El organismo advirtió que el país no alcanzará las metas pactadas y pidió acelerar reformas. “Es esencial reconstruir reservas”, dijo su vocera.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) se mostró “incómodo” con los números de la economía argentina y puso presión sobre el Gobierno al afirmar que no cumplirá la meta de acumulación de reservas para fin de año. Desde Washington, su vocera, Julie Kozack, aseguró que alcanzar el objetivo “será un desafío” y sostuvo que “sigue siendo esencial reconstruir las reservas internacionales”.
El diagnóstico coincide con las advertencias de analistas privados, que aseguran que el “nivel neto” del Banco Central está en terreno negativo.
Ante este escenario, el FMI remarcó que un mayor “colchón de dólares” es necesario (y urgente) para sostener la estabilidad macroeconómica y mejorar la capacidad del país para responder ante shocks externos. En este contexto, Kozack, en conferencia de prensa, volvió a insistir en que el Gobierno debe implementar un “marco monetario y cambiario consistente y sólido” que habilite una trayectoria más firme de acumulación.
Uno de los puntos más sensibles del intercambio fue el tratamiento del swap con el Tesoro de Estados Unidos. Consultada sobre si ese instrumento podría contabilizarse dentro de las reservas netas para acercarse a la meta, Kozack evitó definiciones. Dijo que el FMI aplicará su marco técnico habitual y que la respuesta aparecerá recién en el próximo informe del staff.
Si el país no llega a la meta -algo que el Fondo ya anticipó que pasará- deberá solicitar un permiso especial para incumplir un acuerdo de manera temporal, para así poder acceder al desembolso pendiente. La vocera no quiso especular sobre ese proceso y señaló que la discusión se dará durante la próxima revisión, prevista para enero de 2026.
Más allá del frente cambiario, el FMI reiteró que las reformas estructurales siguen siendo indispensables para sostener los avances económicos.
En este aspecto, Kozack fue explícita. El organismo “espera reformas destinadas a mejorar la eficiencia y la equidad del sistema tributario, junto con la continuación de los controles y reformas del gasto, incluyendo las de subsidios”. Según la vocera, estos cambios apuntan a “fortalecer el ancla fiscal” y avanzar hacia una economía “más resiliente y basada en el mercado”.
También insistió en la necesidad de ajustes en la regulación y en el mercado laboral. “Se deben realizar esfuerzos para mejorar el funcionamiento y la flexibilidad de los mercados, incluyendo el mercado laboral”, afirmó, y remarcó que “generar consenso a favor de estas reformas sigue siendo esencial”.
