Minutos previos a las 11, de acuerdo con el horario citado, el sacerdote Eduardo López Márquez se presentó en la Fiscalía Penal de la Sexta Circunscripción Judicial, en Recreo, La Paz. La semana pasada, la fiscal Virginia Duarte Acosta lo imputó por los delitos de "abuso sexual gravemente ultrajante calificado por la situación de guarda y por ser cometido por un ministro de culto en calidad de autor", y "corrupción de menores agravada por la guarda de la víctima, en calidad de autor, en concurso ideal". Por un segundo hecho fue imputado por "abuso sexual con acceso carnal, calificado por la situación de guarda y por ser cometido por un ministro de culto, en calidad de autor" y "corrupción de menores agravada por la edad de la víctima, en calidad de autor". El tercer hecho que se le endilga es de "abuso sexual con acceso carnal, calificado por la situación de guarda y por ser cometido por un ministro de culto, en calidad de autor" y "corrupción de menores en calidad de autor, en concurso ideal". La fiscal remarcó además que se trata de "tres hechos en concurso real".
El cura llegó acompañado por su abogado defensor Gustavo Martínez Azar. Pese a los hechos que se le reprochan, el sacerdote se mantuvo en silencio durante la indagatoria. La denuncia en su contra se radicó a finales de 2021 pero varios procesos judiciales dilataron la imputación.
A mediados de semana, Sebastián Ibáñez, abogado que representa a la querella, había solicitado la inmediata detención, debido al existente riesgo procesal, por la gravedad de los delitos denunciados y el inicio de otra investigación penal en su contra, por iguales delitos. Además, solicitó “la confirmación de dicha medida coercitiva”. Para la querella, “es harto evidente” que el imputado se enfrente ante delitos con “la imposibilidad de una futura condena condicional. Existen además vehementes, concretos y objetivos indicios de posible fuga o entorpecimiento de la investigación. El encartado López Márquez, además de contar con amplios recursos (económicos y logísticos, entre otros) para profugarse, enfrenta otra investigación en su contra”.
La semana pasada, el cura López Márquez sumó una nueva denuncia. Los ultrajes habrían ocurrido también entre 2002 y 2003 pero en Capayán. Esta denuncia se radicó en la Fiscalía General de la Capital. En relación con la segunda denuncia, el abogado de la querella indicó que el modus operandi de López Márquez fue el mismo: “A los chicos los llevaba a las casas parroquiales, junto con ese otro sacerdote Batallán, que falleció y estaba en la denuncia de la primera víctima: ahí los alcoholizaban con vino y los sometían. Los delitos de López Márquez no son solamente abuso sexual con acceso carnal, sino también corrupción de menores. Es el primer sacerdote que tiene dos víctimas con denuncias sucesivas”, declaró el abogado.
Pese al pedido de detención de la querella, fuentes consultadas por El Ancasti indicaron que la representante del Ministerio Público Fiscal de La Paz se opuso. Es decir, no solicitó, en un primer momento, la detención del cura imputado por varios delitos contra la integridad sexual.
A finales de 2021, el sacerdote Eduardo López Márquez fue denunciado por un abuso sexual cometido entre 2002 y 2003. El denunciante por entonces era un niño. La fiscal de la Sexta Circunscripción Judicial, Jorgelina Sobh, desestimó la denuncia y la envió a archivo. La querella se opuso y la jueza de Control de Garantías Corina Pérez resolvió que la causa no estaba prescripta.
Ante el revés judicial, la defensa del sacerdote apeló. En septiembre, la Cámara de Apelaciones en lo Penal y de Exhortos confirmó lo resuelto por la jueza Pérez: no hay prescripción. El Tribunal de Alzada estuvo integrado por los jueces Elena Berrondo Isí, Mauricio Navarro Foressi y Fernando Esteban.
Cuatro sacerdotes imputados por abuso
En casi 10 años, desde 2014, cuatro sacerdotes fueron imputados por delitos contra la integridad sexual. Eduardo López Márquez es el cuarto cura denunciado, recientemente imputado y con una nueva denuncia en su contra. El primer imputado fue José Renato Rasgido, denunciado en 2014 en Andalgalá. Por estos hechos, oportunamente fue imputado por “abuso sexual simple agravado en concurso ideal con corrupción de menores" y dos hechos de "abuso sexual con acceso carnal agravado en concurso ideal con corrupción de menores", ambos “agravados por su condición de ministro de un culto religioso”.
Tras un proceso penal enredado, cada vez se encuentra más cerca de ocupar el banquillo de los acusados. Su expediente ya se tramita en la Cámara de Sentencia en lo Criminal de Segunda Nominación para llevar a cabo el debate en su contra.
En mayo del año pasado, el cura Juan de Dios Gutiérrez fue trasladado al Servicio Penitenciario Provincial, Capayán, para purgar la pena de 12 años de prisión impuesta por la Cámara de Sentencia en lo Criminal de Tercera Nominación. En abril de 2021, lo halló culpable por el delito de "abuso sexual con acceso carnal agravado por ser ministro de un culto religioso". El hecho fue denunciado en octubre de 2015 en Belén.
A finales de 2018, en el marco del denominado “Efecto Thelma”, una mujer denunció al sacerdote Moisés Pachado por haber abusado sexualmente de ella cuando era una niña. En 2020, la Cámara de Apelaciones en lo Penal y de Exhortos declaró que los delitos contra la integridad sexual de niños y niñas no prescriben. La Fiscalía de Belén lo imputó por los delitos de "abuso sexual con acceso carnal agravado por ser el autor ministro de un culto religioso" y "abuso sexual simple agravado por ser el autor ministro de un culto" un hecho continuado. Sin embargo, Pachado falleció en junio del año pasado.
En el marco de estas denuncias, las víctimas son seis personas, hoy adultas. Al momento de la agresión transitaban su niñez o adolescencia. n