viernes 25 de julio de 2025
Editorial

Turismo con restricciones ajenas

Decenas de miles de personas desfilan a diario por el Predio Ferial en estas jornadas intensas desde lo cultural y desde lo comercial de la Fiesta Nacional e Internacional del Poncho. El éxito de concurrencia es impactante. Sin embargo, a diferencia de otros años, son particularmente los propios catamarqueños los que le están dando sustento al evento más grande de la Argentina. Hay muchos turistas, como en cada julio, pero bastante menos que en oportunidades anteriores.

La ocupación hotelera oscila entre el 60 y el 70% en la Capital catamarqueña en los primeros días de las vacaciones invernales. No es un mal número, pero marca una caída sustancial respecto del mismo periodo de años anteriores. El año pasado la ocupación hotelera en Capital fue del 90% aproximadamente. Y en 2023 fue del 97% en la primera semana del receso y del 91% en la segunda, con picos del 100% en algunos días. En 2022, la ocupación fue plena, al punto que muchos artesanos y comerciantes que tenían asegurado un stand entraron en pánico en mayo, cuando descubrieron que casi no había plazas hoteleras disponibles para julio.

El crecimiento exponencial del turismo en Catamarca, que se ha convertido en política de Estado, encuentra sus límites en restricciones que le son ajenas. El crecimiento exponencial del turismo en Catamarca, que se ha convertido en política de Estado, encuentra sus límites en restricciones que le son ajenas.

Lo señalado permite extraer una sencilla conclusión: Catamarca provincia y Catamarca Capital pueden hacer –y de hecho eso sucede- una extraordinaria campaña de promoción turística y configurar una agenda de actividades para los visitantes muy atractiva, con el agregado de la organización de una fiesta que no tiene comparación en el país, sin embargo, si la situación económica nacional no ayuda, el impacto será menor del esperado.

Dos factores económicos gravitan directamente en el empobrecimiento de la temporada turística invernal, fenómeno que afecta a casi todos los destinos de la Argentina. Por un lado, la caída del consumo es factor generalizado que se explica por un deterioro del poder adquisitivo de los salarios y la pérdida de empleos, y que por cierto repercute directamente en la actividad turística. Datos estadísticos de un estudio realizado por la consultora Scentia revelan que en junio se registró una disminución del consumo respecto del mismo mes del año pasado, que ya había presentado una caída de casi el 13% respecto de 2023. Además, los turistas gastan menos que en años anteriores, según el relevamiento de las autoridades locales.

Por otro lado, el atraso deliberado en el tipo de cambio favorece la salida de turistas argentinos hacia destinos del exterior, al mismo tiempo que, porque la Argentina es muy cara en dólares, restringe notablemente la llegada de visitantes extranjeros. Catamarca, como otros lugares del país, ha visto una disminución importante en la llegada del turismo de otros países, particularmente europeos.

El crecimiento exponencial del turismo en Catamarca, que se ha convertido en política de Estado desde hace un par de décadas, encuentra sus límites en restricciones que le son ajenas, resultantes de medidas económicas cuya corrección se hace imprescindible.

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