Desde la clásica trinchera del Consejo Federal de Inversiones, los gobernadores lanzaron un reclamo unánime por fondos a la Casa Rosada, mientras Javier Milei intenta condicionar la escena con la restauración de la antinomia kirchnerismo/antikirchnerismo y se prepara para presentar el domingo personalmente a la Cámara de Diputados el Presupuesto 2025, al que calificó como “un hito histórico que marcará un antes y un después en la historia económica argentina”.
Aunque no consiga aún disipar la incertidumbre en torno a su programa, a 9 meses de iniciada la gestión Milei está en condiciones de postularse como un récord en esto de los hitos históricos. La sanción de la Ley Bases y el Pacto de Mayo que firmó con la mayoría de los caciques provinciales en Tucumán, en la gélida noche previa al 9 de julio, se presentaron también como rupturas definitivas con el decadente pasado nacional, sin que tales caracterizaciones redundaran en el robustecimiento de sus esquema de poder. Más bien parece que los hitos previos al Presupuesto produjeron el efecto contrario, como si las tribus opositoras, amigables o no, hubieran encontrado en ellos una clave de adiestramiento para incordiarle el mandato.
Los gobernadores se reunieron ayer el CFI, reducto habitual para coordinar exigencias a la Casa Rosada. Los peronistas consiguieron sostener como secretario general a Ignacio Lamothe, pero lo más significativo fue que los caciques depusieron divergencias partidarias y coincidieron en un documento para reclamar al Gobierno nacional que “cumpla con sus compromisos”.
Milei estará muy entusiasmado con el hito histórico del Presupuesto 2025, confeccionado bajo el apotegma de hierro “déficit cero”, pero los mandatarios le mandan un aviso que tiene el mismo sentido que el que separó la Ley Bases del Paquete Fiscal: no hay problemas con la manía libertaria por los hitos, en tanto el reparto de los esfuerzos para alcanzarlos no los perjudique en exceso.
Conviene recordar que el cumplimiento del celebrado Pacto de Mayo no es exigible porque carece de validez jurídica, ya que no fue refrendado ni por el Congreso ni por las legislaturas provinciales. Este nuevo hito del Presupuesto “Déficit Cero”, como la Ley Bases, debe pasar necesariamente por la embrollada arena del Congreso para ser efectivo. De otro modo, el Gobierno se verá obligado a prorrogar de nuevo el Presupuesto 2023, con los consiguientes perjuicios sobre las expectativas de sustentabilidad de su plan.
Los montajes escenográficos no suplantan al sistema institucional. Todos escucharán la presentación de Milei el domingo, la celebrarán o impugnarán según el caso, se desarrollarán posteriormente los análisis respectivos, pero al final todo se reduce a que el Congreso apruebe la ley de Presupuesto y allí, como ocurrió con la Ley Bases, el juego de los gobernadores tiene importancia capital.
En este marco, el mensaje de los mandatarios no pudo ser más claro.
Advirtieron que “buscarán los instrumentos adecuados para poder afrontar sus responsabilidades, tal como establece la Constitución Nacional, con los recursos correspondientes”, luego de señalar que “de cara a la discusión del Presupuesto 2025, las provincias argentinas propugnan por una distribución más equitativa entre la Nación y las Provincias de los recursos coparticipables”.
Esto, después de consignar que la Casa Rosada, por muy hito que haya sido el Pacto de Mayo, no cumplió con “los compromisos respecto a la financiación y/o ejecución de la obra pública en los territorios provinciales”, ni con “las transferencias corrientes y de las deudas correspondientes a los recursos de las Cajas no transferidas; y la distribución del Fondo Compensador del Transporte que se financia en forma específica a través del Impuesto a los Combustibles y que, sin embargo, se ha interrumpido”.
Los “degenerados fiscales” no se rinden, pero en su beneficio hay que reconocerles que el que avisa no es traidor.n