A un año del crimen de Ferreyra, Murúa declarará por primera vez
La imputada dará su versión de los hechos la próxima semana ante el fiscal de Instrucción N° 2, Laureano Palacios.
A un año del homicidio de Miguel Ángel Ferreyra, la imputada Mónica Murúa declarará por primera vez en la causa que investiga el fiscal de Instrucción N° 2, Laureano Palacios. El representante del Ministerio Público Fiscal (MPF) recibirá la declaración de la sospechosa el jueves 19 de septiembre en Fiscalía General. En agosto, la defensa de Murúa, ejercida por los abogados Arturo Herrera Basualdo y Jorge Bracamonte (h), le había solicitado a Palacios que se fije fecha para la ampliación de declaración de Murúa. Sin embargo, la propia defensa pospuso el acto procesal en dos oportunidades. Ahora, está previsto que la mujer sí declare ante el investigador.
Murúa será la primera persona acusada en hablar sobre lo sucedido.
Murúa dará su versión de los hechos a pocos días de haberse cumplido un año del hecho sangriento. El martes 10 de septiembre se cumplió el primer aniversario. Ese día, la madre de Ferreyra, Ángela Herrera, dio una entrevista a El Ancasti e indicó que todavía espera a su hijo Miguel Ángel. “Es algo muy doloroso, uno no lo supera. Va a hacer un año, pero hacé de cuenta que fue ayer. Es muy duro recordar ese momento (del crimen). Él venía mañana, tarde, noche. Todo el tiempo mensajes. Lo espero todos los días. Llega el horario en que él sabía venir y no llega. Es muy triste. Nosotros lo recordamos como era él: una chispa, una alegría, con toda su energía”, dijo Ángela a este diario.
Caso
El 10 de septiembre del año pasado, Ferreyra recibió una puñalada en su pecho que terminó con su vida. Ocurrió en el barrio 140 Viviendas de Valle Viejo. Según la pesquisa, Murúa se encargó de disminuir la defensa de Ferreyra y, tras esto, Castro se aprovechó de la situación y le dio el puntazo fatal a la víctima con un cuchillo tipo carnicero.
Ese día, pasadas las 10.15, Ferreyra se encontraba reunido con más de tres hombres tomando bebidas en la vía pública, sobre la calle pública sin nombre en intersección con la calle José Luis Galarza, a orillas del “canal de la muerte”, en el barrio mencionado.
En ese momento, Castro se hizo presente en el lugar. Llegó a bordo de una motocicleta Yamaha Crypton roja. Allí, Castro y Ferreyra mantuvieron una discusión. Esto sucedió porque Ferreyra acusaba a Castro de haberle sustraído un casco que era de su propiedad. Tras la discusión se inició una pelea a puños entre ambos. El combate fue apaciguado por Jonathan Agüero, uno de los hombres que estaba compartiendo bebidas con Ferreyra. Agüero separó a Castro y Ferreyra.
Luego de esta situación, Castro se dirigió caminando hasta su casa, que está situada en el Loteo Jalil, a unos 300 metros de la escena del crimen. A los pocos minutos, volvió al lugar del hecho acompañado por Murúa, su madre. Iban en busca de Ferreyra. Castro llevaba una pala en una mano y dos cuchillos en la otra. Su madre, por su parte, tenía un látigo con cabo de madera y tiras de cuero.
Al encontrarse con Ferreyra, Murúa lo insultó y lo incitó a pelear. También empezó a aplicarle varios golpes con el látigo a Ferreyra y a Agüero. Agüero, por su cuenta, intentaba retirar a Ferreyra del lugar colocando su moto en el medio para evitar las agresiones hacia Ferreyra, mientras retrocedían. Ferreyra estaba de pie y Agüero a bordo de la moto, con la intención de evitar los ataques de Castro y Murúa.
En ese trayecto, a Castro se le cayó un cuchillo. Seguidamente, Castro y Murúa agredieron a Ferreyra. Él lo golpeó con la pala y su madre con el látigo. Para la investigación, Murúa tuvo intenciones de cooperar con Castro, a sabiendas de que su hijo tenía un arma blanca. En este sentido, Murúa disminuyó la defensa de Ferreyra y, tras esto, Castro aprovechó que estaba en ventaja y le asestó la puñalada a Ferreyra con el cuchillo tipo carnicero, todo esto de acuerdo con la información que surgió de la pesquisa.
Murúa y Castro están acusados por el hecho. Palacios imputó a Castro por el delito de “homicidio simple en calidad de autor” y a Murúa, por “homicidio simple en calidad de partícipe secundaria”. Ambos están detenidos con prisión preventiva. En el caso de Castro, él se encuentra encarcelado en el Servicio Penitenciario Provincial (SPP) de Miraflores, en el departamento Capayán. Murúa, por su parte, está alojada en la Unidad de Mujeres Nº 2, en la ciudad Capital.