En el marco del juicio por la Tragedia de Once declaró por primera vez y por videoconferencia el ex ministro de Planificación Federal Julio De Vido, quien sostuvo que no se le puede atribuir responsabilidad por lo ocurrido y apuntó contra los ex secretarios de Transporte Ricardo Jaime y Juan Pablo Schiavi. También cargó contra el maquinista Marcos Córdoba y señaló que éste "omitió apretar los frenos". El juicio tiene previstos los alegatos para el 31 de julio y en septiembre el veredicto.
"Quiero expresar mi solidaridad a las familias del hecho que hoy se juzga", comenzó De Vido, que denunció presión política sobre los jueces que tienen a cargo el debate y se refirió incluso a un discurso que brindó a principios de año el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, sobre el supuesto "armado" del Tribunal para este caso.
"No puedo aceptar ni un segundo que se me atribuya la responsabilidad. Toda mi gestión estuvo para mejorar la política de transporte", dijo en el segundo juicio por el hecho que costó la vida de 51 personas el 22 febrero de 2012. No obstante, sí reconoció que "la deficiente prestación de servicios públicos son moneda corriente en el devenir usual en todo el país, especialmente en el marco de la emergencia económica y social".
Acompañado por su abogado Maximiliano Rusconi, De Vido dijo que como ministro no tenía relación directa con los concesionarios y no existe evidencia de ello. "No me ocupaba de ejercer de manera personal las funciones específicas asignadas a otros órganos y funcionarios", agregó y le atribuyó responsabilidad de ello a los secretarios de Transporte, aunque no mencionó ni a Jaime ni a Schiavi, ambos ya condenados en un primer juicio.
En ese sentido, dijo que es "increíble" sostener que tuvo conductas para perjudicar al Estado Nacional por la asignación de subsidios a las concesionarias ferroviarias y remarcó que tampoco puede ser "garante" de lo que otros funcionarios o entidades tenían en la materia.
Luego sí cargó directamente contra el maquinista Córdoba, condenado en el primer juicio a tres años y tres meses de prisión. "Omitió apretar los frenos de la formación y solo eso ocasionó el accidente. No puede achacárseme a mí. No conozco a Córdoba y no sé cómo frenar un tren", apuntó el ex ministro.
Por último, consideró que los familiares de las víctimas merecen la verdad y también los del maquinista Leonardo Andrada, quien fuera el que entregó la formación en servicio a Córdoba convirtiéndose en testigo clave y fue asesinado en un presunto hecho de inseguridad mientras se desarrollaba la investigación. "La verdad la necesitamos para llorar a las víctimas y descansar de las falsedades. La verdad nos hará libres, dijo nuestro señor Jesucristo", concluyó el ministro tras una hora de lectura de su declaración.