viernes 29 de marzo de 2024
diputados formó una comisión especial para tratar el pedido de juicio político a la mandataria

Crece la tensión en Brasil y Rousseff denunció golpismo

Un amparo judicial bloqueó el ingreso de Lula al gobierno. La presidenta apeló. Hubo más movilizaciones.

Por Redacción El Ancasti
Un juez brasileño suspendió ayer el nombramiento del ex presidente Luiz Inacio Lula da Silva como jefe de gabinete, en otro turbulento capítulo de una crisis regada de escándalos que amenaza el mandato de Dilma Rousseff.

El mismo día y en una semana de gran turbulencia política en Brasil, legisladores brasileños crearon una comisión para analizar un juicio de destitución contra la presidenta, acusada por la oposición de haber aumentado gastos sin permiso del Congreso y de tapar agujeros del presupuesto usando bancos estatales en 2014, el año de su apretada reelección, y a inicios de 2015.

Lula llegó a tomar posesión del cargo en una ceremonia con ambiente de mitin político en el que su sucesora denunció maniobras golpistas. Pero 40 minutos después, un magistrado de Brasilia aceptó una medida cautelar que dejó su entrada en funciones en suspenso, para evitar que el ex presidente (2003-2010) obtenga fueros privilegiados por su condición de ministro.

La toma de funciones "puede implicar intervención, indebida y odiosa, en la actividad policial, del Ministerio Público y también en el ejercicio del Poder Judicial por parte del señor Luiz Inacio Lula da Silva", argumentó en su texto, el juez federal.

De esa manera, Lula escaparía de la investigación llevada a cabo por el juez Sergio Moro que investiga el caso Petrobras y se convirtió en ícono de la lucha contra la corrupción en Brasil.

El gobierno recurrió la decisión, en otro día de deliberaciones y con manifestaciones contra el gobierno en Sao Paulo, Brasilia y otras ciudades.

"La gritería de los golpistas no me va a sacar del rumbo ni va a poner de rodillas a nuestro pueblo", declaró la mandataria en el Palacio de Planalto, mientras en el exterior la policía se interponía entre partidarios y adversarios del gobierno.

Lula, investigado en una causa por supuesto ocultamiento de bienes en el megafraude de la estatal Petrobras, dejó el salón sin hacer declaraciones, en medio de una marea de custodios, asistentes, políticos y periodistas.
La entrada de Lula al gobierno es vista por analistas como una última tentativa de Rousseff para evitar la caída del gobierno vía impeachment, una herramienta que muchos legisladores opositores ven como la salida institucional más rápida de la crisis.

Anoche más manifestaciones se reproducían en diferentes capitales, para exigir que Dilma Rousseff abandonde la presidencia, luego de las escandalosas medidas de gobierno tomadas para proteger a su antecesor.
 
Avanza el juicio político

La cámara de Diputados de Brasil formó ayer una comisión especial para analizar un pedido de juicio de destitución contra la presidenta Dilma Rousseff por supuesta manipulación de las cuentas públicas.
Ese cuerpo legislativo de 65 miembros deberá dar un parecer al plenario sobre la eventual apertura de un procedimiento de impeachment de la mandataria. Si el parecer es favorable al impeachment y es aprobado por las dos terceras partes de los diputados (342 de un total de 513), el caso pasa al Senado, que debe validarlo por mayoría simple. De lo contrario, la causa será archivada.
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