De un tiempo a esta parte se han registrado episodios por demás preocupantes relacionados con el accionar de grupos con ideología neo nazi más o menos explícita.
El más resonante de todos ellos fue el protagonizado por un grupo de estudiantes de un colegio de Lanús, que, disfrazados con símbolos nazi y caracterizados algunos de ellos como Hitler, agredieron a alumnos de otra escuela.
El colegio de los agresores no es cualquier colegio: es el Colegio Alemán. Y la escuela agredida no es cualquier escuela: es una escuela judía. De modo que la versión de que fue una broma resulta inadmisible. No puede haber ingenuidad en este tipo de hostigamientos entre adolescentes que tienen plena conciencia de lo que fue el holocausto.
Los alumnos que provocaron el incidente fueron sancionados, pero el episodio verdaderamente desagradable tuvo su continuidad en las redes sociales, al punto que la palabra nazi fue trending topic en Twitter el día que se conoció públicamente el hecho.
El problema es que, según la evaluación del Observatorio Web (OW) integrado por el Congreso Judío Latinoamericano (CJL), la DAIA y la AMIA, un 44% de esas publicaciones fueron fuerte o moderadamente antisemita.
Si bien esta constatación no puede llevarnos a la conclusión de que cuatro de cada diez personas tiene pensamientos antisemitas, pues el grupo que interactúa en publicaciones de este tenor es muy particular, de todos modos la alta proporción de opiniones discriminatorias –en el mejor de los casos- o directamente nazis, es un dato que debe preocupar.
Pero las demostraciones de adhesión a la ideología del nazismo se están tornando cada vez más habituales. Días pasados en el predio de la Sociedad Rural, en la ciudad de Buenos Aires, la Policía Federal debió intervenir para impedir la venta de elementos propagandísticos de esta ideología de ultraderecha. Las fuerzas de seguridad secuestraron cruces esvásticas de varios materiales y tamaños y afiches con el rostro de Hitler. Los vendedores fueron acusados de infligir la ley antidiscriminatoria.
El martes pasado, mientras tanto, un local de La Cámpora fue atacado por un grupo denominado "Vanguardia Nacionalista”, que profesa estas ideas.
Pero los casos más graves se registraron entre los últimos meses del año pasado y los primeros del actual en la ciudad de Mar del Plata. Allí, un grupo pintó esvásticas en numerosos lugares, entre ellos monumentos públicos, pero también agredió físicamente a algunas personas.
El ataque más grave lo sufrió el titular de la Asociación Marplatense por la Diversidad, quien fue agredido y amenazado de muerte en un bar, a la vista de decenas de personas.
La reaparición con fuerza de estos pensamientos peligrosos porque encarnan violencia y justifican el genocidio más grande de la historia humana, requiere de la mirada atenta de toda la sociedad, en particular cuando provienen de jóvenes, a los que es preciso recordarles a cada momento el rastro de sangre y muerte que dejó el nazismo en el siglo XX.
La memoria siempre es la mejor herramienta para evitar que la historia se repita.