A principios de agosto, el papa Francisco recibió a 13 víctimas de abusos sexuales en la Iglesia, en el marco de la primera jornada de su viaje a Lisboa, Portugal, con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ).
Para continuar, suscribite a El Ancasti. Si ya sos un usuario suscripto, iniciá sesión.
Acceso hasta 40 notas mensuales en el portal de El Ancasti.
Para continuar, suscribite a El Ancasti. Si ya sos un usuario suscripto, iniciá sesión.
Acceso hasta 40 notas mensuales en el portal de El Ancasti.
A principios de agosto, el papa Francisco recibió a 13 víctimas de abusos sexuales en la Iglesia, en el marco de la primera jornada de su viaje a Lisboa, Portugal, con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ).
Previamente, Francisco había llamado a escuchar el "grito de dolor de las víctimas" de abusos sexuales en la Iglesia, al iniciar su visita a Lisboa, donde lo esperan alrededor de un millón de peregrinos de todos los continentes para participar en la Jornada Mundial de la Juventud.
Seis meses después de un impactante informe sobre ese tema en el clero portugués, Francisco se refirió a "la desilusión y la rabia que algunos alimentan en relación con la Iglesia, en algunos casos por nuestro mal testimonio y por los escándalos que han desfigurado su rostro".
Esos escándalos "llaman a una purificación humilde y constante, partiendo del grito de dolor de las víctimas, que siempre han de ser acogidas y escuchadas", expresó Jorge Bergoglio ante los sacerdotes, diáconos y obispos reunidos en el Monasterio de los Jerónimos.