miércoles 4 de diciembre de 2024
En el Congreso

Jornada Aniversario de la Reforma Constitucional

A treinta años de la Reforma, los ministros de la Corte y ex convencionales constituyentes, Rosatti y Maqueda, participaron del evento conmemorativo.

El presidente de la Corte Suprema de Justicia y del Consejo de la Magistratura de la Nación, Horacio Rosatti, disertó hoy en la Jornada Aniversario de la Reforma Constitucional 1994-2024, que se realizó en el Salón Pasos Perdidos del Palacio Legislativo. Entre los ex convencionales constituyentes que asistieron al evento conmemorativo, organizado por la Cámara de Diputados de la Nación y el Instituto de Capacitación Parlamentaria, estuvo también el ministro decano del Máximo Tribunal, Juan Carlos Maqueda.

Rosatti expuso en el primer panel, donde se abordó el tema del acuerdo político que posibilitó la modificación de la Carta Magna. Junto a él disertaron quien presidiera dicha Convención, el ex senador Eduardo Menem, y los ex convencionales Jesús Rodríguez y Augusto Alasino. En su intervención, el titular de la Corte destacó la importancia del consenso previo, el prejuicio inicial existente sobre los alcances de la reforma y el diálogo transversal que la hizo posible.

“El gran legado de la reforma del ‘94 es el acuerdo: nunca hubo una reforma constitucional con el nivel de consenso que tuvo esta, fue el último gran acto de la política con mayúsculas en Argentina, y eso explica, en gran medida, su vigencia”, dijo Rosatti, aunque advirtió que “todavía hay muchas cosas por hacer, sobre todo en el ámbito del Poder Legislativo, para llevarla adelante”.

Agregó que “grieta había antes y hubo después, pero pudimos ponerla entre paréntesis en esos tres meses y tomar conciencia de que la obra que íbamos a hacer –perfectible, buena o mala– estaba destinada a perdurar por varias generaciones”. Asimismo, sostuvo: “A medida que pasa el tiempo, me doy cuenta de que el verdadero valor de la reforma del ‘94 fue este: el consenso, la transversalidad. No tengo dudas de que lo mejor que le puede pasar a un proceso de reforma es venir precedido de un acuerdo político lo más amplio posible”.

Rosatti recordó que la convención “empezó con una mala imagen” pues “se decía que lo único importante era la reelección del Presidente, que todo lo demás se había puesto para completar”. Sin embargo, el resultado de las deliberaciones derribó ese prejuicio: el proyecto reunió “a los mejores representantes de todo el arco político”, y “la reelección presidencial terminó siendo un capítulo menor”, consideró.

Finalmente, valoró “el diálogo transversal en lo político, en lo generacional y en lo territorial” que caracterizó a la iniciativa. “Un diálogo y una comunicación política que continuaron después de la convención: esto traspasó el episodio mismo de la asamblea constituyente, pero no se hubiera podido dar si no hubiera existido ese espíritu de amistad cívica, de camaradería –concluyó–. Había menos tecnología para comunicarse, pero hubo mucha más comunicación y diálogo. Hoy tenemos más tecnología y menos diálogo”.

En sus palabras de bienvenida, el presidente de la Cámara, Martín Menem, definió al documento surgido de la Convención del ‘94 como “la Constitución más legítima y democrática, una bisagra en la historia de nuestras instituciones”, y agregó: “Se demostró que era posible modificar la ley fundamental mediante el consenso de la mayoría de las fuerzas políticas”.

Entre los presentes estuvieron, además, el secretario parlamentario de la Cámara de Diputados, Tomás Figueroa; los diputados nacionales Silvia Lospennato, Gabriel Bornoroni, Lorena Villaverde, Maximiliano Ferraro, Karina Banfi, Lisandro Almirón y Lilia Lemoine; el ex diputado Rafael Pascual; el ex gobernador de Tierra del Fuego José Estabillo, y representantes de las embajadas de Japón, Palestina, Arabia Saudita, Paraguay, China, Francia, Argelia, Kuwait, Armenia, Marruecos y Filipinas.

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