolescentes pueden sufrir. Cuando se sospecha que una chica o un chico ha sido víctima de abuso sexual, se produce “una movilización emocional y una conmoción en el entorno familiar de la víctima”, se advierte desde el Centro de Asistencia y Prevención del Abuso Sexual en la Infancia y Adolescencia (CEPASI). Ante una sospecha, se debe intentar el diálogo, con una escucha adecuada; no se trata de un interrogatorio. Es importante lograr saber quién fue el agresor o la agresora a través de su relato para poder protegerlo de nuevos abusos, pero sin inducir respuestas con preguntas del tipo: “¿Fue tu abuelo?”, “¿Fue tu tío?” o “¿Te hizo tal cosa?”. Desde CEPASI se recomienda usar preguntas indirectas, como “te noto triste o raro, ¿te pasó algo que te esté preocupando?”. Tampoco se recomienda tratar de calmar la propia curiosidad o angustia.
Si una niña, niño o adolescente te revela de alguna forma que ha sido víctima de abuso, “tené en cuenta que suelen elegir a un adulto en quien confían para contarles y que generalmente se sienten avergonzados, culpables, con mucho miedo e impotentes. Si te lo está contando, ese adulto de confianza sos vos. Que la niña, niño o adolescente pueda contarlo implica un gran logro y es muy importante darle completo apoyo. El niño o niña que revela un abuso está buscando contención y ayuda, por lo que lo más importante es creerle siempre, ser comprensivo y agradecerle que haya contado.
Los delitos sexuales contra chicos y chicas son de orden público. De esta manera, la acción ante la Justicia podrá ser iniciada por cualquier persona y el Estado, a través de los fiscales, estará obligado a llevar adelante las investigaciones. Se elimina el requisito de la denuncia de los representantes legales del niño, niña o adolescente como condición para proceder.
La Línea 102 de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes funciona las 24 horas, los 365 días. A la vez, el Servicio Local de Capital de Promoción y Protección de Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes cuenta con la línea 3834 606915.n