miércoles 20 de marzo de 2024
La trampa piramidal

Callvu: nuevos testimonios complican a Rojo y a su madre

Dos ahorristas declararon en el Juzgado Federal y dieron detalles de sus inversiones en la empresa.

Cristian Sixto Rojo es el dueño de la empresa Callvu Servicios Financieros y Bursátiles. Está detenido desde mayo en el marco de la causa por presuntas estafas piramidales.

Con la reanudación de la actividad judicial, el juez federal Miguel Ángel Contreras le tomó declaración a dos testigos. Uno de ellos es amigo de Rojo, quien fue inversor y le reclama una deuda millonaria.

El testigo señaló que comenzó con las inversiones en el 2020 en Adhemar Capital pero que luego se contactó con su amigo Cristian Rojo para ingresar a Callvu. Formaron un pozo familiar y efectuaron una entrega millonaria y que el acuerdo era por seis meses y que mensualmente cobraba los intereses, con la posibilidad de “reinvertir”.

Según el testimonio, los pagos se realizaban con normalidad pero en los primeros meses del 2022 dejó de tener noticias de Rojo. “Un día de la noche a la mañana Rojo desapareció” comentó.

A fines del 2021 les había dicho a los clientes que disminuirían los intereses al 10 por ciento porque “el mercado estaba malo”.

Explicó que el dinero siempre se lo entregaba a Rojo y que la madre de éste, Ana María Oliva, tenía conocimiento de la actividad que realizaba su hijo. Oliva está imputada en la causa. El ahorrista expresó que algunos ahorristas no realizaban entregas de dinero sino que dejaban vehículos y que recordaba que Rojo llegó a tener diez autos en el fondo de la casa en donde funcionaba la oficina, en avenida Güemes. Según declaró el testigo, estos vehículos eran ofrecidos por Rojo en el caso de no poder responder con el dinero en efectivo.

Describió que al sospechoso lo conocía desde la infancia y que su estilo de vida había cambiado notablemente ya que se mostraba siempre en autos de alta gama y que viajaba constantemente en avión a Buenos Aires, en donde tenía un departamento pues en esa ciudad también trabajaba con inversiones.

Por último, el testigo señaló que guardaba el dinero en la oficina y que observó que tenía un cajón con dinero y bolsos.

También depuso una testigo que ingresó a Callvu por un compañero de trabajo pero que previamente mantuvo una conversación con Rojo, quien le dijo que se quedara tranquilo porque era todo legal y que trabajaban de manera bancarizada.

Relató que durante los meses posteriores cobró sin problemas hasta que comenzó el colapso en marzo. Primero informó Rojo que cobrarían menos intereses y luego entró en cesación de pagos.

Agregó que a partir de mayo Rojo cortó contacto con todos. No pudo recuperar el dinero.

La causa

Rojo está detenido y procesado. También están procesados Eduardo Guerrero (dueño de la Inmobiliaria Guerrero y quien habría aportado sus oficinas para el funcionamiento de Callvu), Pilar Sánchez Jorda y Silvina Segura, exempleada de la firma. En octubre fue imputada la madre de Rojo, Ana María Oliva.

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