viernes 22 de marzo de 2024
Editorial

Difícil de recuperar

Se sabe que las escuelas en obra cuando están por comenzar las clases es un clásico catamarqueño. Obras que debían comenzar en enero recién arrancan a mediados de febrero, junto con la actividad escolar, y, al momento en que los chicos deben retornar masivamente a las aulas, el estado edilicio aún no es el propicio para que esto suceda. Pero lo habitual es que, al cabo de una o dos semanas, la situación tienda a normalizarse.

Por eso, lo que ocurre actualmente con la Escuela General San Martín, ubicada en calle 25 de Mayo, entre Prado y Esquiú, en San Fernando del Valle de Catamarca, resulta inadmisible porque la demora en comenzar el ciclo lectivo de manera presencial excede los límites lógicos. A pocos días de terminar el tercer mes de clases, los alumnos de este establecimiento todavía no pueden concurrir a las aulas por las obras que ejecuta en el lugar el Ministerio de Infraestructura y Obras Civiles de la Provincia. La insólita situación fue alertada por los propios padres, que se preguntaron si era necesario hacer cortes de calle y movilizaciones para que las obras concluyan de una buena vez, acciones que suelen tener como efecto inmediato que las autoridades se preocupen súbitamente por cuestiones que antes ignoraban.

Los estudiantes de la Escuela General San Martín han tenido en estos meses clases virtuales. Este recurso, al que se apeló en las etapas de aislamiento social obligatorio durante determinados momentos de la pandemia, tiene claras desventajas respecto del modo presencial, como ya se ha señalado con gran cantidad de argumentos en los últimos años. De modo que solo puede recurrirse a él excepcionalmente. Es decir, en épocas de emergencia sanitaria como la que vivió el mundo por el Covid-19, o por un tiempo muy limitado, pero nunca sin emergencia y por casi tres meses, que pueden ser más, porque no hay fecha certera para la terminación de los trabajos que se ejecutan en el edificio escolar.

La no presencialidad tuvo un alto costo pedagógico. El nivel educativo decayó durante los dos primeros años de la pandemia y la gran mayoría de los alumnos tuvo problemas de aprendizaje difíciles de resolver luego. Pero la virtualidad tenía como justificativo la prevención de una enfermedad que en sus peores momentos costaba cientos de vida en el país cada día. No es éste el caso, en el que la virtualidad es obligada por la imprevisión, las demoras en los trabajos o ambas cosas.

Las autoridades del ministerio con competencia en el tema han prometido que en dos semanas las obras estarían finalizadas. No hay seguridad alguna de que este plazo se cumpla. De hecho, en marzo, cuando comenzó el ciclo lectivo, el plazo que les habían dado a estudiantes, padres y personal de la escuela para el retorno a la presencialidad era fines de abril. Ya pasaron más de 20 días y no hay novedades.

De todos modos, aunque ya en junio los chicos tengan la escuela disponible, con todas las obras finalizadas, lo perdido en estos meses, por las dificultades de aprendizaje, la falta de interacción social y de socialización de los chicos, será muy difícil de recuperar.

Seguí leyendo
LO QUE SE LEE AHORA
la ley de emergencia congela contrataciones, viaticos y nuevas obras

Te Puede Interesar