Con el "cuento del tío" y las llamadas telefónicas
Personas adultas mayores, las víctimas principales
De acuerdo con los casos registrados en Catamarca, en términos generales, las personas adultas mayores suelen ser el blanco preferido de los estafadores. Según la casuística analizada, se advierte mayor confianza en el trato personal y menor desconfianza ante el contacto directo, más aún si la persona que los aborda apela a vínculos familiares o gestiones estatales.
Además, hay otro factor: la vulnerabilidad emocional o cognitiva: las personas adultas mayores pueden sentirse más solas o más dispuestas a ayudar ante una emergencia que “viene de la familia”. Ante estas situaciones, pueden “bajar la guardia” antes de entregar dinero o permitir el ingreso a su casa.
En general, la consulta previa con otros familiares o allegados o la exigencia de una identidad comprobable, es menor cuando la supuesta emergencia o la gestión parece urgente o creíble.
También se remarcó que este grupo de personas suele tener su patrimonio al alcance de su mano. Muchas personas jubiladas guardan el dinero retirado -ya sea la jubilación entera o ahorros acumulados- en su vivienda o en lugares de fácil acceso. Esto facilita el golpe una vez que el estafador logró ingresar o distraer a la víctima.
Otra modalidad consiste en el ingreso al domicilio bajo falsas gestiones. En estos casos, el estafador se presenta como un gestor de programas sociales, empresas de servicio o de ANSES, con formularios, planillas o trámites que supuestamente requieren ser completados personalmente en el hogar o la vivienda de la víctima. Una vez dentro, aprovecha la confianza y la vulnerabilidad de la persona mayor para moverse libremente por la casa, revisar roperos, cajones, billeteras o incluso áreas externas.
Casos
En el transcurso de esta década, El Ancasti publicó varios casos de estafas. En 2021, un jubilado recibió una llamada desde un número fijo en su casa: el estafador dijo ser su primo, que viajaba desde La Rioja a Catamarca y que su remolque había tenido una avería. Solicitó $30.000 “urgente” y el jubilado accedió sin confirmar la identidad real del familiar. Al día siguiente, el verdadero primo negó haber hecho la llamada.
En otros episodios, se aprovecha que la persona acaba de retirar su jubilación. En una ocasión, una estafadora interceptó a una mujer de 78 años a la salida del banco, engañándola verbalmente y apropiándose de la totalidad del dinero que acababa de cobrar.
En un caso reciente, una mujer de 90 años fue víctima de esta estrategia: la sospechosa ingresó al domicilio con el pretexto de gestionar beneficios y completar planillas del ANSES. Con un discurso convincente “ganó la confianza” de la jubilada, recorrió distintas áreas del hogar y terminó llevándose más de $2.000.000 que la víctima había ahorrado.