viernes 13 de junio de 2025
Había defendido a Luis Ariza

El colectivo feminista pide una sanción para el abogado Furque

"Mujeres Organizadas" consideró que, en su alegato, se expresó con un “alto contenido misógino”.

Por Redacción El Ancasti

Luis Orlando Ariza, el martes último, fue condenado de manera unánime por la Cámara Penal de Segunda Nominación a la pena de cuatro años de prisión y al pago de un resarcimiento económico por haber golpeado de modo brutal a su ex pareja, en diciembre de 2014. El colectivo feminista “Mujeres Organizadas” –que estuvo presente durante el juicio- celebró el veredicto pero no se quedó conforme y pide una sanción para José Furque, uno de los abogados defensores de Ariza, por un cuestionado alegato, con un “alto contenido misógino”.

El día del veredicto, en la sala de debates, en un pequeño acto de rebeldía y de solidaridad para con la víctima, el colectivo feminista desplegó la bandera que lo representa y que está presente en distintos actos y las mujeres de este grupo levantaron carteles con las expresiones “Justicia”, “Exigimos condena efectiva para Ariza” y “Repudio y sanción por los misóginos alegatos de Furque”. Por una orden, debieron sacar la bandera y guardar los carteles pero luego de escuchar el veredicto, las mujeres volvieron a levantar las cartulinas. Dejaron la sala al grito de “¡Basta de Justicia machista!”.

Laura García, una de las referentes del colectivo feminista de Catamarca, contó que hay tres ejes de trabajo. Por un lado, la Comisión de la Mujer del Colegio de Abogados de Catamarca presentó un escrito a esta institución, en el que solicita una sanción para Furque. Por otro lado, este colectivo presentará dos escritos, una ante este Colegio y otra a los camaristas que juzgaron este caso.

Para García, el alegato de Furque fue “violento, machista y revictimizó a la víctima. Señaló que la defensa puso énfasis en las piezas dentarias que la víctima había perdido por la golpiza de Ariza y que según su defensa “debía juntarlos” y “que la trató de mentirosa porque no estaba desfigurada”. Según la feminista, Furque, en su alegato, atacó a una víctima de violencia de género. Con sus palabras, el abogado legitimó el machismo. En sus alegatos, a fin de desacreditar las lesiones graves y las secuelas, entre otras expresiones, Furque dijo que “no estaba probado el daño. No existe el daño estético, salvo el del paso del tiempo. No hay deformación de rostro”.

El escrito presentado por la Comisión de la Mujer advierte que “es muy grave que en el ámbito de un debate judicial, se haya permitido la utilización de expresiones denigrantes hacia las mujeres y las niñas, que solo fomentan patrones de conducta generadores de más violencia. Lamentamos que expresiones de alto contenido misógino estén tan naturalizadas que ninguno de los magistrados judiciales haya aplicado las sanciones correspondientes”.

En otro párrafo, se expresa que “es denigrante” que se permitan “este tipo de manifestaciones sexistas y misóginas en el mismísimo recinto de un debate judicial”.

De esta manera, la Comisión de la Mujer del Colegio de Abogados manifestó su repudio. “Solicitaremos a través de la Comisión Directiva un informe al Poder Judicial y la intervención de la Comisión de Género de FACA (Federación Argentina de Colegios de Abogados) Nacional, para que situaciones como esta no se repitan”, expresaron.

Este juicio por violencia de género movilizó también a otro colectivo social, el de los Derechos Humanos. La asociación Paradigma del Derecho se hizo eco de este caso y adelantó que se pedirá “una pena para el abogado defensor, ya que creemos que se ha excedido en sus alegatos y traspasado las atribuciones que le otorga la ley”.

Polémico

En la instancia de alegatos, José Furque buscó desacreditar a la víctima.
"Se pretende utilizar al Poder Judicial para intentar lucrar”.
“No demostró secuelas ni evidenció lesiones”.
"No está probado el daño. No se justifica el reclamo de dinero. No existe daño estético, salvo el del paso del tiempo. No hay deformación de rostro. No mostró los dientes perdidos”.
Para la defensa de Ariza, la víctima era una mujer “descuidada” con su dentadura, que estaba en malas condiciones desde antes de lo ocurrido. También consideró que debió levantar los dientes, tras la golpiza, para reimplantarlos.

 

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