El expresidente pidió que la denuncia salga de Comodoro Py y se traslade a la Justicia federal de San Isidro.
El expresidente Alberto Fernández pidió en las últimas horas que la denuncia de su expareja Fabiola Yáñez, por violencia y otros delitos, salga de los tribunales Comodoro Py y se traslade a la Justicia federal de San Isidro, donde tramita la causa por la Fiesta de Olivos. Fuentes judiciales le confirmaron que la nueva abogada del exmandatario, Silvina Carreira, hizo una presentación ante el juez federal Julián Ercolini.
Ese escrito modificó el curso de la causa, al menos en las próximas horas. La defensa de Fabiola Yáñez, ahora en manos de la abogada Mariana Gallego, analiza postergar la declaración ante el fiscal Ramiro González, que quedó a cargo del expediente. “Si la causa pasa a San Isidro no tiene sentido que declare este fin de semana, sino terminaría declarando dos veces”, explicó una fuente desde Madrid.
Formalmente, Yáñez todavía no declaró. Hizo una exposición ante el juez Ercolini el martes pasado.
En las próximas horas no habrá novedades, al menos desde el punto de vista judicial. Si no hay sorpresa, la nueva abogada de Fabiola haría una presentación ante el consulado argentino en Madrid el próximo lunes para formalizar su designación. Y luego podría pedir ser querellante.
La causa por violencia comenzó el martes último, cuando Yáñez llamó al juez Ercolini y le informó que quería hacer la denuncia. El magistrado la delegó al fiscal Carlos Rívolo, pero se mandó a sorteo y le volvió a tocar a Ercolini. De esa manera, el caso salió del juzgado federal 11, donde se sigue tramitando la causa de los seguros, y quedó en el juzgado 10, con la intervención de Ramiro González.
Sin embargo, el pedido de allanamiento en el departamento de Alberto Fernández lo firmó Rívolo, que reemplazaba hasta la medianoche del viernes a su colega por una licencia.
Durante ese operativo, a cargo de la Policía Federal, se secuestraron 22 pendrives, dos teléfonos, un iPad y 2 memorias, según publicó Infobae. “La orden era secuestrar todos los dispositivos”, dijo una fuente de la causa. Como rige el secreto de sumario, apenas trascendieron algunos detalles.
Desde ayer la investigación se tramita en la fiscalía de González, que también intervino en la causa por la Fiesta de Olivos. En ese expediente imputó a Fernández, a Yáñez y el resto de los invitados por violar las normas contra el COVID-19. Pero luego el juez Sebastián Casanello se declaró incompetente y mandó todo a la Cámara Federal de San Martín.
La nueva abogada de Fabiola, Mariana Gallego, llegó ayer a Madrid (España) y ya tomó contacto con la exprimera dama para definir la estrategia jurídica. En principio, no declarará hasta que se aclare el conflicto de competencia.
La causa que conmovió al país comenzó con una serie de mensajes encontrados en el celular de María Cantero, exsecretaria de Alberto Fernández, en el marco de la investigación por los seguros. En una de esas conversaciones, Yáñez le relató a Cantero varios actos de violencia. También le mandó fotos.
La existencia de esos mensajes fue revelada el domingo pasado por el diario Clarín. Alberto Fernández se enteró que todo se iba a hacer público el sábado a la tarde. “Es el final de mi carrera”, le dijo a un interlocutor ese mismo día.
Tras la revelación periodística, Yáñez y el expresidente volvieron a comunicarse. Esas conversaciones, por momentos muy tensas, derivaron en la denuncia. El martes al mediodía (hora de Argentina), la ex primera dama tomó su teléfono y llamó al número fijo de la secretaria privada del juez Ercolini. Pidió hablar con el magistrado. “No aguanto más, quiero hacer la denuncia”, lanzó. Apenas diez minutos después, comenzó una audiencia por Zoom.
