Ahorro para hoy, problemas estructurales para mañana
La paralización de la obra pública dispuesta por el gobierno de Javier Milei demoró la ejecución de obras complementarias del gasoducto Néstor Kirchner, lo que provocó, además de la complicación en el abastecimiento de gas natural, gastos adicionales millonarios. No hacía falta ser un experto para prever lo que sucedería, lo que prueba un grado de improvisación preocupante en la gestión libertaria.
Un editorial de El Ancasti del 9 de diciembre del año pasado presagiaba lo que ocurriría: “El problema es que Javier Milei anunció el fin de la obra pública, lo que ha frenado el proceso del Gasoducto del Norte. De modo que un escenario probable es que Bolivia deje de proveer el gas al Norte y que, al no construirse el nuevo gasoducto, tampoco llegue el gas de Vaca Muerta. La única opción que quedaría, en esa encrucijada, sería incrementar nuevamente la importación de gas, generando otra vez un déficit en la balanza energética, lo que repercutiría también en el déficit fiscal global, que es lo que el gobierno que asume mañana quiere reducir rápidamente a cero”.
No es la única obra interrumpida por el gobierno nacional. Según la Asociación Argentina de Presupuesto, la inversión en obra pública cayó un 92%. Un desplome histórico. Sobre aproximadamente 2.000 obras en marcha hacia fines del año pasado, han quedado activas menos de 300. La paralización de muchas de las obras amenaza con complicar el normal funcionamiento a futuro del sistema energético argentino. Además del gasoducto Néstor Kirchner, están paradas las obras para la maquinización de la represa Aña Cuá, en Misiones, que iban a significar un aumento del 10% en la generación de energía de la mayor represa de Argentina (Yaciretá) y una potencia instalada de 270 megavatios.
Lo mismo sucede con las represas del río Santa Cruz, que generarían 1700 megavatios (equivalente al 10% de la energía generada en el país). El avance de obra quedó por debajo del 50%.
Además, quedó sin concluir el Gasoducto San Rafael-Mendoza. En este caso, un fallo de la Justicia Federal ordenó al Estado Nacional “preservar los activos invertidos y trabajos ejecutados en esta obra. "Parece razonable pensar que de no efectivizarse las medidas conservatorias, los materiales y obras realizadas en el gasoducto Gas Andes de San Rafael sufrirían deterioros y desperfectos que implicarían grandes erogaciones de dinero para ser recompuestos a su estado original", señala el fallo. Pero la obra sigue paralizada.
Finalmente, también están parados los trabajos para la construcción de la Represa de Chihuidos sobre el río Neuquén, que será, cuando alguna vez se concluya, vital para el sistema interconectado, pero también ideal para el control de crecidas y el aprovechamiento del agua para consumo humano, riego y uso industrial.
La falta de financiamiento de obra pública estratégica para el desarrollo de la Nación como herramienta para lograr déficit cero puede significar en el cortísimo plazo un ahorro, pero en el mediano y largo problemas estructurales y un costo altísimo, como lo enseña con claridad didáctica el problema de abastecimiento de gas natural.