Ante al apuro por el tiempo que sigue corriendo, señaló que recientemente, se aprobó la Ley de Egreso Asistido. En este contexto, el sistema de Protección piensa en cómo implementarlo porque nos preocupa la posibilidad de que estos chicos que quizá no sean adoptados por la edad que tienen. La idea es trabajar con ellos y comenzar con la autonomía progresiva, empezar a darles herramientas para que cuando salgan, tengan un proyecto de vida y puedan vivir solos, detalló. “Es la posibilidad que vemos ante la dificultad de una posible adaptación. Igual, seguimos insistiendo en la adopción porque estamos convencidos que vivir en una familia, que además de ser un derecho, es lo mejor que les puede pasar a los chicos: vivir, desarrollarse y crecer en una familia”, consideró.
En cada visita, los chicos expresan su deseo. Marina recuerda que uno de ellos, cada vez que lo visita en la institución donde está alojado, le manifiesta sus ganas de tener una familia. “Cuando los visito, me dice: ‘quiero hablar con usted. Yo ya me quiero ir; quiero tener mi familia’. Es muy triste no poder solucionar. Tienen tantas ganas de tener una familia porque aunque en la institución hagan sus actividades y salgan a pasear, no es lo mismo”, aseguró.
Al mismo tiempo, remarcó que en Catamarca hay muy pocos niños de menos de un año de edad en condición de adoptabilidad. La mayoría son adolescentes y es una situación muy complicada para conseguir familia, señaló. “Cuando pensamos en la adopción, pensamos que tenemos que buscar una familia para esos chicos; partimos desde ese lugar y cuál es el perfil necesario para esos niños y no al revés, buscar un chico para la familia.
Es muy importante la participación del órgano administrativo en este proceso. Los postulantes se inscriben en el Registro Único de Aspirantes a Guarda con fines de Adopción –que se encuentra en la Corte de Justicia-. Es el área de Protección que conoce a los niños, sus características, necesidades y deseos. Sabemos cuál es el perfil de familia que ese chico necesita. Aún no podemos participar en el proceso de selección pero sí trabajamos de manera conjunta con el Juzgado de Familia en la vinculación de los postulantes con los niños. Se debe mirar desde la necesidad de los chicos y no desde la necesidad de los postulantes”, aclaró.
Mientras esperan por una familia, los chicos asisten van a la escuela y tienen actividades tanto dentro como fuera de la institución. Marina explicó que se pretende que tengan actividades puertas afuera y que además, sean instituciones a puertas abiertas para que sus compañeros de escuela o amigos puedan ir. “Las chicas del Sipas van al Polideportivo Sur; los varones del Huayna van al EVEA a clases de folclore y de pintura. Hace poco, se realizó un torneo de fútbol, un torneo barrial. De acuerdo, con las categorías y las edades, los equipos de formaron con los compañeros de las escuelas que fueron invitados. Estas actividades de integración son necesarias porque no pueden vivir aislados dentro de una burbuja, donde todas las actividades se realizan dentro de la institución. Deben compartir con otros chicos y tener otras experiencias. También están las peleas, los celos y los berrinches entre ellos. Se deprimen por su situación, sobre todo aquellos que tuvieron la experiencia de vincularse con los postulantes pero que la adopción no se concretó. Se quedan con la sensación de un nuevo abandono. Es muy angustiante para ellos”, contó.
Sobre el trabajo en equipo, dijo que existe un buen diálogo con los referentes del Registro Único y de los Jugados de Menores.También detalló que hay un trabajo previo para declarar la condición de adoptabilidad. “Cuando hay situación de riesgo o de abandono, que nos enteramos por oficio de la Justicia, por un llamado de la Línea 102 o por demanda espontánea, intervienen los equipos del área de Protección. Es un equipo interdisciplinario que evalúa la situación; se determina si el niño puede o no seguir con esa familia. Si la familia no les da lo necesario para su desarrollo y crecimiento, hay que separarlos momentáneamente de esa familia y van a una institución de protección. El trabajo continúa; se trabaja con los padres, fortaleciendo los vínculos para que se revierta la situación de origen. Pasado un tiempo prudencial, si se comprueba que ese niño no puede volver con su familia de origen o amplia, se evalúa la posibilidad de la condición de adoptabilidad porque no queremos que los chicos sigan creciendo dentro de una institución”, detalló.
Además, aclaró que una situación de vulnerabilidad social no es igual a la condición de adoptabilidad. Tenemos otros chicos que están en un riesgo inminente. Cuando una situación de descuido, implementamos el Programa de Fortalecimiento Familiar. Se trabaja en talleres para que poder acompañarlos y asesorarlos para que puedan asumir su responsabilidad parental y cuidar a sus niños. De esa manera, evitamos muchas separaciones. El Estado debe garantizar el acompañamiento para que los chicos sigan con su familia y no se separen. Hay chicos que están en situación de calle que tienen una familia. Con ellos se trabaja con el programa Regreso a casa y con sus familias”, destacó.
La seguridad de dar un vínculo
Por su parte, Susana Moreno, jueza de Familia de Primera Nominación, explicó cómo se realiza este trámite. El proceso tiene sus etapas. Se declara la condición de adoptabilidad de un niño, por sentencia del Juzgado de Familia, y por su parte los postulantes interesados participan de un juicio de adopción para que se les conceda la guarda con fines de adopción.
“La adopción quiere decir ‘ahijar’. Es dar un vínculo y formar parte de una familia. Es un instituto muy importante dentro del Derecho. Es el instituto de la mayor sensibilidad social. En el juez en sus manos tiene el destino de una persona. Por ello, hay que ponderar tan bien los factores para que esa persona pueda tener la mejor de las vidas. En mi valoración lo primero que hago es ver las pericias al momento de la inscripción de los postulantes en el Registro Único. Cuando se ve la carpeta con los postulantes, se deben buscar los mejores padres para un hijo. En realidad, ese es el paradigma del derecho de la familia”, sostuvo.
Además, precisó que existen tres tipos de adopciones. En la ‘adopción simple’, el adoptado no pierde el vínculo con su familia de origen, de sangre. En cambio, en la ‘adopción plena’, sí. En cambio, ‘la adopción de integración’ es un tipo de adopción para el cónyuge. Es decir, se integra al grupo familiar de referencia. “Es para el hijo del cónyuge que no tiene filiación paterna. Por ejemplo, una mujer que tiene un hijo, que solo tiene el apellido de la madre, se casa y el cónyuge le da su apellido para que forme parte de la familia parental. Él hace el trámite y le va a dar la integración de su familia con la adopción”, detalló.
En cuanto al trámite, remarcó que la prioridad son los niños y los postulantes deben ser evaluados. “Personalmente, me interesa muchísimo cada postulación. Los postulantes deben estar aptos desde el punto de vista psiquiátrico y psicológico. Es la primera ponderación. Ponderamos el grupo familiar, la pareja, cómo está estructurada. Vemos dónde y cómo van a vivir estos hijos. Muchas veces está en el ideario popular que el juez ve el dinero. No se hace una valoración por capacidad económica. Quien planifica, debe tener recursos pero no es una cuestión determinante. Sí debe tener donde vivir y cómo mantenerse”, aclaró.
Al mismo tiempo, resaltó que muchas veces, hay niños que nacen con problemas de salud, con problemas congénitos, bebés prematuros y se comienza a hablar a los postulantes sobre cada caso. También está la cuestión de las edades porque no hay techo, al respeto. “Se puede adoptar a cualquier edad pero hay que tener una diferencia de edad entre adoptado y adoptante. Los parámetros a ponderar son múltiples”, señaló.
La magistrada recordó que hubo épocas en las que los postulantes solo querían bebés; en otro momento solo querían un hijo; luego aceptaban hasta un hermano y después volvían con la idea del bebé. Sin embargo, destacó que siempre a los hermanos se los entrega a un mismo postulante porque la ley dice que se debe tratar que todos los hermanos vivan juntos. “Supuestamente, cuando dada la circunstancia, unos chicos toman empatía con una pareja y otros no, entonces, tengo que dividir a los hermanos. En esos casos, y hay fallos de cámara al respecto, las familias deben estar dispuestas a no obstruir el vínculo entre hermanos. Ellos van a saber hermanos, dónde están los lazos de sangre y poder fijar un régimen de visita. En todos los casos es tan importante proteger el interés superior del niño y, en esos casos, proteger el vínculo fraternal. Es muy importante que los chicos, durante su niñez, tengan su centro de vida y donde unan ellos el vínculo fraterno. Se busca que ellos caminen juntos por la vida y en la adopción pasa lo mismo. Tuve grupos de hermanos que fueron a los mismos padres adoptivos. Hubo casos de hasta cuatro hermanos. Uno de los principales generales de la adopción es la preservación de los grupos fraternos”, indicó.
A tener en cuenta
Entre otras cuestiones, la jueza indicó otros aspectos a tener en cuenta al momento de adoptar. Los chicos mantienen el derecho a conocer su origen. Los padres adoptivos deben decirles de dónde vienen porque los hijos lo buscan y tarde o temprano lo va a saber. “Es preferible que lo sepa por sus padres; él va a buscar su origen porque todos necesitamos saber de dónde venimos”, consideró.
Además, en el proceso de adoptabilidad, hay que ponderar la edad y la brecha generacional, advirtió. Para la magistrada, hay que buscar y acomodar edades porque la edad va junto con ese hijo para poderlo criar. “También hay que tener en cuenta el derecho del niño a expresarse y a que su opinión sea tenida en cuenta, de acuerdo con lo establecido en la Convención de los Derechos del Niño”, indicó.
En cuanto al trabajo que conlleva todo este proceso, contó que el juez no decide solo. También se trabaja con los equipos técnicos, tanto el Equipo Técnico de Familia como el Cuerpo Interdisciplinario Forense del Poder Judicial porque el trabajo de la adopción es multidisciplinario.
“Una situación de vulnerabilidad social no es igual a una condición de adoptabilidad”, remarcó. La Subsecretaría de Familia puede avisar al fuero de Familia que hay chicos en condición de adoptabilidad para que se encamine la sentencia de declaración, comentó. A pesar de que la Subsecretaría puede mandar la información de sus equipos, los Juzgados de Familia también realizan ese trabajo con sus equipos propis. Por ello, es un trabajo interdisciplinario. Se tiene que trabajar así porque no es una cuestión de la ligera, sostuvo.
“Buscamos la mejor posibilidad. A la gente no hay que hacerla transitar por muchos procesos. Ellos reclaman porque quieren inscribirse y tener la posibilidad de adoptar y no es así. Lamentablemente, el estado de adoptabilidad se debe declarar porque da seguridad jurídica a los presuntos adoptantes. Eso es lo importante. La seguridad jurídica en cada paso de la adopción debe quedar acreditada. También cubro el recaudo de que no se sepa a qué padre va. La ley les da a los chicos una familia para que no queden instituciones. En mis manos está darles el mejor destino de vida. Cuando vamos al juicio por adopción, es reducido porque ya tengo toda la historia en el expediento. Tengo el consentimiento y pericias. Interesa ver cómo está el chico con sus padres adoptantes, cómo se amalgamó la relación, qué situación familiar los rodea y cómo se va a llamar. Ese es el cambio; puede cambiar todo. Puede tener otro nombre distinto al que tenía. En la sentencia de adopción se da la adopción, se cambia el apellido, se dispone que debe conocer el origen, se inscribe en el Registro Civil y Capacidad de las Personas con una nueva partida de nacimiento y un nuevo DNI. Todo lo anterior desaparece”, contó.
FRASES
“Vivir en una familia, que además de ser un derecho, es lo mejor que les puede pasar a los chicos: vivir, desarrollarse y crecer en una familia”.
Marina Losso
Subsecretaria de Familia
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“La adopción quiere decir ‘ahijar’. Es dar un vínculo y formar parte de una familia. En el juez en sus manos tiene el destino de una persona. Se deben buscar los mejores padres para un hijo”.
Susana Moreno
Jueza de Familia de Primera Nominación
ESTADÍSTICAS
A nivel país, se inscribieron 5.465 postulantes en el Registro Único de Postulantes a Guarda con Fines de Adopción. En Catamarca, hay alrededor de 150 inscriptos. Se estima que en todo el territorio argentino hay 800 niños, niñas y adolescentes, hasta 17 años que esperan ser adoptados
Del total de inscriptos en todo el país:
El 90 % quiere bebés de menos de un año de edad.
El 71 %, hasta cuatro años.
El 15 %, hasta ocho años.
El 0,8 %, hasta 12 años.
El 15 %, con discapacidad.
El 15 %, con hermanos.
Fotos: Diego Rodríguez
Textos: Basi Velázquez