lunes 17 de febrero de 2025
EDITORIAL

Leyes reparadoras

Por Redacción El Ancasti

Sobran argumentos para imputar al Poder Legislativo numerosas falencias. Que sus representantes ganan mucho y trabajan poco, que priorizan los alineamientos políticos coyunturales antes que los principios y las convicciones, que suelen abundar en chicanas y riñas sectoriales en vez de aportar ideas para el debate y aprobación de leyes que les cambien para bien la vida a los ciudadanos, entre otras cosas.

Lo dicho cabe para concejales, legisladores provinciales y nacionales.

Murió una chica trasplantada

Pero así como es necesario remarcar estas insolvencias, también es justo señalar cuando se sientan a trabajar con responsabilidad y, postergando rencillas y disputas poco edificantes, aprueban instrumentos de calidad, leyes justas y reparadoras.

La semana pasada la Cámara de Diputados de la Nación aprobó dos leyes de esas características. Por unanimidad sancionó la Ley de Trasplante de Órganos, Tejidos y Células, también conocida como Ley Justina en homenaje a una nena de 12 años con ese nombre que falleció en noviembre del año pasado mientras esperaba un trasplante de corazón. La propia niña y sus familiares, cuando se enteraron de la necesidad del trasplante, iniciaron una campaña de concientización sobre la donación de órganos.

El impacto de la muerte de Justina movilizó a la sociedad y motivó el proyecto que fue finalmente sancionado. La iniciativa aprobada establece la categoría de donante presunto, que significa que toda persona mayor de edad que no haya expresado su negativa a la donación de órganos será tratada como donante. Hasta ahora, sólo se tomaban como donantes aquellas personas que hubieran manifestado expresamente su voluntad de donación. La ley incrementará notablemente las donaciones y, consecuentemente, muchas vidas podrán ser salvadas.

Otra iniciativa aprobada por unanimidad es la denominada ley Brisa, que impone una reparación económica de tipo mensual, que equivaldrá a una jubilación mínima a hijas e hijos de víctimas de femicidios, consideradas víctimas secundarias del acto criminal.

La ley lleva el nombre de la hija menor de Daiana Barrionuevo, una joven asesinada por su ex pareja, Iván Adalberto Rodríguez, en 2014.

Está destinado a personas menores de 21 años o con discapacidad, y es retroactivo al momento de la comisión del crimen. El proyecto fue impulsado, entre otras organizaciones, por la asociación civil la Casa del Encuentro. Cabe acotar que en Catamarca rige una ley de alcance provincial con objetivo similar.

Las dos leyes implican avances concretos y de aplicación inmediata, que beneficiarán a personas de alta vulnerabilidad, ya sea por padecer una patología grave o por ser víctimas de la muerte violenta de la madre.

Es de esperar que los propósitos de estas loables iniciativas no sean truncados, como a veces sucede, por su falta de aplicación en la práctica. Las demoras en la reglamentación o excusas vinculadas con problemas económicos deben ser rechazadas de plano por la sociedad, que espera que estas leyes reparadoras cumplan su cometido de manera inmediata.

Seguí leyendo

Te Puede Interesar