martes 19 de marzo de 2024
En Esquiú

Denuncian desmantelamiento y destrucción de una iglesia

Un vecino señaló que el sacerdote mandó a demoler parte de la capilla del pueblo, sin previo aviso. Y dijo que todo forma parte de un plan.

Vecinos de la localidad de Esquiú en el departamento La Paz expresaron su preocupación por lo que está ocurriendo con la capilla del pueblo. Y acusaron al sacerdote local de contribuir con su desmantelamiento y destrucción.

También solicitaron la intervención del obispado de la provincia.

Carlos Calvento Herrera, quien tiene su vivienda a pocos metros de la histórica capilla católica Apostólica Romana, señaló que lo que está sucediendo “parece ser un plan sistemático y deliberado de destrucción del patrimonio religioso y cultural del pueblo”.

“Veníamos observando que a la iglesia se le dejaba deliberadamente abierta la canilla del agua del jardín frontal con la excusa de “regar las plantas”, el agua permanecía corriendo a través de la canilla libremente sin ser encausada por mangueras, canteros etc, simplemente se la dejaba abierta y corriendo durante días o semanas enteras”, explicó el vecino. Y comentó que esta situación provocó “que el agua se filtrara progresivamente por los cimientos de la construcción, aflojando el terreno y provocando el hundimiento del mismo que afectó visiblemente a la vereda frontal de la capilla y por ende al campanario y escalera”.

“Los hechos le fueron avisados en tiempo y forma al sacerdote Fermín Domingo Chávez, vicario a cargo de la capilla, que no solo no brindó respuesta alguna sino que bloqueó los teléfonos y procedió a seguir dejando la canilla abierta”, añadió Herrera.

Al mismo tiempo, contó que “debido a las constantes filtraciones de agua empezó a ceder el campanario”. “Una vez logrado el cometido de destruirlo, el sacerdote, Domingo Chávez, llamó a la empresa que actualmente cumple trabajos en la ruta provincial Nº 7 para demolerlo, sin ninguna autorización ni estudio previo”, aseguró.

“La intervención de un espacio de interés cultural requiere de serios y profundos estudios para no menoscabar el legado patrimonial, esto constituye un crimen que fue provocado por acciones negligentes de ciertas personas que nada tienen que ver con la labor pastoril religiosa”, expresó el vecino, preocupado por lo que pasa con esa histórica capilla de Esquiú.

Sin embargo, para Herrera esto no es casualidad y parece tener una clara intención: “Estas actitudes son muy graves, más, viniendo de un sacerdote y parecerían de que se trata de un plan deliberado para ocasionar daños a la capilla de Esquiú, con el fin de clausurarla por tiempo indefinido y así utilizar solamente la capilla de El Suncho”.

La carta de un vecino de Esquiú, a El Ancasti

Como vecino de Esquiú me veo en la necesidad de visibilizar para toda la comunidad Catamarqueña las graves situaciones que acontecen desde hace tiempo en la capilla católica Apostólica Romana de dicha localidad, en lo que a las claras parece ser un plan sistemático y deliberado de destrucción del patrimonio religioso y cultural del pueblo.

La casa familiar que habitamos hace ya 5 generaciones (más de 130 años) queda exactamente al lado de la capilla por lo que veníamos observando que a la iglesia se le dejaba deliberadamente abierta la canilla del agua del jardín frontal con la excusa de “regar las plantas”, el agua permanecía corriendo a través de la canilla libremente sin ser encausada por mangueras, canteros etc, simplemente se la dejaba abierta y corriendo durante días o semanas enteras mientras el perímetro de la capilla permanecía cerrado con candado lo que impedía a los vecinos entrar para poder cerrar el agua, esto fue ocasionando que el agua se filtrara progresivamente por los cimientos de la construcción, aflojando el terreno y provocando el hundimiento del mismo que afectó visiblemente a la vereda frontal de la capilla y por ende al campanario y escalera.

Los hechos le fueron avisados en tiempo y forma al sacerdote Fermín Domingo Chávez, vicario a cargo de la capilla, que no solo no brindó respuesta alguna sino que bloqueó los teléfonos y procedió a seguir dejando la canilla abierta, las inundaciones perpetradas por la negligente actitud eran evidentes y notorias a los vecinos, turistas y visitantes que atraídos por el gran legado religioso de nuestro pueblo visitan cada vez más asidua e infructuosamente la capilla. Tiempo después, como comentaba anteriormente, debido a las constantes filtraciones de agua empezó a ceder el campanario, una vez logrado el cometido de destruirlo, el sacerdote, Domingo Chávez, llamó a la empresa que actualmente cumple trabajos en la ruta provincial Nº 7 para demolerlo, sin ninguna autorización ni estudio previo, en una decisión inconsulta y unilateral y sin contar con un proyecto de planificación de obra de cómo sería reconstruido, el pueblo fue despojado de su patrimonio histórico y religioso, ocasionándole daños a la estructura principal de la capilla de Esquiú y dejándola sin su campanario y luego de cometido el hecho, la centenaria campana fue retirada y colgada en un árbol (pino) donde está expuesta a robos .etc. esto ocurrió hace una semana aproximadamente.

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La intervención de un espacio de interés cultural requiere de serios y profundos estudios para no menoscabar el legado patrimonial, esto constituye un crimen que fue provocado por acciones negligentes de ciertas personas que nada tienen que ver con la labor pastoril religiosa. El señor sacerdote se niega a dar explicaciones, no tiene una comisión funcionando en la iglesia, es una persona mal aprendida que tiene actitudes violentas, además, se está incurriendo en otras prácticas que serán denunciadas en su momento ante las autoridades correspondientes, como por ejemplo, el pozo negro que mantiene la iglesia en terrenos ajenos a la misma que dejaron sin tapa, un pozo negro de 5 metros sin tapa, totalmente abierto, con el peligro que eso representa, además que se mantiene desde hace meses una filtración en el tanque de agua del baño de la capilla lo que está ocasionando el humedecimiento del techo nuevo que fue construido hace pocos meses con el esfuerzo y aporte de los fieles.

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Estas actitudes son muy graves, más, viniendo de un sacerdote y parecerían de que se trata de un plan deliberado para ocasionar daños a la capilla de Esquiú, con el fin de clausurarla por tiempo indefinido y así utilizar solamente la capilla de El Suncho.

Vaya uno a saber cuál o qué intereses o negocios de índole político tienen entre manos pero nosotros queremos y reclamamos nuestra capilla tal cual estaba antes o mejor y de forma urgente.

Pido a la sociedad que tome cartas en el asunto y que no se deje avasallar en su historia y patrimonio cultural y religioso y que se colabore para formar una comisión de fieles que funcione como garante de los intereses, anhelos y proyectos de la comunidad para con su centenaria capilla.

Esperamos que el Obispado de Catamarca se haga cargo, tome cartas en el asunto y ponga a disposición de los fieles las actas o informes técnicos de vialidad y de la empresa interviniente en la demolición del campanario que según el sacerdote Domingo Chávez tiene en su poder y donde, según él, dice que el campanario no tenía arreglo. De no ser así que el obispado se haga cargo de construirlo nuevamente y a la brevedad.

Nosotros como ciudadanos y miembros de la comunidad Católica Apostólica Romana seguiremos reclamando ante quien corresponda.

Carlos Calvento Herrera

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