El volumen de
rodocrosita que se comercializa y acopia en la Ciudad de Buenos Aires es
notoriamente superior al que Catamarca Minera y Energética Sociedad del Estado
(CAMYEN) declara haber vendido. Tal es la base, lograda tras un relevamiento en
"decenas” de establecimientos de la CABA, desde la que se desarrolla la
denuncia sobre un "circuito negro” de la piedra semipreciosa realizada por el
interventor de la Dirección de Fabricaciones Militares, Héctor Antonio Lostri.
La rodocrosita o "Rosa del Inca” solamente puede extraerse del yacimiento Minas
Capillitas, cuya explotación Fabricaciones Militares, que es la propietaria,
concesionó a la CAMYEN a cambio del pago de un canon equivalente al 3% de la
facturación.
La denuncia del
funcionario nacional abunda en consideraciones sobre las características del
contrato celebrado entre FM y CAMYEN, a su criterio "leonino” e inconveniente
para la primera, y en especulaciones de orden político, pero lo esencial es que
acusa a la catamarqueña CAMYEN de perpetrar una estafa en perjuicio de la
repartición nacional: la firma vende más piedra de la que declara oficialmente
y de este modo merma el canon que abona. En lo que concierne al Estado
catamarqueño, lo que debe determinarse es el destino que ha tenido el dinero
obtenido por estas presuntas ventas "en negro”, pues CAMYEN es deficitaria y
por consiguiente jamás en sus cuatro años de existencia arrojó utilidades; por
el contrario, tuvo que requerir en más de una oportunidad auxilio financiero
del Tesoro Provincial y la AFIP le trabó varios juicios por incumplimientos
fiscales.
Es preciso
consignar esto porque usinas del Gobierno pretenden encuadrar la denuncia de
Lostri en un ataque a la "catamarqueñidad”, cuyo objetivo sería arrebatarle a
una firma estatal la explotación de Minas Capillitas. Desde el punto de vista
económico, acá no sólo están en cuestión los eventuales perjuicios sufridos por
FM, sino también la posibilidad de una estafa al erario provinciano, que puso
millones de pesos para capitalizar a la CAMYEN y sigue formándose para
sostenerla, sin que hasta la fecha se hayan visto los beneficios del tinglado
administrativo. Tampoco es que las maniobras fraudulentas puedan justificarse
apelando a una suerte de "patente de corso” que las autoridades de CAMYEN
ejercerían con aval gubernamental para robarle a un organismo nacional, pero el
argumento federal y las apelaciones a la defensa de la provincianía resultan
improcedentes: no serían ni la Provincia ni los catamarqueños los beneficiarios
de los fraudes a FM, sino una gavilla de logreros que embucharía el producto de
las ventas no declaradas. De otro modo, los corsarios de CAMYEN deberían llevar
una contabilidad paralela para rendir ante sus mandantes.
El Gobierno, sus prosélitos
y los organismos provinciales encargados de proteger la integridad del
patrimonio público, Fiscalía de Estado entre ellos, harían mejor en averiguar
qué ocurre en CAMYEN, para determinar si no corresponde sumarse a la denuncia
que la involucra, en lugar de hurgar en los antecedentes del señor Lostri o
multiplicar por las redes sociales informaciones sobre los contratos de FM.
No es una
competencia para definir quién es más tiburón. Se trata de determinar si CAMYEN
vende rodocrosita de modo irregular o no.
Evidencias
Los secuestros de
importantes cargas de "rosa del Inca” flojas de papeles han sido una constante
desde la creación de CAMYEN. No fueron unos artesanos atrapados con un par de
piedras para hacer prendedores, sino de cargas de decenas y hasta centenas de
kilos. El allanamiento a la empresa de esta semana se ordenó precisamente en el
marco de una causa abierta por ese motivo.
Las autoridades
de CAMYEN, como es obvio, negaron siempre tener algún tipo de vínculo con el
tráfico ilegal de la piedra, pero estas negativas recurrentes en nada
contribuyeron a esclarecer cómo es que los traficantes se hacían con el
producto.
No se conoce que
CAMYEN haya tomado medidas en contra de posibles intermediarios entre ella y
los traficantes, cosa que podría hacer con el simple expediente de dejar de
venderle a quien malversa el destino de la piedra.
La incredulidad
en torno a los intentos de despegar de las ventas ilícitas ensayados por CAMYEN
no proviene, por lo tanto, de la propensión aldeana a la maledicencia, sino de
su propio accionar. Es inverosímil que en Catamarca, única productora de
rodocrosita del país, donde funciona la única empresa habilitada para
proporcionarla, sea imposible identificar a los comerciantes inescrupulosos;
ergo, es de lo más razonable suponer que estos comerciantes inescrupulosos son
protegidos, y no ha de ser a título gratuito.
La denuncia de FM
aporta más elementos para la sospecha. "Cerca del 70% de las ventas se
concentran en los mismos clientes, algunos de los cuales declaran actividades
comerciales sin vínculo alguno con el producto”, señala la presentación
judicial.
Esta falta de
relación entre los adquirentes de "rosa del Inca” y actividades que tengan que
ver con el trabajo de la piedra, induce a suponer que la compran para
revenderla.
La denuncia
asienta el caso de $4,9 millones de pesos vendidos por CAMYEN a un sujeto que
"no posee actividades afines” y se dedica "a la administración de
establecimientos hoteleros y gastronómicos”.
Sugestivos
subsidios
La política de
subsidios a los artesanos aplicada por CAMYEN también es objetada. Según la
denuncia, el abuso de esta práctica por parte de las autoridades de la firma es
el otro mecanismo utilizado para mermar el canon.
El directorio de
CAMYEN está habilitado para subsidiar arbitrariamente hasta el 20% del precio
de la piedra. Sin embargo, se detectaron operaciones con quitas muy superiores.
"Se observan
ventas bonificadas en porcentajes cercanos al 90% a joyeros que poseen
comercios en esta Capital Federal”, consigna la denuncia de FM. A una de estas
joyerías capitalinas se le vendió piedra por $3,2 millones.
Lostri explica
que, dada la información sobre ventas ilegales y estafas a particulares, FM
decidió hacer un sondeo a través de sitios electrónicos para "identificar la
oferta de rodocrosita en la Capital”. El estudio arrojó "sorprendentes
resultados”.
"Los propios
comerciantes exhiben grandes cantidades del mineral en depósitos ubicados en la
misma Capital Federal, y lo ofrecen en cualquier cantidad, indicando sus
calidades con la particularidad de describir detalladamente la veta de la que
se extrajo en Capillitas. El contenido de estos sitios electrónicos fue
certificado mediante actas de constatación labradas por notarios de la
Escribanía General de Gobierno, en los que se aprecian depósitos que se
encontrarían en esta Ciudad de Buenos Aires, con enormes cantidades de
rodocrosita almacenadas, así como comercios en la vía pública que la ofrecen
junto con otras joyas”, dice el escrito.
Aparte, y para
completar el cuadro, la mayoría de los vendedores de rodocrosita en la CABA "no
figuran en la lista de clientes de CAMYEN”, de modo que necesariamente tuvieron
que obtener la piedra de terceros.
El
Bicentenario propio
EL ANCASTI viene
señalando el inconveniente rumbo de CAMYEN prácticamente desde que fue fundada,
en 2012.
En su condición
de sociedad del Estado, la firma está exenta de los controles habituales que se
aplican al resto de los organismos de la administración pública, a pesar de que
sus autoridades administran patrimonio público.
Puesto que los
precedentes sobre la explotación y comercialización de rodocrosita que se
arrastraban desde la escandalosa SOMICA DEM no eran para nada prístinos,
sustraer a la flamante empresa del ámbito de las sospechas parecía un objetivo
político elemental, si lo que se pretendía era quebrar la historia de desatinos
mineros. Que los controles estatales sobre su gerenciamiento fueran
prácticamente nulos no contribuía a este fin, pero los jerarcas de la firma se
encargaron además de acentuar el oscurantismo, a tal punto que fue necesaria la
intervención de la Corte de Justicia para que se avinieran a proporcionarle a
los legisladores de la oposición el contrato firmado con la dueña de los
derechos sobre Agua Rica.
Así, con destacable
coherencia, CAMYEN es la continuidad de SOMICA DEM.
CAMYEN empardó
con sus antecesores al Gobierno, que ya puede envanecerse de su propio Estadio.
El Bicentenario se cae a pedazos a menos de seis años de su inauguración; el
prestigio de CAMYEN sufrió similares erosiones en cuatro años, hasta llegar al
borde de la ruina.
Se verá qué pasa
con la denuncia de FM, pero la minera estatal acumula un pasivo aún más gravoso
que el económico: el descrédito que ha sabido ganarse.
La política
minera provincial, mientras, suma y sigue. La Justicia paralizó Agua Rica hasta
que haya un informe de impacto ambiental aceptable; Andalgalá prohibió la
minería a cielo abierto que pueda afectar la cuenca del río Andalgalá,
justamente donde incidiría Agua Rica; el pueblo de Andalgalá es reticente a la
minería; CAMYEN es blanco de una investigación por estafa.
Notoria parábola
la de los Gobiernos catamarqueños. De las esperanzas que en 1997 alentaron con
la puesta en marcha de Bajo La Alumbrera al desprestigio de ahora, pasando por
el despilfarro de la renta minera. Un fracaso de cabo a rabo, sin fisuras en
más de tres lustros. De lujo.