sábado 25 de noviembre de 2023

Alcanzaste el límite de 40 notas leídas

Para continuar, suscribite a El Ancasti. Si ya sos un usuario suscripto, iniciá sesión.

SUSCRIBITE
Abusos sexuales eclesiásticos

"Sabemos que detrás del perpetrador hay un sistema que no quiere ver lo que pasa"

Hernán Rausch es una de las víctimas del cura entrerriano José Ilarraz, condenado a 25 años de prisión. Acompaña a los denunciantes de los sacerdotes catamarqueños imputados por abuso sexual.

Alcanzaste el límite de 40 notas leídas

Para continuar, suscribite a El Ancasti. Si ya sos un usuario suscripto, iniciá sesión.

SUSCRIBITE

“Si eres un chico pobre, que un sacerdote te preste atención es algo muy importante para ti. ¿Cómo le dices que no a Dios?” dice el actor que encarna a una víctima de abuso sexual eclesiástico en la premiada película “En primera plana” del 2015, que refleja la historia real de una investigación periodística llevada a cabo por la sección "Spotlight" del diario The Boston Globe, en la que se destapó una red de pedofilia integrada por curas de diferentes puntos de Estados Unidos. “No es solo Boston. Es todo un país. Es el mundo entero” dicen en otro tramo de la película.

Catamarca es una de las provincias con sacerdotes acusados: Juan de Dios Gutiérrez, quien fue condenado a 12 años de prisión en el 2021; Renato Rasgido, quien será juzgado en diciembre, y Eduardo López Márquez, que tiene una causa elevada a juicio y otra denuncia por la que se pidió el archivo pero todavía no está firme. El cura Moisés Pachado había sido imputado pero murió en junio de 2022.

Según la última actualización de la Red de Sobrevivientes de Abusos Sexuales Eclesiásticos, desde 1970 fueron acusados más de 150 religiosos por “terribles vejámenes en nombre de la Iglesia”. No solo se trata de abusos sexuales, sino que también fueron denunciados encubrimientos y torturas. 128 de estos religiosos fueron denunciados ante la justicia y solamente 31 miembros de la Iglesia –poco más del 24 por ciento– habían sido condenados según el informe elaborado por la periodista Mariana García de eldiario.ar.

Entre los condenados uno de los nombres que sobresale es el de Justo José Ilarraz, el cura entrerriano que fue sentenciado en 2018 a 25 años de prisión por abuso y corrupción de niños y adolescentes de entre 10 y 14 años. Una de las víctimas fue Hernán Rausch, quien dialogó con El Ancasti y está siguiendo de cerca el actual proceso contra el cura Eduardo López Márquez, el único sacerdote denunciado en Catamarca por dos víctimas.

“Mi primer contacto que tuve con la gente de Catamarca fue el caso del cura (Juan de Dios) Gutiérrez. Estábamos en la previa del juicio a Ilarraz. Ése fue el primer encuentro”.

El acompañamiento entre víctimas es un factor común en los casos de abuso eclesiástico. Pasó con Rausch que conoció a Alejandra, la mamá de la joven abusada por el cura Gutiérrez, quien a su vez ya había tejido un vínculo con el denunciante del párroco Renato Rasgido. Idéntica situación se da ahora con los dos hombres que acusaron a López Márquez.

“Se trata de acompañar, de alentar. Estas situaciones de abuso son traumáticas, difíciles de romper el silencio, la culpa, la traición, sobre todo cuando es un ambiente eclesiástico. ¿Cómo vas a hablar si es el sacerdote?”.

Los abusos perpetrados por Ilarraz ocurrieron entre 1994 y 1997. Hernán era pupilo en el seminario en donde sufrió los vejámenes que se animó a denunciar en 2012. Él, como otras víctimas de abuso eclesiástico, proviene de una familia católica.

“Son familias profundamente cristianas que han formado a los chicos en su religión. Pero quién iba a pensar que ahí adentro iba a estar el monstruo", expresó.

Pasaron seis años desde la denuncia de Rausch hasta que Ilarraz estuvo sentado en el banquillo de los acusados. En el medio hubo planteos de prescripción, ya que habían pasado 27 años desde la fecha de los hechos. Esa lucha dio origen a una modificación del Código Penal, para que los plazos de la prescripción comiencen a correr desde el momento de la denuncia. Es la ley de “Respeto al tiempo de las víctimas”, que fue sancionada en 2015.

Para Hernán, la imprescriptibilidad de los abusos sexuales en la infancia es “una deuda de la Justicia”.

“Sabemos que luego de la Ley Piazza vino esta reforma con la Ley 27206 en la que se hace mención al respeto al tiempo de las víctimas. Porque por supuesto te cuesta, porque la víctima declara no cuando quiere, sino cuando puede y cuando logras quebrar y desatar el proceso”.

“Se ha avanzado, pero todavía falta para que estas causas no prescriban y de hecho la primera apelación que hacen es por la prescripción. Ahí automáticamente están reconociendo que los hechos ocurrieron. Buscan refugio en la prescripción porque están diciendo que esto pasó pero que no se puede juzgar por el tiempo que pasó”.

Desde el 2021 la causa Ilarraz espera por resolución en la Corte Suprema de Justicia de la Nación tras los planteos defensivos para que el cura sea absuelto por prescripción. Mientras, sigue siendo sacerdote.

“Estos procesos deben cerrarse. Sabemos que detrás del perpetrador hay un sistema, hay autoridades que no ven o no quieren ver lo que está sucediendo, entonces deslindan responsabilidades y esos responsables ya son de edad avanzada y cuando los involucrados en estos hechos fallecen no hay justicia”, expresó.

Por último, Rausch se refirió a los pasos por los que pasa una víctima de abuso sexual.

"El primer punto es hablar, sacar afuera, gritar la verdad. Luego, caminar para ir a denunciar y las manos para abrazar y contener. Éste es un proceso arduo, crudo, donde se presta para la incredulidad. Entonces, la única manera es hablar con la verdad, con contundencia".n

Seguí leyendo
LO QUE SE LEE AHORA
Tensión. La Corte de Justicia defendió el presupuesto en la comisión de hacienda.

Te Puede Interesar