domingo 10 de noviembre de 2024
Cara y cruz

El secuestro del sello

Si alguna duda quedaba, la mención destacada de Cristina Kirchner al comunicado que repudió la ausencia de Fernanda Ávila en la sesión donde el Gobierno nacional logró sostener el veto a la ley de financiamiento educativo terminó de despejarla: el PJ catamarqueño se ha convertido en una sucursal del Instituto Patria, funcional a los intereses del ultracristinismo bonaerense.

Tal posicionamiento institucional ha sido decidido unilateralmente, sin debate previo, por la facción que responde a la presidenta del partido a nivel local y miembro de la conducción colegiada nacional, Lucía Corpacci, quien reposteó en su cuenta de “X” tanto el repudio a Ávila, como el ataque directo de CFK al gobernador Raúl Jalil, además de un foto con la exvicepresidenta, a quien arroba, en el Instituto Patria con la frase: “Inteligencia, formación, coraje, todo para dar!! CFK, mi admiración y cariño de siempre”.

El repudio a Ávila se difundió apresuradamente el miércoles por la tarde, en cuanto terminó la sesión del veto en la Cámara de Diputados. “La ausencia de una diputada de nuestro espacio, sin ninguna razón de fuerza mayor que lo justifique, nos obliga a repudiar su comportamiento”.

El ataque no consideró, quizás porque no era importante averiguarlo, que el padre de la diputada Fernanda Ávila y el ministro de Gobierno Fernando Ávila agonizaba. Murió pocas horas después del controvertido plenario. Tampoco tuvo en cuenta que la ausencia de Ávila no era necesaria para blindar el veto de Milei: los libertarios contaban con el número para hacerlo sin su concurso y de hecho el resto de los diputados catamarqueños se pronunciaron a favor del financiamiento.

Estas improlijidades, hijas tal vez de la ansiedad por complacer a la jefa del Instituto Patria, adquirieron carácter de operación deliberada contra el Gobierno provincial cuando CFK emitió por su cuenta de “X” el análisis titulado “El voto y el veto”, en el que condenó el transfuguismo de los gobernadores: “Hoy los distintos portales de noticias nos devuelven las imágenes de gobernadores de nuestro partido que habrían influido sobre algunos legisladores de sus provincias, para plegarse a la estrategia de apoyo al veto de Milei (valoramos el pronunciamiento del Partido Justicialista de Catamarca condenando la conducta de la diputada por esa provincia)”.

Aunque CFK use el potencial -“habrían influido”- la secuencia es reveladora: el propósito del PJ catamarqueño fue proporcionarle argumentos para cuestionar al Gobierno de Catamarca. La situación anímica de la diputada Ávila y su hermano por la agonía de su padre carecía de importancia frente al imperativo de prestarle servicios profilácticos al cristinismo.

Que Corpacci haya replicado la agresión de CFK en su cuenta de X no puede atribuirse a una distracción. El episodio verifica un quiebre que venía administrando con prudencia desde su oposición militante al RIGI, contra la postura del Gobierno, y hasta con el comunicado del PJ local que expresó el respaldo a la candidatura de CFK a presidir el PJ Nacional.

El sello del PJ provinciano ha sido secuestrado para ponerlo a disposición de intereses ya no diferentes o ajenos, sino contrarios a los del Gobierno del que el partido forma parte. Respecto de la ley de financiamiento a las universidades vetada, Corpacci estuvo ausente en la sesión del Senado que la aprobó sin que el PJ catamarqueño le reprochara nada, aunque tampoco se conoció “ninguna razón de fuerza mayor” que justificara la deserción en asunto tan clave.

La fractura plantea un problema de primer orden para el oficialismo provincial, que debe administrar la Provincia bajo las inciertas condiciones impuestas por Javier Milei. Tampoco plantea el PJ de Catamarca capturado por el corpaccismo discusión alguna sobre las responsabilidades que le caben a su orientadora, CFK, en el estrepitoso fracaso de la gestión de Alberto Fernández.

Más bien parece dispuesto a reiterar a nivel provincial la experiencia protagonizada por la exvicepresidenta, agrediendo a su propio Gobierno.

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