Cientos de miles de personas colmaron el centro porteño y armaron una fiesta de diversidad con críticas a la política nacional.
"Los discursos de odio también matan” o “A la patologización y al clóset no volvemos nunca más” fueron algunas de las pancartas más representativas de la 33ra marcha del orgullo de Buenos Aires, la primera de la era del presidente Javier Milei, que reunió ayer a miles de personas en un colorido ambiente en la capital del país.
La marcha, la primera en varios años en que la financiación corre a cargo de fondos de gobiernos locales y de 29 embajadas, ya que el gobierno ha retirado su apoyo al evento, transcurrió en un clima festivo llamando a las protestas contra las políticas gubernamentales, como el rechazo al cierre de organismos como el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) u otros espacios de diversidad.
Milei se ha distanciado de las políticas de diversidad y los activistas lo consideran contrario a éstas.
La marcha comenzó a las 10 en Plaza de Mayo con feria de emprendedores, shows y música. A las 16 arrancó una marcha multitudinaria de manifestantes y carrozas rumbo al Congreso de la Nación. Reclaman la sanción de la Ley Integral Trans y la Ley Antidiscriminatoria.
"Los discursos de odio del Gobierno y de algunos medios de comunicación matan. No es libertad, es odio”, afirmaron en sus redes las organizaciones convocantes de la Marcha del Orgullo. En la jornada, 30 representantes de países agrupados bajo el nombre Diplomáticos por la Igualdad, entre ellos Estados Unidos, el Reino Unido, Alemania, Francia y la Unión Europea, emitieron una declaración conjunta expresando su solidaridad con la comunidad LGBTIQ+ en Argentina y la defensa de los derechos humanos.
La edición número 33 de esta fiesta popular -cada vez más colorida, cada vez más convocante- reunió a hombres y mujeres, niños y niñas, familias, amigos, gays, lesbianas, travestis, bi, heteros de todas las edades y los orígenes sociales. Coparon el centro de la ciudad de Buenos Aires con disfraces, banderas y muchos carteles en contra del gobierno, como el del camión del Movimiento Evita, que presentó una ilustración de Eva Perón dándole nalgadas a un Milei con aspecto de niño iracundo.
