Solo votó el 53% del padrón, la participación más baja en la historia de la Ciudad de Buenos Aires
La última vez que se había registrado un porcentaje tan bajo fue en 2007, con el 68,5%.
Este domingo, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) celebró sus elecciones legislativas para renovar las cámaras de diputados y senadores propias. Con apenas un 53,26 por ciento de participación, no solo se registró el nivel más bajo en lo que va del año, por debajo de las cinco provincias que ya celebraron sus comicios, sino que fue el más bajo de los últimos 20 años en la jurisdicción.
Esta vez, casi el 47 por ciento de los habilitados a sufragar no fue a votar, cuando la Ciudad de Buenos Aires se ha mantenido, en los últimos años, en un promedio cercano al 77 por ciento de concurrencia. La caída es significativa respecto de elecciones anteriores. En 2023 y 2021, la participación había sido del 75,4 por ciento y el 69,6 por ciento, respectivamente. De ese modo, el dato de este año muestra una baja de más de 20 puntos porcentuales respecto al último ciclo electoral.
Además, el número de votantes no solo cayó, sino que rompió una tendencia que venía siendo relativamente estable en la última década, ya que la afluencia rondaba en los dos millones. Ahora, con los datos provisorios, solo 1,6 millones de personas emitieron su voto, frente a los 1,9 millones registrados en 2021 y 2023 y los 2,1 millones de 2019.
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La baja participación no solo representa un dato llamativo desde lo estadístico, también enciende alarmas sobre el nivel de compromiso ciudadano con las instituciones democráticas y el proceso electoral. En comparación, en las elecciones legislativas de 2023 la participación en la ciudad había sido del 75%.
Diversos especialistas coinciden en que la ausencia de campañas que interpelaran a los votantes, sumada a un creciente malestar social con la dirigencia política, influyó de manera decisiva. A eso se suma el antecedente de problemas logísticos en votaciones anteriores -como las demoras del sistema electrónico en las PASO 2023- que podrían haber minado la confianza en el sistema.
La tendencia decreciente de participación en CABA refleja un fenómeno más amplio que también se ve en otras jurisdicciones del país. El desafío de cara a las elecciones nacionales de octubre será revertir esta apatía creciente y reactivar el vínculo entre la ciudadanía y las urnas.