domingo 10 de septiembre de 2023

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Editorial

Muchos fiscales Delgado

Los tres libros que el recientemente fallecido fiscal federal Federico Delgado escribió, uno de ellos en coautoría...

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Los tres libros que el recientemente fallecido fiscal federal Federico Delgado escribió, uno de ellos en coautoría con la periodista y politóloga Catalina De Elía, lo exhiben como una rara avis dentro de la Justicia argentina: “República de la impunidad”, “Injusticia” y “La cara injusta de la justicia”. Su aguda y lúcida crítica al Poder Judicial del que formaba parte le valieron algunas críticas de sus colegas, pero un reconocimiento masivo –dentro y fuera del sistema judicial- por el coraje con que denunció las defecciones y las claudicaciones que observó durante su trayectoria.

Los rasgos distintivos de Delgado, respecto de otros altos funcionarios judiciales, se advertían, en principio, en sus hábitos cotidianos, como vestir, en vez del clásico traje, remeras negras y jeans gastados, o circular en bicicleta. Pero claramente se diferenciaba por su postura crítica del poder que integraba y su voluntad de cambiarlo desde adentro, siendo consecuente en su labor como fiscal.

Impulsó en los últimos años causas emblemáticas para el poder: la investigación por las Panamá Papers, el enriquecimiento ilícito de José López, la tragedia de Once, Odebrecht, Time Warp y últimamente la causa de Lago Escondido, que involucra a jueces y fiscales. Al comienzo de su carrera investigó los sobornos en el Senado durante el gobierno de Fernando de la Rúa y el megacanje de Domingo Cavallo.

En todas ellas intentó investigar a fondo, no siempre con éxito pero no por falta de voluntad o impericia sino por obstáculos sembrados en los propios tribunales por poderosos o allegados al poder. Su osadía le valió sentirse desprotegido. “A mí no me defienden ni los radicales, ni los peronistas, ni los kirchneristas, ni los macristas, ni la familia judicial”, declaró alguna vez en un medio periodístico.

Para Delgado en Argentina “existe una justicia injusta, que acaricia a los poderosos y aplasta a los débiles”. Y advirtió que, al jugar con los tiempos de las causas, la justicia busca “mantener su propio poder”. En el libro “La cara injusta de la justicia” desarrolla un concepto de justicia como bella durmiente que espera a alguien que la despierte.

Su condición de rara avis la expresó también en temas sensibles para la Justicia, como cuando se manifestó abiertamente a favor de que todos los jueces y fiscales pagaran el Impuesto a las Ganancias “por una cuestión de equidad” y porque no hacerlo “es intolerable para la sociedad”.

Poco antes de morir de un cáncer fulminante de pulmón, Delgado opinó que es imperioso “debatir y reflexionar sobre las defecciones de la Justicia y no tener miedo. Porque hablar de estas cosas mejora la calidad de la vida democrática argentina”. Una Justicia condicionada por el poder, o aliada al poder, deteriora las instituciones republicanas y corroe el sistema democrático. Hacen falta muchos fiscales Delgado para revertir esta peligrosa tendencia.

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