Prisión perpetua para un brutal y sanguinario capo narco
Néstor Fabián “El Negro” Rojas, un sanguinario narcotraficante misionero, fue condenado a prisión perpetua por homicidio calificado y por ser el organizador y financista de una organización criminal dedicada al tráfico de drogas hacia el Conurbano y Brasil. Rojas, que siguió el juicio desde el penal de Marcos Paz, fue declarado reincidente por tercera vez, situación que le impedirá pedir su libertad condicional.
La sentencia fue dictada ayer por el Tribunal Oral Federal de Misiones, integrado por los jueces subrogantes Víctor Alonso (Corrientes), Fermín Ceroleni (Corrientes) y Enrique Bosch (Chaco). En el banquillo de los acusados también estuvo sentado el socio de Rojas, Pablo Antonio Campos Retamar, que fue sentenciado a ocho años de cárcel por ser coautor del delito de tráfico de estupefacientes. Como ya registraba una condena anterior, se lo declaró reincidente.
El jueves, la fiscal federal Vivian Barbosa había pedido la mayor de las penas establecidas en el Código Penal tras enumerar las pruebas que señalaban a Rojas como el autor del homicidio del mecánico Aldo Canteros, hecho que ocurrió el 5 de agosto de 2018 en una chacra de Gobernador Roca, donde la organización había ocultado 1.800 kilos de marihuana en un pozo.
No sólo había escuchas telefónicas en las que el capo narco relataba como había matado a quien había sido uno de sus colaboradores, sino que la Justicia también pudo hallar en Eldorado la pistola calibre nueve milímetros con la que concretó el crimen. Las pericias fueron contundentes.
“El Negro” era buscado desde 2014 por las fuerzas federales, que lo sindicaban como uno de los narcos que movilizaban grandes volúmenes de marihuana hacia Buenos Aires y también el mercado brasileño. Para eso había creado el Primer Comando de Frontera (PCF), en un intento por emular al Primer Comando Capital brasileño, una organización nacida en las cárceles de San Pablo.
Rojas fue detenido en un complejo de cabañas de Posadas cuando negociaba un cargamento de cocaína. Ocurrió apenas una semana después que masacrara a balazos a Canteros, a quien acusaba de haberlo entregado a las fuerzas federales.
Desde la cárcel siguió manejando el negocio e incluso planificó el asesinato de un juez de Misiones que lo investigaba por un doble homicidio ocurrido en 2015. El ataque lo iban a perpetrar sicarios brasileños en motos, pero no pudieron arribar al país por el cierre de las fronteras a causa de la pandemia de coronavirus.