domingo 26 de octubre de 2025

La selección del "Checho" busca la consolidación

Argentina sumó un nuevo triunfo en la era Batista, pero de cara al futuro quedaron algunos aspectos preocupantes.

El nivel superlativo de Lionel Messi, con un gol y una asistencia tras una jugada personal, fue la clave para que la Selección lograra una dramática victoria sobre la hora ante Portugal, pero de cara al futuro quedaron algunos aspectos preocupantes, sobre todo por lo visto en el segundo tiempo.

Messi volvió a mostrar en la gélida noche suiza que el traje de mejor jugador del mundo que recibió las dos últimas temporadas por parte de la FIFA le queda a su justa medida.

Desequilibrante en los primeros veinte minutos, la figura del Barcelona se movió a voluntad por todo el frente de ataque, generó espacios, tuvo mucho contacto con la pelota, habilitó a compañeros y, con una jugada personal brillante, dejó solo a Ángel Di María para convertir.

En ese lapso del partido Argentina mostró una buena sociedad entre los rosarinos Messi y Di María por el sector derecho del ataque, ante un Portugal que no hacía pie en el campo de juego.

La idea pregonada por el entrenador, Sergio Batista, de querer un fútbol en el que predomine más la técnica que la táctica y el físico, pareció plasmarse en la cancha en ese comienzo del encuentro.

Otra de las aristas a resaltar fue el ingreso de Javier Pastore, quien le dio algo de frescura a un equipo poco audaz en la segunda parte, dominado en gran parte de ese periodo por Portugal.

El ex jugador de Huracán tuvo un mano a mano, se juntó con Messi en algunas ocasiones, cabeceó contra el travesaño y aparece como un socio potable de la estrella, para que no deba retrasarse tanto en el campo y perder protagonismo en los metros donde es letal.

Sin embargo, la magia de Messi y el buen acompañamiento de Di María tuvieron como contrapartida varias aspectos del equipo, a nivel colectivo e individual, que dejaron un margen para la incertidumbre.

El mediocampo, en su totalidad, con los tres jugadores dispuestos por Batista, con Ever Banega por la derecha, Javier Mascherano en el medio y Esteban Cambiasso por la otra banda, fue superado en forma permanente por el rival.

Tanto Cambiasso como Banega no fueron decisivos a la hora de colaborar en el ataque y menos aún a la hora de la recuperación de un impreciso Mascherano.

La otra zona de la cancha donde Argentina se vio superada durante todo el cotejo fue en el juego aéreo cerca de su arco.

Gabriel Milito y Nicolás Burdisso sufrieron con el delantero portugués Hugo Almeida, quien les ganó sistemáticamente por arriba, mientras que el delantero Ezequiel Lavezzi tampoco aprovechó esta convocatoria, con una pobre labor.

Por momentos, la elogiable idea de Batista de tener juego al ras del piso, con verticalidad en el momento necesario y no correr más rápido que la pelota , se logró articular con Messi como estandarte fundamental, como lo seguirá siendo.

Por momentos, Argentina jugó bien, aunque todavía quedan algunas cosas para corregir.

Con la Copa América Argentina 2011 como principal objetivo del año, el equipo nacional tendrá el mes próximo dos nuevos amistosos: el sábado 26 jugará con Estados Unidos en Nueva Jersey y tres días después lo hará ante Costa Rica, en San José.
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