De los 100 pobladores de la lejana localidad de Río Grande, distrito de norte de Fiambalá, 56 no pudieron ejercer su derecho a votar por seguir aislados de la localidad más cercana como es Tatón a 35 kilómetros. Para asistir tenían que caminar 10 horas o permanecer 8 horas arriba de un caballo o mula para llegar, la mayoría de los votantes son adultos mayores por lo que fue imposible, según se informó desde Fiambalá.
El camino que los comunica con Tatón se rompió en diciembre del 2018 y tal como fue publicado por este medio estado actual es intransitable para todo tipo de vehículos, y la preocupación es porque este inconveniente persiste y desde la municipalidad a cargo de la jefe comunal, Roxana Paulon, no dispusieron los medios para repararlo.
Se conoció que en cada oportunidad que los pobladores deben bajar para llevar provisiones, cuentan sus padecimientos, ya que temen por alguna emergencia sobre todo por la delicada salud de los abuelos del lugar, pero no tienen respuestas de cuanto tienen que seguir esperando para contar con el camino nuevamente.
En mayo, cuando El Ancasti dio a conocer la situación en la página oficial del municipio de Fiambalá, publicaron que desde la comuna realizaron los pedidos necesarios para poder llevar máquinas viales para que reparen el tramo.
Publicaron que “la jefa comunal inicio conversaciones con el administrador de Vialidad Provincial, Hugo Naranjo, para que la reparación de la huella que conduce a la localidad de Río Grande sea de manera conjunta en el menor tiempo posible”.
Al mismo tiempo advertían que las obras durarán aproximadamente sesenta días. De acuerdo a lo estimado por la delegación Tinogasta y subdelegación Fiambalá de vialidad, porque hay sectores adonde las lluvias dejaron zanjas de hasta veinte metros de profundidad y piedras desprendidas de la montaña de gran tamaño.
Sin embargo nada hicieron y los pobladores siguen aislados, incomunicados y ayer no pudieron emitir su voto.
Tristemente conocida
El paraje de Río Grande está a 35 km de Tatón, y desde allí a 76 kilometros de Fiambalá. La zona fue conocida cuando Avelino Vega tuvo que caminar varias horas para salvar a su hija y luego otro padre intento fallidamente llevar a la pequeña "Angélica Suárez", quien murió en el camino de la travesía. En 2010 abrieron un camino para todo tipo de vehículo el que ahora está destruido.n
