viernes 22 de marzo de 2024
Cara y Cruz

La expectativa Catena

El desembarco de Catena Zapata genera grandes y justificadas expectativas en la vitivinicultura catamarqueña, por el salto cualitativo y cuantitativo que representa en términos de expansión del horizonte de desarrollo.

Se trata de una bodega de afirmado prestigio nacional e internacional, con aceitadas estructuras en toda la cadena de producción y comercialización de vinos que estará, de cumplirse lo anunciado, disponible para construir una sinergia que permita a los productores locales insertarse en el negocio a gran escala y llegar a los grandes centros de consumo. La solvencia del grupo mendocino se conjuga con el marketing en la proyección de un potencial que todavía, por diferentes motivos, no consigue desplegarse del todo en Catamarca y se ramificaría al turismo. La sola noticia de que Catena se instalará en Punta del Agua, Fiambalá, posiciona a la zona dentro del competitivo negocio vitivinícola.

No es gente que apueste de balde: si con su experiencia ha echado el ojo allí, por algo ha de ser. Estudios pormenorizados de técnicos y enólogos de la empresa a lo largo de todo 2021 sustentan la decisión de avanzar en el proyecto, que el Gobierno vino amasando discretamente.

El anuncio fue realizado en el mismo Fiambalá por el gobernador Raúl Jalil y el CEO de Catena, Gastón Pérez Izquierdo.

“Creemos que esta tierra tiene mucho potencial. Hemos realizado un proceso de instalación similar en La Rioja y hoy tenemos más de 300 hectáreas plantadas. Apostamos a que en Catamarca podemos obtener un vino de máxima calidad por las características óptimas de su tierra”, dijo el ejecutivo.

La intención de la firma es trabajar con los productores instalados en Fiambalá, para lo cual la Secretaría de Planificación ya ha iniciado el proceso de regularización dominial para que puedan contribuir con su cosecha y producción a la estructura proyectada.

“Además del compromiso productivo, buscaremos trasladar todos nuestros conocimientos con la sociedad fiambalense”, dijo Pérez Izquierdo.

El Gobierno destacó que "el Instituto del Vino de Catena tiene la misión de elaborar vinos argentinos capaces de competir con los mejores vinos del mundo, avanzando las regiones vitícolas de Argentina al primer mundo del vino durante los próximos 100 años".

"En colaboración con la Universidad de California, Davis, y la Universidad Nacional de Cuyo, lidera proyectos de investigación y desarrollo en miras a ampliar las fronteras del conocimiento vitivinícola, trasladándolo a técnicos y a la gran comunidad del vino", añadió.

Vale decir que la actividad vitícola y vitivinícola catamarqueña se insertaría con Catena en un circuito de altísimo nivel internacional.

La perspectiva para los productores de Tinogasta y el oeste se amplía en términos de volumen y de calidad. Es un gran desafío y el Gobierno parece estar comprometido. No es para menos: que una bodega de la envergadura, renombre y alcance de Catena haya decidido trabajar en la provincia constituye un acontecimiento de primera magnitud, un hito en el terreno productivo.

“Tenemos el compromiso con la empresa para instalar a Catena Zapata en Fiambalá y avanzaremos en las próximas semanas con su llegada. Será un efecto multiplicador tener una empresa con prestigio nacional e internacional produciendo en nuestra provincia”, consideró Jalil.

Pérez Izquierdo devolvió gentilezas.

“Durante muchos años buscamos invertir en Catamarca, pero fue el gobernador Jalil quien nos convenció con sus ganas y proyectos para la provincia. Estamos muy agradecidos con el Gobierno provincial. Es el estilo de gobierno que necesitamos”, señaló. n

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