El 13 de diciembre, Mario “Ruli” Oliva fue condenado a 12 años de prisión efectiva de manera unánime por el Tribunal Oral Federal (TOF), que lo encontró culpable por los delitos de “trata de personas agravada” y “tenencia de estupefacientes con fines de comercialización agravada por el número de personas”. Oliva fue declarado reincidente por segunda vez. Ya había purgado una pena por narcotráfico.
El caso de Oliva tiene las aristas que lo hacen particular y a la vez escabroso. Oliva se dedicaba a buscar jóvenes, menores de edad, bajo la promesa de conseguirle trabajo como empleadas domésticas. Fue el caso de una chica oriunda de Santiago del Estero a la que explotó sexualmente. A diferencia de otras causas juzgadas en la provincia, Oliva no operaba desde una whiskería, sino desde un departamento en su casa materna, en La Viñita.
Oliva proveía de cocaína, marihuana y pastillas a la víctima y a otras jóvenes para que mantuvieran relaciones sexuales con hombres que llegaban a ese inmueble.
Los jueces del TOF advirtieron que era falsa la promesa de un trabajo en la casa materna. “Lo que realmente sucedió es que Oliva cambió los términos económicos del acuerdo y aprovechándose de la vulnerabilidad de la víctima la explotó al punto de quedarse con todo lo recaudado por ella”.
Lejos de su familia, sin dinero, sin otro lugar donde residir, la víctima -y otras jóvenes- quedaban a merced del proxeneta, quien conocedor de esta situación de vulnerabilidad, sacaba provecho.
Los jueces describieron la existencia de un circuito que vinculaba a la trata de personas y al narcotráfico. Oliva captaba a las potenciales víctimas, las transportaba y las explotaba sexualmente. Las drogas funcionaban como un medio de intercambio comercial.
“Oliva se proveía de estupefacientes a los fines, tanto de venderlos a terceras personas, como así también utilizarlos en su empresa criminal de trata de personas con fines de explotación sexual. Conseguía la droga, la cual le era ‘facilitada’ a sus víctimas, quienes necesitaban de ella para poder sobrellevar la situación de absoluta vulnerabilidad con la que vivían, y luego Oliva les cobraba a sus víctimas reteniéndoles el dinero generado por ellas”.
Oliva llegó detenido al juicio y en ningún momento esgrimió muestras de arrepentimiento. Tras escuchar la condena regresó esposado al penal de Miraflores.
En Argentina, en el 2022 fueron identificadas más de mil víctimas de trata de personas. Según un informe elaborado por el Departamento de Estado de Estados Unidos, Argentina se encuentra dentro de los treinta países del mundo que más lucha contra este flagelo. Las variables que se tienen en cuenta son las políticas de acceso a la vivienda y de inclusión laboral, así como el sistema de capacitaciones de género para funcionarios, entre otros puntos.
Días atrás, el flamante ministro de Justicia de la Nación, Mariano Cuneo Libarona, aseguró que el Gobierno atacará “la corrupción, el narcotráfico y la trata de personas con todos los elementos pertinentes”. Solo el tiempo dirá si es que sus expresiones se plasman en resultados que beneficien a los sectores más vulnerables o si fueron meras declamaciones para la tribuna.