Dos informes conocidos en los últimos días revelan la magnitud del impacto que tiene el cambio climático en los más variados aspectos de la vida. Ayer lunes, la Organización Meteorológica Mundial (OMN), que depende de la Organización de las Naciones Unidas, publicó un trabajo que sostiene que los fenómenos meteorológicos extremos registrados en el último medio siglo causaron 2 millones de muertes pero también pérdidas económicas formidables: alrededor de 4,3 billones de dólares.
Si bien siempre existieron los desastres causados por fenómenos climáticos, el calentamiento global ha provocado no solamente que éstos sean cada vez más sino también más destructivos.
La dimensión económica en el costo que tiene el cambio climático no suele abordarse con profundidad. Pero en vista de la envergadura de ese impacto debería prestársele mayor atención, a los efectos de que las autoridades de las naciones tengan más y mejores fundamentos a los fines de adoptar las medidas necesarias para contrarrestar los efectos. Si, a tono con la dinámica del capitalismo, a las autoridades no les importan tanto las vidas humanas, al menos que les importen las pérdidas de las economías.
En términos absolutos las pérdidas económicas mayores las sufren los países más desarrollados. El ranking lo encabeza Estados Unidos, con 1,7 billones de dólares. Pero es preciso analizar los costos en términos relativos, es decir, comparándolos con el tamaño de las economías de las naciones. Desde esta perspectiva, debe concluirse que la gravitación negativa es más importante para las economías pequeñas. En los países desarrollados, las pérdidas económicas equivalieron a menos del 0,1% del PBI de esas naciones. En los países subdesarrollados, en cambio, las pérdidas representaron más del 5% del PBI, y en algunos casos extremos los desastres llegaron a representar casi el 30%.
Otro informe, en este caso producido por la Organización Mundial de la Salud y presentado el pasado viernes, señala que el cambio climático incide negativamente en la salud de las personas, especialmente las más pobres y vulnerables, y aseguró que este fenómeno "continúa degradando a un ritmo acelerado el medio ambiente y la salud física y mental, lo que plantea enormes riesgos para todos", señalando además como factores preocupantes derivados de problemas ambientales como el agua insalubre, el saneamiento deficiente y la contaminación atmosférica.
El calentamiento global, al alterar la biodiversidad del planeta, favorece la transmisión de patógenos causantes de enfermedades como el dengue, el paludismo, el asma, la tuberculosis, la fiebre amarilla y el cólera, entre muchas otras.
El cambio, que es en principio climático pero engloba a todos los aspectos de la vida natural y social, debe atenuarse a partir de medidas concretas adoptadas por las autoridades de las principales potencias. Los compromisos asumidos, además de insuficientes, no se cumplen en tiempo y forma, lo que agrava el panorama. Mientras tanto, los tiempos para que las medidas puedan incidir del modo en que se necesita se acortan dramáticamente. n