Lo sucedido en la pelea de boxeo entre la italiana Angela Carini y la argelina Imane Khelif en los Juegos Olímpicos reavivó varios debates a nivel mundial. Aunque primero es vital identificar cuál es realmente el debate, ya que se han viralizado cientos de fake news, no solo desde los principales medios de comunicación, sino incluso por parte del presidente Javier Milei y Georgia Meloni, la primera ministra de Italia. Desde afirmar que Khelif es transgénero, lo cual es falso, hasta especular con diferencias en el desarrollo sexual como el hiperandrogenismo, que suele producir un exceso de producción de testosterona.
No es necesario investigar mucho para saber que el Código Penal de Argelia penaliza las relaciones entre personas del mismo sexo y que el Estado no reconoce la identidad de género, por lo que sería imposible que una persona trans representara al Comité Olímpico de Argelia.
Lo cierto es que Imane Khelif, de 25 años, no es una mujer trans, sino cisgénero. En resumen, se identifica con el género que se le asignó al nacer, el de mujer.
En 2023 la Asociación Internacional de Boxeo (IBA) descalificó a la argelina del Mundial de Boxeo -del cual fue subcampeona en 2022- en la previa de la final con el argumento de que no cumplía con "una prueba de elegibilidad de género". “No se sometieron a un examen de testosterona, sino a una prueba independiente y reconocida, cuyos detalles se mantienen confidenciales”, agregaron desde la entidad.
Específicamente se referían a que la deportista tenía cromosomas XY y no XX: los primeros, en general, están vinculados al hombre cisgénero y los segundos a la mujer cisgénero. Lo mismo ocurrió con la taiwanesa Lin Yu-Ting, que debutó este viernes en la categoría de hasta 57 kilos de los Juegos Olímpicos con una victoria en las tarjetas sobre la uzbeka Sitora Turdibekova.
Entre 2015 y 2021, el Comité Olímpico Internacional (COI) exigía que cualquiera que quisiera participar de una competencia femenina demostrara que sus niveles de testosterona estaban por debajo de los 10 nanomoles por litro de sangre durante al menos los 12 meses anteriores a la competición.
Pero para evitar casos de discriminación, y porque los altos niveles de testosterona no son un beneficio en todos los deportes ni en todos los casos, el COI eliminó el requisito y dejó que cada federación de los diferentes deportes impusiera sus propios criterios.
Esta no es la primera cita olímpica para la argelina, cuyo récord en lo que va de su carrera es de 37 victorias -5 por KO- y 9 derrotas, sino que compitió en Tokio 2020. En la capital japonesa derrotó en las tarjetas a la kazaja Rimma Volossenko en la clasificación y luego perdió, también por puntos, frente a la irlandesa Kelli Harrington en los cuartos de final. Siempre peleó en categorías amateur y solo tuvo un combate profesional, en noviembre del año pasado, en el que derrotó por KO técnico a la tailandesa Suwanun Antanai.
La testosterona es una hormona presente tanto en hombres como mujeres, pero en mayor cantidad en los varones. "Tener altos niveles de testosterona es beneficioso en los deportes donde la fuerza es tan importante, en este caso el boxeo. Es definitorio para los aumentos de masa magra muscular y para el nivel de fuerza y potencia", explicó Pablo Swinnen, médico deportólogo y miembro de la Federación Argentina de Medicina del Deporte, en diálogo con Página|12.
Y aquí empieza la siguiente desinformación. Debido a la presencia de cromosomas XY en Khelif, los medios de comunicación a lo largo y a lo ancho del mundo -muchos de los cuales primero la habían etiquetado como transgénero- aseguraron que la deportista tiene una diferencia del desarrollo sexual (DSD por sus siglas en inglés) llamada hiperandrogenismo. Las mujeres con este cuadro suelen tener en promedio una mayor producción de testosterona.
“Tener cromosoma XY no es sinónimo de tener hiperandrogenismo o diferencias en el desarrollo sexual, cada causa de hiperandrogenismo es diferente”, asegura Betiana Pérez, médica endocrinóloga del Hospital Italiano. “Hay mujeres con cromosomas XY y no tienen hiperandrogenismo. Incluso existen casos de mujeres con cromosomas XY e hiperandrogenismo, pero con resistencia a éste: aunque la testosterona está elevada no tiene efecto", agrega la especialista.
La propia Asociación Internacional de Boxeo (IBA) aseguró que las atletas “no se sometieron a un examen de testosterona", pero nunca explicó qué criterios utilizó. Es por eso que en 2023 el COI retiró su reconocimiento a la IBA, decisión que fue ratificada por el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS). Como fue el COI con sus propios criterios y exámenes médicos el que escogió los criterios de elegibilidad, tanto la argelina como la taiwanesa pudieron participar de estos Juegos Olímpicos. La autoridad olímpica les pidió a las federaciones de boxeo un nuevo criterio basado en la rigurosidad científica de cara a Los Ángeles 2028.
Entonces no solo desestimaron el triunfo de la argelina por el supuesto hecho de ser trans -lo cual es falso-, sino que además dieron por sentado que padece una diferencia del desarrollo sexual que tampoco está comprobada, y que en caso de comprobarse tampoco asegura que su cuerpo produzca testosterona por encima del promedio.