Acaba de publicarse en el Boletín de la Sociedad Meteorológica
Americana, Volumen 96, de Julio de 2015, un informe titulado "Estado
del clima en 2014” (State of the
Climate in 2014), firmado por 413 científicos provenientes de 58 países, entre
los cuales hay argentinos. Si bien el mismo centra su atención en la relación de
causa y efecto entre el clima y la temperatura de los océanos, el tema nos
interesa porque es esa conexión justamente la que determina el clima que nos
rodea y la mayor o menor seguridad o confort que rodea nuestras vidas, al
margen de donde sea nuestra residencia. Llamar la atención sobre este problema
es, por lo tanto, nuestra prioridad aquí.
Ya que en el mismo se menciona a varias provincias, entre ellas Catamarca, para dar ejemplos de esa relación
y sus consecuencias, consideramos importante comentar lo que se dice en el
mismo, con el fin de comprender o recordar cómo está funcionando hoy la
naturaleza, en respuesta a las presiones que nuestra civilización le impone
desde sus cuestionables valores. También para prevenirnos de los desastres
naturales que ya mostraron su peligrosidad recientemente en nuestra región.
Antes que nada debemos comprender que los efectos desastrosos del cambio
climático son planetarios. Pueden golpear localmente, así como a otras
localidades o regiones, en cualquier otro lugar del mundo. Los desastres provinciales
de no hace mucho, causados por el arribo de tormentas torrenciales e inusuales
en localidades como Bañado de Ovanta o El Rodeo, o la sequía actual en California
y Arizona que ya lleva tres años y está obligando a racionar el agua, o la
apertura de nuevas vías navegables en el Ártico al fundirse el hielo en torno
al Polo Norte, sobre Siberia, son algunos ejemplos de esta universalización de las
consecuencias nefastas que acompañan al calentamiento global. Por lo tanto, ni
el NOA ni Catamarca se salvan de ser mencionados en tal informe, al haber
alimentado con sus desastres naturales recientes la justificación de ese
reporte.
La situación global
en 2014
El documento de los científicos informa que para llegar a su conclusión
actual se siguieron midiendo 12 variables esenciales relacionadas al clima, y
que lo medido indica que sigue en aumento la acumulación de los gases que
causan el efecto invernadero; que los océanos alcanzaron la temperatura más
alta de los últimos 135 años, que es la cantidad de tiempo sobre los cuales hay
registros; que el aumento de temperatura estuvo distribuido en toda la tierra,
con Europa rompiendo records en unos 20 países, al igual que muchos lugares de
Asia y África; que México tuvo su año más caliente desde que se llevan
registros; que Argentina y Uruguay tuvieron su segundo año más caliente desde
que se miden las temperaturas y que solamente el este de los EE.UU. tuvo
temperaturas por debajo de lo esperado. En pocas palabras y para ser breve, al detallar
todos estos cambios en infinidad de lugares, el informe no hace sino demostrar que
ninguna sociedad o país está a salvo del proceso desatado por el cambio
climático, sea que esté enfrente o no de algunos de los océanos.
Sin embargo, como decimos más arriba, es la temperatura de los océanos
donde se dio el record de aumento: Debido
a la combinación del calentamiento de los océanos y la contribución del
deshielo sobre la tierra, la altura de los océanos batió un record y lleva
acumulado 67 milímetros [de aumento] desde
1993, cuando empezaron a usarse satélites para registrar altimetría.
En efecto, sólo en 2014, según se informa, los océanos registraron una
anomalía de unos 0.2 grados centígrados por encima de la temperatura media
normal; sobre tierra esa anomalía fue de unos 0.4 grados. La combinación de
ambos da para el planeta un aumento promedio de unos 0.3 grados sobre la media,
en un año.
Sin embargo, como veremos más abajo, las anomalías registradas por
regiones pueden apartarse de esos promedios y ser más alta. En efecto, para
nuestra región en 2014 fue de entre 0,4 y 0.6 grados centígrados por encima de
la media.
Pero lo peor del informe es que se anticipa que el proceso de
calentamiento y sus consecuencias seguirá por siglos, aun en el caso de que la
humanidad deje hoy mismo de contribuir al calentamiento global o efecto
invernadero. Esto, obviamente, coloca al problema en un plano moral y ético frente
a las generaciones futuras que supera esta nota.
Esta paradoja se debe a la inercia propia del proceso de calentamiento
oceánico. Esto quiere decir que el mismo, ya desatado, no se puede detener así
nomás. El científico Grey Johnson, oceanógrafo de NOAA (National Oceanic
Atmospheric Administration), equipara esta situación al vano intento de querer parar
rápidamente un tren de carga en movimiento. Así como esto es imposible por la
inercia del tren en movimiento, la dinámica propia del cambio climático hará
que el aumento de la temperatura del mar y sus consecuencias sigan por siglos,
antes de detenerse en algún momento.
El informe advierte que los efectos de este proceso ya se manifiestan de
diversas formas en el planeta. Los inviernos cálidos; el aumento de las sequías
al no haber acumulación de nieve en las montañas; el arribo de lluvias
torrenciales no comunes para una zona determinada [se menciona a Catamarca]; la
desaparición de los glaciares [a lo largo de Los Andes esto ya es la norma] y del
hielo en la Antártida y el Ártico son algunas de las consecuencias del
calentamiento de los océanos.
Esta elevación de temperatura superficial se produce porque los océanos absorben
el 90% del exceso de calor generado por el efecto invernadero. Esto explica que
regiones como Alaska hayan tenido temperaturas de invierno de 8 grados centígrados
por encima de la media en 2014; que 20 países de Europa hayan registrado nuevos
records en temperatura de verano y que la primavera haya llegado al Ártico casi
un mes antes de lo previsto; que Asia, África y Australia hayan experimentado
records en temperaturas altas.
La temperatura
En relación a nuestra región, para la zona sur de Sudamérica en la que se
incluye a nuestro país en el informe, el artículo dice que 2014 fue el segundo
año más caliente desde 1961, con temperaturas de 0,4 a 0,6 grados centígrados
por encima de la media normal. Se aclara que el primero más caliente fue 2012,
con 0,74 Grados centígrados por encima de la media. En el documento se aclara
que los valores medios de referencia, contra los cuales se comparan los valores
observados, son los medidos entre 1961 y 2010.
Respecto al invierno, se dice que Argentina experimentó en 2014 el
invierno más templado desde 2006 y el cuarto más templado desde 1961.
La precisión de este estudio resalta cuando se nos informa que entre
agosto y octubre de 2014, el 70% de las estaciones meteorológicas de nuestro
país registraron una temperatura media superior de entre 3 y 5 grados
centígrados a la de referencia.
Las
precipitaciones
Para la zona sur de Sudamérica, 2014 fue un año de excesos de lluvias
con excepción de Chile, donde ya llevan 6 años con sequías. En algunas de sus
regiones llovió entre el 30 y el 70% de lo previsto. Para ese país, 2014 coronó
una década considerada como la más seca.
No así para nuestro país, que vio inundaciones inusuales en el norte de
la Patagonia, Buenos Aires, Misiones y Corrientes. El informe señala que en
nuestro suelo la lluvia llegó a representar un 122% de lo considerado normal.
Más relacionado a nuestra zona, el informe reporta que "después de una inusual carencia de lluvias y
temperaturas elevadas al comienzo del año [2014], las condiciones atmosféricas cambiaron abruptamente y derivaron en
episodios de grandes tormentas a partir de febrero. Los eventos más
significativos ocurrieron en las regiones áridas, donde las precipitaciones
anuales, que oscilaban entre 80 y 250 milímetro, acumularon más de 200 milímetros
en pocos días, rompiendo records históricos”…. "Fuertes lluvia e inundaciones al comienzo de abril afectaron el
sudoeste de Argentina. Una de las provincias más afectadas fue Neuquén, que
tuvo su mayor tormenta de los últimos 40 años. Otras provincias afectadas
fueron Catamarca, Santiago del estero y Córdoba”.
El reporte sigue con otras zonas del país que aquí no reproducimos para
ser breves. En cambio, si es importante saber que todas estas anormalidades
causaron en el sur de Sudamérica el desplazamiento forzado de unas 100.000
personas. No hace falta detenernos en lo que pasó en nuestra provincia,
ampliamente conocido por todos.
En conclusión, el informe que nos ocupa advierte la relación directa
entre el calentamiento global y el de los océanos y su posterior subida de
nivel, lo cual arrastra todos los otros parámetros atmosféricos que nos rodean.
Dado que esto no se puede parar, las sociedades deben estar preparadas para
enfrentar las consecuencias de esos desequilibrios climáticos en el plano
local, provincial, nacional y sobre todo personal. Obviamente, las autoridades,
por ser tales, tienen la obligación de actuar previniendo y previendo cómo
actuar, pero también el ciudadano común, que tiene la responsabilidad de
protegerse a sí mismo ante el peligro implícito en una creciente o inundación inesperada
o las consecuencias de una sequía no anticipada si es agricultor. La naturaleza
no elige a sus víctimas. Se justifica ante sí misma siguiendo sus propias
leyes.