jueves 28 de marzo de 2024
Editorial

Largo camino por recorrer

El 30 de mayo de 1998 se produjo en la Argentina el primer nacimiento de un hijo de una paciente que recibió un trasplante en un hospital público. Se trató, por cierto, de un hito en la historia de la medicina moderna y, en conmemoración de esa fecha, cada 30 de mayo se celebra en nuestro país el Día Nacional de la Donación de Órganos.

La historia de la donación de órganos y trasplantes en la Argentina cambió sustancialmente hace unos años a raíz de la sanción de una ley que tuvo como disparador un hecho verdaderamente trágico. La denominada Ley Justina, sancionada en 2018 en homenaje a Justina Lo Cane, una nena de 12 años que murió esperando un corazón, establece que todos los mayores de 18 años son donantes de órganos salvo que hayan manifestado su voluntad de no serlo. Es decir, desde entonces, en vez de manifestar la voluntad de donar, hay que expresar la voluntad contraria.

La mencionada norma, que lleva el número 27.447, ha logrado que se incremente de un modo exponencial la cantidad de donantes, lo que hace prever que en el futuro crezcan los donantes y consecuentemente los trasplantes. Durante el año pasado, según informó el INCUCAI, se llevaron a cabo más de 4.000 trasplantes, un 24 por ciento más que los llevados a cabo en 2021. Según la información difundida en estos días, en lo que va del año se realizaron 1.502 trasplantes de órganos y córneas. Así, 776 pacientes en lista de espera recibieron un trasplante de órganos - 674 provenientes de donantes fallecidos y 102 de donantes vivos - y se realizaron 726 trasplantes de córneas.

Es decir, aun pese a la vigencia de la pandemia, las operaciones de este tipo vienen aumentando año a año debido, fundamentalmente, a la incidencia de la nueva legislación.

De todos modos, pese a este avance, hay aproximadamente 200.000 personas esperando un órgano en la Argentina.

Uno de los desafíos del sistema de salud en el país es lograr mayores niveles de eficiencia para que los trasplantes puedan llevarse a cabo con la premura que los casos exigen. Hace algunos días se creó en el ámbito del Ministerio de Salud de la Nación el Programa para la Implementación de Unidades Hospitalarias de Procuración de Órganos y Tejidos (UHPROT), que ofrece a las instituciones sanitarias una herramienta destinada a construir servicios que desarrollen integralmente la actividad de procuración y trasplante dentro de los hospitales.

También será necesario, mientras no todos los centros de salud puedan realizar las operaciones, mejorar la logística para que los médicos lleguen a tiempo para hacer la ablación y los órganos al paciente que lo necesita.

Aun pese a los avances médicos, logísticos y normativos registrados, es largo todavía el camino a recorrer para conseguir el objetivo de máxima, que es que cada persona que necesita de un órgano para seguir viviendo, acceda a él sin necesidad de larguísimas y angustiantes esperas.

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