jueves 3 de octubre de 2024
Casi 4 de cada 10 empleados están en "negro"

El empleo informal creció en el segundo trimestre, según la UBA

Los datos surgen del informe realizado por la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA.

Un informe de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires (UBA) reveló un dato alarmante: cuatro de cada 10 trabajadores en relación de dependencia no están registrados y la mayor parte de ellos son jóvenes. Este número eleva la tasa de informalidad entre los asalariados del país al 36,4%.

El documento fue coordinado por Roxana Maurizio y Luis Beccaria y elaborado por el Área de Empleo, Distribución e Instituciones Laborales (EDIL), perteneciente al Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP) de la Facultad de Económicas con datos pertenecientes al Indec.

El documento señaló que en la comparación interanual existe una muy leve reducción del 0,4%, luego de observarse valores levemente inferiores a 36% durante el tercer y cuarto trimestre de 2023 y el primer trimestre de 2024.

Según la investigación, que tomó como base el año 2003, la tasa de informalidad se ubica en un valor registrado en el segundo trimestre de 2008 y 2010. Desde ese año hasta la irrupción de la pandemia, a comienzos de 2020, la tasa de empleo no registrado se mantuvo en valores entre 32% y 35,7%.

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Asimismo, se remarcó que este porcentaje varía de acuerdo al género. En el primer trimestre de 2024 -últimos microdatos de la Encuesta Permanente de Hogares disponibles- la tasa de informalidad asalariada total fue 35,6%, siendo 34,2% entre los hombres y elevándose a 37,2% entre las mujeres.

Esto quiere decir, en promedio, que la tasa de informalidad femenina a comienzos de 2024 fue 3 puntos porcentuales más elevada que la tasa masculina. Sin embargo, dada la mayor proporción de hombres en el total del empleo asalariado (54%), estos dan cuenta del 52% de la informalidad asalariada total.

Con respecto a los jóvenes, se destaca que experimentan una tasa de informalidad significativamente más elevada que otros grupos etarios. Del informe se desprende que en el primer trimestre de 2024 el número era de casi 58%, 23 puntos porcentuales más elevada que la tasa global.

Es decir, casi 6 de cada 10 jóvenes trabajadores en relación de dependencia no está cubierto por la normativa laboral y la seguridad social. La elevada tasa de informalidad juvenil es una de las variadas manifestaciones de las dificultades que este grupo etario experimenta en el mercado de trabajo argentino.

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Sin embargo, no se observa una correlación lineal entre la edad y la incidencia de la informalidad entre los asalariados, sino cierto comportamiento en forma de U. Los trabajadores asalariados de entre 45 y 64 años (60 años en el caso de las mujeres) son quienes experimentan la tasa de informalidad más baja (26,4%). Le sigue en incidencia el grupo de entre 25 y 44 años (35,3%) y el de 65 años (60 años en las mujeres) y más (43%).

Por lo tanto, la mayor incidencia de la informalidad se da tanto al comienzo de la vida laboral como en su etapa final.

El nivel educativo es otra dimensión de gran relevancia en el análisis de la incidencia y composición de la informalidad. En concreto, a mayor nivel educativo alcanzado menor es la incidencia de la informalidad. La tasa entre los asalariados con nivel educativo universitario completo en el primer trimestre de 2024 fue del 15%; algo más de 20 puntos porcentuales adicionales (36%) fue la tasa entre los asalariados con nivel educativo intermedio (secundario completo o universitario incompleto), para alcanzar el 54% entre los asalariados que no completaron la educación media.

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Sumado a ello, las tasas de informalidad también difieren significativamente según rama de actividad. En un extremo se ubican el sector público (que incluye tanto la administración pública como los servicios de educación y salud públicos) y los servicios financieros, con una incidencia de la informalidad de 9,4% y 24,5%, respectivamente.

En el otro extremo se ubican la construcción (70%) y el servicio doméstico (76%). Estos valores son particularmente críticos al considerar que son sectores que concentran la mayor proporción de hombres y mujeres de menor nivel educativo, respectivamente. Alrededor de 21% de los hombres de hasta secundaria incompleta trabajan en la construcción, mientras que casi 50% de mujeres de ese nivel educativo lo hacen en casas particulares.

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