jueves 28 de marzo de 2024
Choferesas

Empoderadas al volante

Un grupo de 30 mujeres taxistas y remiseras se consolida en un rubro que históricamente fue masculino. Abran paso porque ellas avanzan.

Por Redacción El Ancasti

Los usos y costumbres fueron cambiando a lo largo de los años. Actualmente, actividades deportivas como trabajos que fueron considerados “de hombres” hoy son realizadas, y con éxito, por mujeres. Las mujeres, a fuerza de luchas, se pusieron a la altura de los hombres. Fue el avance de las mujeres en estos terrenos que causó cambios cotidianos, sociales y hasta lingüísticos. Sobre el terreno ganado, ellas hoy manejan vehículos de distintos portes y hasta se ganan la vida como trabajadoras del volante, sobre un taxi, remís, camión o colectivo. 
El Diccionario Panhispánico de Dudas de la Real Academia de Española define “chofer” o “chófer” (sí, con tilde en la penúltima sílaba) como “persona cuyo oficio es conducir automóviles”. También se advierte “por su forma, es común en cuanto al género el/la chofer. Es raro, pero admisible, el femenino choferesa”.
En Catamarca, un grupo de 30 choferesas de taxis y remises se organizan en su labor. Ana Ivone, la primera chica trans en ser conductora de un taxi, hace unas semanas había contado su historia de vida, en una charla con Revista Express. En aquella entrevista chifló el dato: ella y sus colegas mujeres están organizadas en grupo de chicas al volante. “Comenzó hace un año y medio aproximadamente. Al principio éramos muy pocas y hoy somos alrededor de 30 mujeres al volante, entre taxis y remises. Se creó este grupo para poder trabajar y luchar por todo lo que necesitamos en el rubro, como cuestiones de seguridad. También creamos grupos de whatsapp por cuestiones de trabajo para pasarnos información y también nos organizamos para trabajos solidarios, ante cualquier necesidad. Nos ayudamos entre todas. También peleamos por las compañeras para que tengan sus licencias”, comentó.
Alejandra Luque es otra de las choferesas catamarqueñas. Sobre este grupo de mujeres, contó que surgió en octubre de 2019. Los colegas Marcelo Caro y Javier Catalán, referentes de la Agrupación Amarilla, quisieron homenajear a sus compañeras del volante. Se tomaron el trabajo de conseguir los números telefónicos para reunirlas y entregarles un obsequio por el Día de la Madre. Casi sin querer queriendo, se conformó un grupo de whatsapp, que hasta el día de hoy se mantiene. 
“Así hemos estrechado vínculos entre nosotras y nos acompañamos en el día a día. Somos aproximadamente treinta las mujeres del volante en la Capital de Catamarca. Un pequeño número si lo comparamos con las casi dos mil personas que se dedican a esta profesión en nuestra ciudad”, advirtió.
Estar unidas fue fundamental desde que comenzó la cuarentena, recordó. A partir de las necesidades que surgieron en este rubro, los trabajadores del volantecomenzaron a crear diferentes grupos de WhatsApp. “Las mujeres fuimos pioneras en esto. Hacía seis meses que ya estábamos trabajando en conjunto para encontrar soluciones a nuestras problemáticas.En la actualidad hay varios grupos de colegas”, expresó. 
Tal vez, la prueba de fuego fue el 20 de marzo de 2020. Para Alejandra, en relación con su trabajo, hubo un antes y un después. “Nosotros siempre hemos continuado trabajando a pesar de que eso nos deja totalmente expuestos. Somos exceptuados y somos los que en todo este tiempo hemos llevado a destino a los trabajadores esenciales y a quienes tenían alguna emergencia. Siempre extremando los cuidados, por nosotros, por nuestros pasajeros y por nuestras familias. Lo positivo que nos está dejando esta pandemia, es que estamos aprendiendo a unirnos. Ya no estamos tan solos adentro de nuestros autos, mientras rodamos las calles para brindar nuestro servicio”, aseguró.

Medio de vida
Además del grupo femenino, Alejandra desde agosto del 2020 también pertenece al Grupo Juntos Somos Fuertes.A este grupo se sumó por invitación de Luis Carrizo, ideólogo y administrador, junto con León Carrizo.“Soy una orgullosa integrante de esta agrupación en la que somos amigos, aparte de colegas. Es un grupo que se creó desde la solidaridad,convocados para ayudar al hijito de un colega que debía ser operado y necesitaba una prótesis. Cumplido el objetivo, hemos continuado agrupados y entre todos hemos realizado cinco campañas solidarias para brindar ayuda a algunos colegas a los que les tocó vivir diferentes circunstancias difíciles”, comentó.
Alejandra es taxista desde hace casi 30 años. Tal vez la vida, le mostró este camino para recorrer sobre ruedas. “Comencé casi sin querer, cuando retornaba luego de dejar a mis hijas en sus actividades, si me hacían seña, lo realizaba al viaje. Luego comencé a atender a clientes mensualizados y posteriormente a trasladar pacientes de diálisis.Hoy tengo un solo paciente de diálisis, Pedrito. Con ellos me ocurre algo especial; son años de trasladarlos día por medio y el vínculo que se genera es de una gran amistad”, aseguró.
De esta manera, fue incorporando esta actividad que, desde el inicio,fue su único medio de vida. “Gracias al taxi pudimos sostener a mis dos hijas y darles la oportunidad de estudiar e independizarse. Mi hija mayor es cabo primero de la Policía de la Provincia y mi hija menor está a punto de graduarse en Arquitectura. También gracias a mi taxi, pude continuar mis estudios terciarios”, contó. Además de choferesa, Alejandra es locutora. Tiene mucho camino recorrido y una historia para compartir en más de un viaje. 
“En mi experiencia, nunca he sentido discriminación por el hecho de ser una mujer realizando una tarea tradicionalmente de hombres. Los pasajeros, en general, son muy amables y los colegas también. Lo que sí destaco, es que aún hoy, los pasajeros se sorprenden de ser conducidos por una mujer pero expresan el agrado por eso”, comentó.

Seguridad
En este sentido, Alejandra remarcó que muchos pasajeros, principalmente mujeres, le piden su número de teléfono porque prefieren viajar con ellas. “Se sienten más cómodas y seguras, me dicen.La pregunta común es si no tengo miedo de andar en mi taxi. Mi respuesta es que sí, pero que al temor lo doblo y lo guardo en el bolsillo, le oro a Dios y salgo. Él es mi guía y protección en cada paso que doy.También me esmero en ser precavida y ahora se suman las medidas de prevención que todos debemos tomar por esta pandemia que nos atraviesa”, aclaró.
Al mismo tiempo, Alejandra indicó que aún hay mucho por trabajar para lograr un ambiente de trabajo seguro, digno, con el acompañamiento de las autoridades relacionadas con nuestra labor y también para evitar que personas que se autoerigen como representantes, lucren con nuestras necesidades. Es imperioso que surjan nuevos referentes del sector, referentes que tengan credibilidad y transparencia, que realmente busquen el bien de todos los colegas y no, como ha ocurrido, que a cada paso se les note que solo les impulsa procurar su beneficio personal, a costa de nuestro sacrificio”, consideró.

Otra pionera
En este rubro, Graciela Arévalo es otra choferesa para destacar. Ella es una de las pioneras. “Soy taxista desde hace 31 años y a la noche soy chofer de camión de recolección de la Municipalidad”.
Hace casi 10 años, en julio de 2011, había contado su historia. En aquella oportunidad, había contado que esta profesión la lleva en la sangre porque la heredó de su padre y de sus hermanos.
Madre de cinco hijos y abuela, el taxi fue su sustento. “Soy taxista desde 1990. Soy taxista de cuna. Mi papá tenía un coche a caballo y uno de mis hermanos compró un Ford Falcon. Somos 10 hermanos y de los cuales 9 somos taxistas”, empezó a contar. 
Graciela empezó en un Peugeot 404 gasolero, luego pasó a un Falcon, después a un Renault 12, un Fiat Duna, un Scort, después a un Peugeot 504 y luego a un Gol. Ahora, maneja un camión de gran porte para la Municipalidad. Experiencia tiene, al mismo tiempo que acreditó su profesionalismo. “Cuido al auto como a un hijo porque una vive de esto. Amo este trabajo, de corazón. Cambiar un neumático o medir el agua, el aceite o ver cómo están las baterías, lo sé hacer”, había señalado.
En aquella entrevista, había destacado que sus clientes le manifestaban sentirse más seguros viajando con una mujer conductora. A diferencia de los hombres, explicó, las mujeres registran menos accidentes de tránsito. Para Graciela, eso se debe a que las choferesas respetan más las leyes. 
“Además, nos prefieren más para llevar chicos a la escuela. Desde hace 4 años llevo a una nena a la escuela. La madre me dice que tiene más confianza en una mujer que en un hombre. Lo mismo pasa a la mañana bien temprano, cuando se sube una mujer para ir a trabajar; suelen decir ‘menos mal que me encontré con una mujer’”, había contado.


En números
Se estima que en la Capital se registran alrededor de 2.000 matrículas de taxis y remises. Solamente, 30 corresponderían a mujeres. Es decir, el 1,5%. 

Texto: Basi Velázquez
Fotos: Ariel Pacheco

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