jueves 28 de marzo de 2024
en rosario, también robaba a sus víctimas

Sentencian a 20 años de prisión a un violador serial

Pablo Barreto fue a juicio abreviado. Le confirmaron 12 robos y tres violaciones. Atacaba a cara descubierta.

Por Redacción El Ancasti

Un hombre acusado de varios hechos de robo y de ser un violador serial fue condenado ayer en Rosario a 20 años de prisión. El depravado eligió una veterinaria, una librería y una tienda de mascotas como algunos de los escenarios de esa ciudad en los que este año sometió a varias mujeres, en su mayoría jóvenes.
Se trata de Pablo Barreto, quien fue capturado en julio y se declaró culpable ayer viernes a la mañana antes de que la causa sea elevada a juicio oral, y recibió una condena de 20 años de prisión.

Barreto trabajaba como repartidor de una pizzería céntrica. La caja blanca de delivery de su motocicleta negra fue un indicio clave para identificarlo después de recoger casi una decena de denuncias entre enero y junio.
Una de las últimas víctimas fue Sofía, una chica de 19 años a la que violó después de presentarse como un supuesto cliente. Como en el resto de los casos, el abusador se aseguró de que atendiera al público sola en un local antes de asaltarla. 

Ese episodio puntual tuvo como agravante que el comercio estaba ubicado sobre la misma cuadra de la Comisaría 15° en la zona sur de la ciudad. El cadete de 24 años también se hacía pasar por instalador de alarmas cuando lo recibían en las tiendas a las que iba cerca del horario de cierre, ya sea al mediodía o al final de la jornada. 

“Si no dejás que te haga todo lo que yo quiero, te ahorco”, llegó a decirle a la muchacha a la que minutos antes le había preguntado el precio de un disfraz para su hijo. Dado que actuaba a cara descubierta, los testimonios recabados por la fiscal Alejandra Raigal coincidieron en otro dato fundamental para dar con él ya que tenía una larga cicatriz debajo de su pómulo izquierdo. La encargada de una veterinaria del barrio Luis Agote fue más allá en la descripción y añadió que la herida no parecía suturada y había cerrado “por segunda”.
A diferencia del final de otros robos, Jorgelina logró defenderse cuando Barreto se bajó los pantalones y exhibió sus genitales para que le practicara sexo oral.

Aprovechando que tenía margen para moverse a pesar de las ataduras, la mujer de 42 años agarró una tijera que tenía a mano y lo tomó desprevenido, de modo que el delincuente salió corriendo y finalmente huyó después de un segundo intento de ingresar al local de San Nicolás al 300.
Barreto se negó a declarar ante la jueza María Trinidad Chiabrera el día que lo llevaron al Centro de Justicia Penal y desde entonces se encontraba bajo prisión preventiva. 

Ayer viernes, el repartidor fue trasladado nuevamente para la audiencia en la que se abordó el procedimiento abreviado ante un tribunal que completaron los magistrados Héctor Núñez Cartelle y Román Lanzón por 12 casos de robo entre los que se confirmaron tres hechos de abuso sexual consumado, además de amenazas y privación ilegítima de la libertad.
A principio de julio la Justicia detuvo a un hombre de 33 años en un procedimiento de zona sudeste a quien vinculaban con los hechos. Sin embargo, tras ser sometido a una rueda de reconocimiento, las víctimas no lo reconocieron como el agresor.

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