miércoles 11 de septiembre de 2024
INFORME ESPECIAL

A 50 años de la Masacre de Capilla del Rosario: "No guardamos resentimiento"

Mario Paz y Ángel Gutiérrez integraban el ERP y sobrevivieron a ese fin de semana de 1974. Hoy miran el pasado sin arrepentimiento ni rencor, pero sostienen que eso "no implica perdón".

Por Ezequiel Soria

Entre el 11 y 12 de agosto de 1974 se sucedieron los hechos que concluirían en lo que se conoció en Catamarca como la 'Masacre de Capilla del Rosario', donde fueron acribillados 16 militantes del Partido Revolucionario de los Trabajadores y el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), luego de haberse rendido en un intento frustrado por copar el Regimiento de Infantería nº17. Más de 40 integrantes del PRT-ERP habían llegado a Catamarca ese fin de semana, pero apenas un puñado logró escaparse. Dos de ellos, Mario Miguel Paz (73) y Ángel Belisario Gutiérrez (75), recuerdan el pasado sin arrepentirse y sin resentimientos, aunque aseguran que eso "no implica perdón" por lo que sucedió y lamentan que el caso hoy no tenga condenados. El Gobierno de la Provincia organizó un acto oficial para hoy a las 15 en el Sitio de la Memoria, en Fray Mamerto Esquiú.

Testimonios

Ángel Belisario Gutiérrez tenía por entonces 25 años y era chofer de colectivos en Santiago del Estero. "Éramos jóvenes, cargados de sueños y de ilusiones. Fueron muy intensas las jornadas previas porque tuvimos que prepararnos para movilizar nuestros pocos recursos, fundamentalmente hombres dotados de conciencia. Éramos conscientes de los riesgos que se corrían. La idea no era de ir a hacer un combate, sino simplemente un golpe de mano basado en la sorpresa y en la iniciativa para recuperar los recursos que buscábamos", recordó en diálogo con El Ancasti.

"Éramos militantes revolucionarios de conciencia. Recordar esto me moviliza mucho y tengo los mejores recuerdos, porque tratamos de cumplir el rol que nos tocaba y dejar que la historia nos juzgue. Somos parte de la historia nacional, hemos dejado un mojón en la historia, como tantos mojones se han dejado en el siglo pasado. Por eso estamos tranquilos", contó Gutiérrez, que llegó a Catamarca junto con su hermano Carlos, quien murió en el primer enfrentamiento con la Policía.

"Por un lado no estábamos preparados para la democracia porque no la habíamos vivido. Veíamos negro en el futuro, diferente a lo que estamos viviendo en este siglo, donde en ciertos aspectos los pueblos han evolucionado, incluso los dirigentes políticos. Hoy, en general, la tendencia en el mundo es a buscar soluciones democráticas", opinó.

Para Gutiérrez no quedó "ningún tipo de resentimiento". "Es una etapa superada. Creo que hemos ido sintetizando nuestras vidas, no solo la nuestra sino la de todos nuestros compañeros. Nosotros no fuimos víctimas, fuimos militantes revolucionarios de conciencia. Sabíamos las cosas que hacíamos y las consecuencias que eso podía representar. También hemos aprendido de las experiencias: que en una revolución cuando es verdadera, se triunfa o se muere. No hay muchas alternativas. No albergamos ningún tipo de persecuta, ni de nada por el estilo. Sí pensamos que se han violado leyes de la guerra", sintetizó, y destacó que "vale la pena luchar". "Yo no estoy arrepentido de la historia que me tocó vivir porque me siento parte de la historia de este país. Fuimos genuinos. En lo personal, me dolía en el alma que no tuviéramos Fuerzas Armadas que nos entendieran. Creo que las Fuerzas Armadas mismas fueron utilizadas, porque muchas veces se confunde el gobierno con el poder", expresó.

Mario Paz tenía entonces 23 años, estudiaba medicina en Córdoba y trabaja en una empresa láctea. Hoy quiere mirar hacia adelante. "Llegará el momento en que la sociedad podrá madurar y reconocer que tenemos que construir un ejército desde otra dimensión. Tampoco quiero seguir persiguiendo a militares. Los genocidas condenados tienen que cumplir sus condenas, pero no voy a hacer una vendetta con ningún militar porque ya han pasado 50 años de aquellos hechos. Tenemos que comenzar a pensar con altura, con dimensión, con grandeza para construir un país diferente. Esto no quiere decir que perdonamos a los torturadores, a los que nos empalaron en Campo de Mayo, a los que torturaron y que violaron. Ellos bien condenados que están. Pero para construir un país con grandeza necesitamos Fuerzas Armadas. No tengo ningún tipo de resentimiento, al contrario. No vivo lamentándome de haber participado, ni pienso que no sirvió para nada. Sirvió como ejemplo de que es posible comenzar a proponer cosas diferentes", aseguró.

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Sobre la absolución

Ninguno está sorprendido por la actualidad de la causa, que dejó al hecho sin responsables. "No teníamos mucha expectativa. La Justicia también era parte del sistema. Siempre trató de justificar la represión, las violaciones, los secuestros, las desapariciones de personas. Es la gran lucha que tenemos en estos días. Siempre los condenados son los hijos del pueblo y a los que producen los desfalcos y las violaciones siempre les encuentran una justificación", lamentó Gutiérrez.

Por su parte, Paz recuerda que se iba "satisfecho" de Catamarca "cuando al costado veía la cárcel y allí estaban los fusiladores". "Quisiera que hubiese una equiparación con lo que pasó con nosotros, que haya una justicia mucho más profunda. Ahora sabemos que esa justicia llega solamente cuando se produce un momento de revolución. En el medio existen muchos intereses", sostuvo.

Caso impune

El TOF de Catamarca condenó en 2013 al capitán Carlos Carrizo Salvadores, al subteniente Mario Nakagama y al teniente primero Jorge Exequiel Acosta por "homicidio doblemente agravado" con la calificación de "delitos de lesa humanidad". La condena fue anulada en 2016 por la Cámara de Casación, que no negó los hechos sino que rechazó "la existencia de un plan sistemático de persecución y aniquilamiento de un sector de la población civil". Esto fue ratificado por la Corte en marzo de este año.

Un puñado de fotos que logró torcer la causa

Cuando la causa no tenía avances, el fotógrafo y docente Eduardo Aroca aportó al expediente una serie de fotografías que habían sido tomadas en aquel agosto de 1974 por José Nieto, fotógrafo de La Unión. Nieto había estado aquella mañana de la masacre en cercanías de la Capilla del Rosario y luego fotografió todo lo que vio hasta el lugar de los hechos. Guardó las copias casi hasta su muerte y se las entregó a Aroca, quien hoy ya no las tiene por cuestiones de seguridad. "Me amenazaron tres veces, así que se las dejé a una persona de confianza", contó.

"Un día José Nieto me invitó a su casa y me regaló un sobre de papel, que yo guardé sin revisar porque pensé que había querido regalarme unos pesos. Cuando él falleció, me acordé del sobre y lo abrí: ahí me encontré las tiras de negativos de las fotos. Las puse a contraluz y me quería morir, era una cosa absolutamente increíble. Uno siempre veía que estas cosas pasaban en otro lado de la Argentina, en otro lado del mundo, pero que pase acá en tu tierra es complicado, porque nosotros nos creíamos afuera de esto y no era así", recordó Aroca.

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En las fotos se veía a cuatro grupos de actores: la Policía de Catamarca, el Ejército del Regimiento 17 de Infantería, la Policía Federal y otros militares que habían llegado a Catamarca. "Todos están identificados en las fotos. Se veía a las personas de Catamarca, a las de afuera que habían intervenido, cómo ocurrieron los hechos. Analizando todas las fotografías, que eran como 20 imágenes, uno hacía una relación temporal: qué hicieron, adónde fueron, por dónde vinieron", contó Aroca a El Ancasti.

"Mucha gente reclamaba que Nieto se guardó este material. Yo decía que no teníamos que juzgarlo, nosotros tenemos que agradecerle porque las guardó. Tuvo el valor de guardarlas y cuando él vio que era necesario, esperó ese momento, el más importante. Capaz que en esa época, en la década del ’70, no hubiera sido de tanta importancia como fue después. Siempre digo que hay que felicitarlo a José Nieto porque tuvo el valor de guardarlo y de entregarlo en el momento justo. Así se reactivó todo, se hizo el juicio y se condenó a los militares que participaron en este hecho tan lamentable para nuestro país", destacó.

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