El periodista y documentalista R. Alberto Avellaneda conversó con EL ANCASTI a tres semanas de comenzada su exposición fotográfica inédita sobre las expresiones pictóricas de las poblaciones ancestrales de la región Este de Catamarca.
El periodista y documentalista R. Alberto Avellaneda conversó con EL ANCASTI a tres semanas de comenzada su exposición fotográfica inédita sobre las expresiones pictóricas de las poblaciones ancestrales de la región Este de Catamarca.
“Senderos ancestrales de memoria – De la mano del abuelo” es el nombre que Avellaneda eligió para esta muestra de 184 trabajos que estuvo abierta al público durante tres semanas sucesivas, desde el 9 de julio, y cuya tercera fase “Mi Tierra”, inaugurada el lunes pasado, aún puede visitarse hasta el próximo martes 31 de julio en el Hall del Hotel Ancasti (Sarmiento 520).
“En esta muestra traté de articular algo diferente en Catamarca, es decir; no solo una exposición fotográfica sino que, junto a ésta vi una oportunidad para reunir a todos los especialistas e investigadores que están trabajando en el Oriente de la provincia para que ellos enmarquen en el componente teórico la exposición”, comenzaba aclarando Avellaneda.
“El elemento central de la exposición está en las personas a quien rindo homenaje con este trabajo: el primero es mi abuelo, Basilio Avellaneda”, decía el documentalista queriendo poner al frente la figura de quien se ocupó de mostrarle las maravillas de su tierra a lomo de caballo cuando era niño, que supo repetirle la frase que da título a la nota y que, con certeza, encendió la primera llama dentro de él para continuar esa vocación de observación durante el resto de su vida. “El segundo (homenajeado) es un maestro oriundo de Ancasti, Amalio Correa Soria, quien fue integrante de la primera promoción de egresados de la Escuela Normal de Catamarca en el año 1908 y que fue designado al año siguiente como el primer maestro itinerante que tuvo el este. Su misión era recorrer los pueblos y parajes, enseñándoles los palotes a los chicos. Nosotros le llamamos el “culillo” al hombre inquieto, que busca respuestas y que siempre está intentando conocer el medio ambiente del cual viene y lo interesante de la actividad de Amalio es que se dedicó, a medias que fue transitando Catamarca con su tarea docente, a ubicar todos los lugares donde había manifestaciones pictóricas ancestrales”. Avellaneda cuenta que este maestro suyo, Soria, fue quien, entre las décadas del 10 y del 20 del siglo pasado, ubicó los principales yacimientos pictográficos del oriente provincial. Sitios como las cuevas de Oyola, La Candelaria o bien el sitio al que hoy se le llama La Tunita y que, según el relato de Avellaneda, era conocido como el complejo de la Piedra Grande de Ancasti. “La tercera persona a la que rindo homenaje es Alberto Rex González, padre de la arqueología Argentina, el hombre que desde la década del 50 no dejó un lugar de Catamarca sin estudiar y que fue quien realizó la primera sistematización completa de las diferentes culturas que habitaron estas tierras, trabajando especialmente sobre cultura Aguada, principal cultura indígena de Catamarca, que originalmente se la ubicó hacia el oeste y que luego se descubre, junto al primer centro ceremonial de La Rinconada, que dicho pueblo se conforma primero en el Valle central para después expandirse al resto de la provincia.
Avellaneda menciona que la cuarta persona homenajeada es Nicolás “Nito” Tejada, oriundo de Icaño y que, como maestro junto a su esposa, se dedicó también a recorrer todo el este de Catamarca. “Entonces, con esas cuatro personas, yo artículo la exposición fotográfica en tres sectores; primero el sector con todos los trabajos de documentación que yo conocí de la mano de mi abuelo Basilio, quién a partir de mis 4 años comienza a llevarme para que conozca la pintura de los indios. La segunda parte comprende los senderos que yo recorro de la mano de los lugareños, ya de más grande, y la tercera parte es un poco la parte emotiva o artística, que he denominado mi tierra, y que son imágenes de amaneceres, atardeceres, y paisajes de ruinas”, decía el periodista ordenando el programa de la muestra e invitando a apreciar esta tercera parte de fotografías que hasta el martes puede apreciarse en el Hall del Hall del Hotel Ancasti.
Finalmente, Avellaneda quiso agradecer a: Dr Néstor Kriscautzky, a los curadores de la muestra arqueólogos Hugo Puentes y Ezequiel Fonseca, a Silvio Zitelli, Hotel y Diario Ancasti, Escuela de Arqueología de la UNCa, Dirección Provincial de Antropología, Cámaras de Senadores y Diputados de Catamarca, Concejo Deliberante de la Capital, Municipalidad y Concejo Deliberante de Ancasti, Senador Nacional Oscar Castillo y Asociación Catamarqueña de Fotógrafos Aficionados.