viernes 22 de marzo de 2024
Editorial

La degradación ambiental no espera

Dentro de poco menos de un mes se cumplirá el primer año de la sanción de la Ley de Educación Ambiental Integral en el Congreso de la Nación. Se trata, como toda Ley Integral -como lo fue por ejemplo también la Ley de Educación Sexual Integral (ESI)- de un proyecto ambicioso y abarcativo. La norma mencionada al comienzo tiene como propósito general “la formación de la conciencia ambiental a la que articulan e impulsan procesos educativos integrales orientados a la construcción de una racionalidad, en la cual distintos conocimientos, saberes, valores y prácticas confluyan y aporten a la formación ciudadana y al ejercicio del derecho a un ambiente sano, digno y diverso”.

La norma también promueve una reflexión crítica del rol del Estado en la degradación del medio ambiente y replantea el rol y la responsabilidad de la educación en el desencadenamiento de procesos transformadores virtuosos.

Por tratarse, precisamente, de una herramienta de amplio alcance y de largo plazo, no se esperaba su aplicación inmediata en el ámbito educativo. Pero los preparativos parecen venir atrasados, al punto que el primer aniversario encontrará a las instancias de preparación “en veremos”.

La propia ley abre el juego en una estrategia descentralizadora, incluyendo a las provincias. De hecho, el proyecto contempla que cada jurisdicción deberá promover una acción comunitaria en la que se fomente el “Compromiso Ambiental Intergeneracional” en el cual las personas tengan la oportunidad de establecer un pacto de responsabilidad también con las generaciones sucesivas. Y también sostiene que cada provincia dispondrá la modalidad de implementación en la agenda educativa de al menos una jornada o espacio de mejora institucional dedicada a la educación ambiental y dará debida difusión sobre la actividad y sus participantes, así como la entrega de las correspondientes menciones por la participación.

Sin embargo, como se dijo, la agenda viene con atrasos. Hace unos días, entre el 25 y el 26 de abril, el Ministerio de Ambiente nacional llevó a cabo un encuentro en la región NEA para la implementación de la ley. En la región NOA, más precisamente en Tucumán, reunión similar se realizó los días 12 y 13 del mismo mes. Catamarca participó, los días 17 y 18 de marzo, de una jornada de capacitación en la materia en Buenos Aires, convocada por autoridades nacionales. Y encuentros del mismo tenor se efectuaron en otras regiones del país.

La experiencia de la ESI debería servir para sacar conclusiones. La ley, aprobada en 2006, aún no termina de implementarse debidamente. La de Educación Ambiental Integral es mucho más nueva, pero no debería frenarse por obstáculos burocráticos o desidia. El impacto de los problemas ambientales en la vida cotidiana de la gente ya se hacen sentir y el calentamiento global amenaza la propia vida en el planeta en el mediano plazo. La degradación ambiental no espera. Se necesita, entonces, de compromisos firmes de las nuevas generaciones empoderadas y con conciencia ambiental, algo que solo puede lograrse a través de procesos educativos eficaces e implementados a tiempo.

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