El Ministerio Público Fiscal hizo una acusación por doce hechos
Sólo tres empresas tuvieron casi 900 operaciones de compras directas en 2003
El jueves, la Cámara Penal nº3 condenó al exsubsecretario de Acción Social, Víctor Brandán y al exministro de Salud, Pablo Doro, al encontrarlos culpables de administración fraudulenta.
Culpables. Brandán y Doro recibieron la condena en primera instancia y aguardan los fundamentos.
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La condena contra el exsubsecretario de Acción Social, Víctor Brandán y el exministro de Salud, Pablo Doro, se dio luego de que el Tribunal de la Cámara Penal nº3 los encontrara culpables de haber manipulado una serie de expedientes de compras directas realizadas en los últimos meses del año 2003. Según se pudo conocer en los alegatos del Ministerio Público Fiscal, un reducido grupo de tres empresas habían sido beneficiadas con casi 900 compras en esos meses finales de la gestión de los exfuncionarios en el Gobierno.
Los fiscales formularon la acusación en base a 12 hechos puntuales, pero sostuvieron que "las irregularidades eran muchísimas" y que muchas de ellas no habían podido probarse "completamente". En estos hechos hay dos grupos: por un lado, expedientes en los que se incorporaron remitos o facturas supuestamente falsas para justificar la entrega de mercadería y por otro lado, notas y pedidos de subsidios que se presentaron con firmas falsificadas. Además, se mencionaron tres empresas que habrían recibido casi 900 compras directas en muy pocos meses: Farmacat, Drio y La Dorada.
En uno de los hechos, se mencionó que el entonces ministro Doro reconoció una deuda con Farmacat por la provisión de frazadas por $199.400 pesos, en un expediente que inició la subsecretaría de Brandán. En este caso, se explicó que el ardid estuvo en que la entrega de las frazadas estaba respaldada por un remito firmado el 5 de agosto de 2003, pero ese papel había sido impreso recién el 25 de septiembre de ese año. Farmacat, además, tuvo 540 contrataciones en muy pocos meses durante ese año. "Si hubieran sido en un año, eran más de una por día contando sábados y domingos. Fue un accionar morboso y obsceno", dijo el fiscal Miguel Mauvecín en los alegatos. Esta empresa estuvo involucrada en un segundo hecho con subsidios por medicamentos por $16.500 que estaban respaldados por notas de personas que nunca solicitaron ni recibieron esas medicinas.
La empresa Drio está involucrada por la supuesta compra de 20.000 juegos de ingenio. Según la Fiscalía, se pagaron $184.000 y se utilizaron documentos con fechas falsas para simular la entrega, con el mismo mecanismo antes mencionado. En este caso, se agregó que la Subsecretaría "no tenía el crédito presupuestario al momento de iniciar el expediente" y además se adjuntó un testimonio de un empleado del depósito de Sumalao que advirtió que de esos 20.000 juegos, "se recibieron solo 4.000 unidades" para el día del niño de 2003. La firma Drio tuvo más de 200 adjudicaciones en ese período.
La empresa La Dorada estuvo implicada en tres hechos: dos corresponden a la compra de 3.000 y 3.375 camperas para niños, por las que se pagaron $182.700 y $199.400 respectivamente y, otro por la compra de 65.000 juguetes varios por los que se pagaron $193.700. En total, La Dorada se quedó con 130 adjudicaciones. En los tres hechos se mencionan remitos y facturas con fechas falsas y hasta órdenes de compra irregulares. "Brandán había montado en la Subsecretaría una oficina de Compras paralela, porque no intervenía el área de Licitaciones y Compras del Ministerio", indicaron los fiscales. Para el caso de las camperas, se mencionó que incluso las mismas habían sido entregadas aun antes de que se autorizara la compra.
Entre estas tres empresas concentraron 870 compras directas. Sin embargo, se mencionaron otras que estuvieron involucradas cada una en uno de los hechos juzgados. Fueron Ambato SRL, Construcciones Americanas, Noroeste Comercial, Esquiú SRL, Comercial del Centro y Crucita SA.
Noreste Comercial, por ejemplo, fue contratada en 35 oportunidades "en muy poco tiempo" y Esquiú SRL, por apenas seis, pero por motivos varios: proveía desde pan hasta materiales de construcción. "En algunos casos incluso no se contrataban empresas catamarqueñas. Por ejemplo, Crucita SA fue contratada para proveer materiales de construcción y resultó ser una empresa de chacinados con domicilio en la Ciudad de Buenos Aires. Desconocía que se podía construir con chacinados", ironizó Mauvecín.
Para la Fiscalía, Doro y Brandán no podían desconocer estas irregularidades ni el movimiento diario de los depósitos porque tenían allí "a gente de su enterísima confianza". "Incluso en 2004 desapareció una computadora con toda la documentación de los depósitos", fundamentó.