Esta semana el gobierno nacional admitió que, por primera vez en el año, en julio hubo déficit fiscal luego del pago de intereses de la deuda. El monto anunciado de déficit fue de $ 168.515 millones, pero estimaciones de consultoras privadas señalan que la cifra real es de alrededor de 4 billones de pesos, es decir, 23 veces más grande que la oficializada.
Los analistas privados advierten que la Secretaría de Finanzas hace “ingeniería contable”, o como se denomina más habitualmente, “contabilidad creativa”. Lo que efectivamente hace es disimular el pago de intereses cargándolo como deuda nueva que se acumula para más tarde. Y aunque estos números “dibujados” tengan un efecto positivo en la actualidad, lo que hace es patear para adelante la admisión de que la situación macroeconómica está lejos de ser lo solvente que describen los discursos públicos.
En un informe también reciente sobre los resultados del sector público nacional, el Centro de Economía Política Argentina (CEPA) sostiene que el ministro Luis Caputo no incluyó en el cálculo los intereses de las Lecap y los Boncap, las letras y bonos con los que el gobierno viene refinanciando la mayor parte de su deuda en pesos. “Estos títulos presentan la particularidad de que los intereses generados se capitalizan, es decir, pasan a formar parte del capital y, en consecuencia, su pago se realiza junto con el del principal. Esta característica permitió al Tesoro evitar pagar intereses y mantener un superávit financiero durante el primer semestre de 2025”, se lee en el informe del CEPA.
Estimaciones de consultoras privadas señalan que la cifra real del déficit es de alrededor de 4 billones de pesos, es decir, 23 veces más grande que la admitida por Caputo. Estimaciones de consultoras privadas señalan que la cifra real del déficit es de alrededor de 4 billones de pesos, es decir, 23 veces más grande que la admitida por Caputo.
Según el centro de estudios, si los intereses se hubiesen contabilizado como cualquier bono, “en julio de 2025, al incluir los intereses capitalizados de las Lecap, el resultado financiero se tornaría deficitario en $3,93 billones”. El análisis es compartido por la ASAP (Asociación Argentina de Presupuesto), que en un escrito remarcan que en el informe oficial “no se reflejan los intereses capitalizables correspondientes a las Letras del Tesoro Nacional Capitalizables (LECAPs) emitidas desde abril del 2024, así como los Bonos Capitalizables (BONCAP) y las Letras Fiscales de Liquidez (LEFI), como parte de la operación de traspaso de la deuda del BCRA al Tesoro. Si esos instrumentos tuvieran el esquema más convencional (intereses que se pagan y registran durante el plazo en que está vigente la deuda), el resultado financiero sería menor”.
El gobierno debería prescindir de la “contabilidad creativa” al momento de exponer los números reales de la economía, no solamente como una contribución a la transparencia sino además porque es una exigencia del Fondo Monetario Internacional. El organismo viene siendo condescendiente con el gobierno nacional, pero esa tolerancia bien puede terminar una vez que pasen los comicios de octubre, sumando más tensión a una situación económica y financiera muy endeble.